Industria alimentaria: mejor en 2015 que en 2014

“2015 va a ser mejor año que 2014 para la industria alimentaria en cuanto a crecimiento del PIB y del empleo”, ha afirmado esta mañana Mauricio García de Quevedo, director general de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), durante la firma de un acuerdo estratégico con Ernst & Young (EY).

“Este acuerdo nace con la voluntad de promocionar la industria alimentaria y el análisis cuantitativo del sector”, ha señalado el presidente de EY, José Luis Perelli, quien también ha recalcado que “vamos a colaborar con FIAB para potenciar las exportaciones e incrementar la productividad de la industria alimentaria”.

Tras destacar que la industria española de alimentación y bebidas ocupa el sexto puesto de la Unión Europea en cuanto a exportaciones y el décimo del mundo, Perelli ha asegurado que “pondremos lo mejor de nosotros mismos para potenciar la industria alimentaria y consolidar su peso internacional”.

La cooperación entre EY y FIAB se articulará en la elaboración de estudios sectoriales que sirvan de apoyo a las empresas del sector en su toma de decisiones, creándose sinergias entre ambas compañías en materia de política alimentaria, competitividad y sostenibilidad, I+D+i, internacionalización y formación.

Sector estratégico
En la firma del convenio también han estado presentes, además de José Luis Perelli y Mauricio García de Quevedo, el presidente de FIAB, Mané Calvo, y el socio responsable del Sector Consumo de EY, José Luis Ruiz Expósito. Para Calvo, este acuerdo “nos reportará grandes beneficios y nos ayudará a generar más valor y eficiencia”.

“Debemos considerar a la industria alimentaria como un referente de la industria de España”, ha enfatizado el presidente de FIAB, destacando que la facturación de la industria alimentaria y de bebidas ascendió en 2014 a 93.238 millones de euros, de los que 24.018 millones procedieron de la exportación, al tiempo que emplea de manera directa a 479.770 personas.

“Tenemos que potenciar un trinomio que es fundamental para la economía española, el formado por hostelería, gastronomía e industria alimentaria”, según Mané Calvo.

Por su parte, García de Quevedo ha destacado que el valor añadido del sector ha crecido un 60% frente a la facturación, que lo hizo un 36%, en los últimos diez años; además, la industria de alimentación y bebidas representa actualmente el 22,5% de la industria manufacturera de España, cuando hace 10 años se encontraba en el 14,8%. Junto a todo esto, el empleo en la industria de alimentación y bebidas ha crecido el 5,7% en los últimos cuatro trimestres, frente al 2,5% del total de la economía.

“Estamos hablando de un sector estratégico para España, ya que es motor de la economía y vertebrador del territorio nacional. España puede estar orgullosa de este sector”, ha señalado el director general de FIAB.

Crear campeones
Finalmente, José Luis Ruiz Expósito ha destacado que este acuerdo estratégico se ha firmado por un año, pero “tiene voluntad de continuación”, congratulándose también porque “trabajaremos junto con este sector, clave para la economía española, en un momento de grandes cambios en el que es más necesario que nunca operar eficientemente en mercados cada vez más competitivos”.

Asimismo, ha señalado que “tenemos recursos muy focalizados para el desarrollo de la industria alimentaria. Por ello, estamos a disposición de todos los asociados de FIAB para transmitirles nuestra experiencia y conocimiento nacional e internacional”. Además, ha recomendado a la industria alimentaria que gane tamaño porque “necesitamos verdaderos campeones”.

La firma del acuerdo se ha celebrado esta mañana en las oficinas de EY en Madrid, contando también con la presencia de Manuel Fernández, director de Desarrollo de Negocio del Sector Consumo de EY así como del equipo directivo de FIAB.

Fuente: Revista Inforetail

Seguridad Alimentaria una tendencia hacia el futuro

Velar por la seguridad del consumidor final es una prioridad fundamental y un gran reto de futuro donde deberán estar implicados todos los que forman la cadena productiva (desde los fabricantes de piensos, productores primarios (agricultores, ganaderos) a los procesadores, envasadores, transportadores, almacenistas, puntos de venta y por último a los consumidores). Esto viene marcado por la necesidad de ofrecer productos competitivos que cumplan con todas las expectativas del cliente, conocer las exigencias en materia de Seguridad Alimentaria definidas por la Administración para garantizar el bienestar de los consumidores.

Los actuales modelos de producción y consumo de alimentos están generando nuevos peligros, cuya evaluación y correcta gestión está siendo imprescindible en las actuales políticas de salud pública y de producción agraria. Una cadena alimentaria segura que abarque todas y cada una de las etapas de la misma, correctamente regulada y eficazmente controlada, es el camino para dar confianza al consumidor. La Unión Europea en materia de legislación pretende garantizar un elevado nivel de seguridad de los productos alimenticios comercializados a lo largo de todas las etapas de la cadena de producción y de distribución, tanto por lo que se refiere a los alimentos producidos en el interior de la Unión Europea como a los importados de terceros países.

La política europea, define en su “LIBRO BLANCO SOBRE SEGURIDAD ALIMENTARIA” (Bruselas, 12.1.2000; COM (1999) 719 final) una política encaminada a garantizar que sólo se comercialicen alimentos seguros, aptos para el consumidor, y a establecer sistemas adicionales para identificar y afrontar los problemas de seguridad alimentaria, a fin de asegurar el adecuado funcionamiento del mercado europeo y de proteger la salud y el bienestar de sus ciudadanos.

Por otra parte también se pretende que las empresas y las administraciones cuenten con investigadores capaces de apoyar al sector agroalimentario con iniciativas nuevas de investigación y/o de mejora.

En definitiva el nuevo enfoque de la seguridad alimentaria plasmado en el Libro Blanco en la normativa alimentaria implica:
– Abarcar a toda la cadena alimentaria: desde la granja a la mesa (incluida la producción de piensos, la producción primaria, la transformación de alimentos, el almacenamiento, el transporte y la venta al por menor) incluyendo a todos los sectores de la industria alimentaria.

– Establecer el principio según el cual los explotadores de empresas alimentarias y de piensos son los primeros responsables de la seguridad alimentaria; los Estados miembros tienen que supervisar y controlar a estos explotadores; la Comisión ha de poner a prueba la eficacia de las capacidades y las aptitudes de los Estados miembros para realizar ese control, mediante auditorías e inspecciones.

– Implicar a todos los Estados miembros; incluyendo las fronteras establecidas a los países terceros.

Se ha propuesto además las siguientes medidas:

1- Introducir el sistema de «Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control» (APPCC o HACCP), a fin de que los explotadores de empresas alimentarias identifiquen aquellas fases de sus actividades que son críticas para garantizar la seguridad de los alimentos y asegurar que se identifican, aplican, mantienen y revisan procedimientos adecuados de seguridad alimentaria.

2- Elaborar las guías de buenas prácticas de higiene (BPH) y de aplicación de los principios de APPCC o HACCP por los explotadores industriales de empresas alimentarias.
3- Crear una disposición especial para asegurar la flexibilidad en el caso de alimentos producidos en zonas apartadas (altas montañas, islas lejanas) y de los métodos y la producción tradicionales.

4- Una Trazabilidad adecuada de cada uno de los procesos que conllevan la elaboración de un producto.

5- Un adecuado uso de los componentes del producto, siendo las materias primas consideradas como el principal componente, un uso responsable de las cantidades en cuanto a aditivos se refiere, cumpliendo en todo momento con la Legislación vigente.
En definitiva podríamos considerar la ?Seguridad Alimentaria ? como un proceso de implicación donde intervienen agricultores, empresarios, administración pública y organos reguladores.
Nunca debemos olvidar que la SALUD DEL CONSUMIDOR final está en juego y por lo tanto debemos mínimizar a RIESGO CERO cualquier alteración en el producto final.

«Si se quiere mejorar al pueblo, en vez de discursos contra los pecados denle mejores alimentos. El hombre es lo que come»: Ludwig Feuerbach.

Fuente: Foods News Latam

7 grandes avances en tecnología alimentaria

La industria alimentaria evoluciona constantemente y la tecnología juega un papel importante en este sector. Los avances científicos y técnicos permiten hoy producir alimentos y bebidas que se adaptan mejor a las demandas de los consumidores de una manera segura, con procesos productivos más sostenibles y eficientes, cubriendo la demanda de mercados globales. Por ello, Ainia ha escogido 7 avances en tecnología alimentaria que juegan un papel importante en el presente y futuro del sector de la alimentación.

(Leer más)

Fuente: Interempresas

Nueva regulación de la ley de seguridad alimentaria para la exportación en EEUU

EEUU ha modificado recientemente la norma que regula la importación de productos del sector agroalimentario, vino, bebidas alcohólicas, bienes de consumo, equipamiento médico, cosméticos y textil a través de la nueva Ley de Modernización de Seguridad Alimentaria de la Agencia de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA). La ley afecta también a fabricantes de materias primas para las industrias reguladas, fabricantes de productos de limpieza y química industrial.

Cámara Valencia celebra mañana jueves, 17 de septiembre, una jornada para informar a los exportadores de estos sectores sobre las implicaciones de la nueva ley, tanto requisitos técnicos, como objetivos y nuevos enfoques.

Entre otras novedades, la normativa incluye la creación de una “black list” que implica la total detención de todos los productos que entren a los EEUU por parte de empresas exportadoras españolas incluidas en la lista. Además, se instauran nuevos procedimientos para ser reconocido como “importador seguro”, nuevos etiquetados del FDA para los distintos productos regulados y permisos de agricultura para las empresas que fabrican productos que contienen huevo, leche o derivados de productos animales o vegetales.

La jornada está organizada por Cámara Valencia con el patrocinio del Banco de Valencia.

Fuente: El Periòdic

XIV Workshops sobre Métodos Rápidos y Automatización en Microbiología Alimentaria (MRAMA)

Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), Cerdanyola del Vallès, 24-27 noviembre 2015

Destinado a: directores y técnicos de industrias, consultorías y laboratorios agroalimentarios, y de otros sectores (microbiológico, clínico, farmacéutico, cosmético, químico, medioambiental, etc.); inspectores veterinarios  y demás personal de la administración; estudiantes de grado y postgrado, personal técnico y profesores universitarios; personal de otros centros de investigación; etc.

Información actualizada y detallada

Ponentes y ponencias:

  • Ponente principal: Dr. Daniel Y. C. Fung (Kansas State University, Manhattan, Kansas, EUA): visión general de los métodos rápidos y miniaturizados, y la automatización en microbiología
  • Dra. Cécile Lahellec (AFSSA, Maisons-Alfort, Francia): «Breve historia sobre un largo período de interacción con las bacterias de la carne de ave: la saga de las salmonelas»
  • Dr. Armand Sánchez Bonastre (UAB): «La polymerase chain reaction (PCR)»
  • Dr. Norbert Langfeldt (Zentrales Institut des Sanitätsdienstes der Bundeswehr Kiel, Kronshagen, Alemania): «Higiene y seguridad alimentarias en regiones en crisis: aplicación de métodos rápidos en un laboratorio de campo»
  • Sr. Jon Basagoiti Azpitarte (Imagining  Management Systems, Ermua): «Los análisis microbiológicos: ¿el parachoques de tu sistema o una garantía de la salud de tus consumidores?»
  • Dr. Daniel Ramón Vidal (Biópolis, Paterna): «La secuenciación genómica masiva aplicada a la seguridad alimentaria»
  • Sr. Daniel López Medina (PremiumLab, Sant Boi de Llobregat): «Validación de kits ELISA para determinar alérgenos»
  • Sra. Alicia Subires Orenes (UAB): «Detección por citometría de flujo de bacterias patógenas lesionadas en alimentos»
  • Sr. David Tomás Fornés (Nestec Ltd, Centro de Investigación de Nestlé, Lausana, Suiza): «Preparación de muestras para análisis microbiológicos: retos e innovaciones en la industria alimentaria»

Sesiones prácticas en laboratorio durante 3 días:

  • preparación de muestras y siembra
  • métodos de recuento rápido
  • control ambiental
  • medios de cultivo cromogénicos
  • miniaturización
  • galerías de identificación
  • métodos basados en ATP – bioluminiscencia, colorimetría, fluorimetría
  • métodos de detección inmunológica (aglutinación del látex, inmunoprecipitación, inmunodifusión lateral)
  • método de detección molecular

Talleres:

  • Uso de los recursos para microbiología predictiva disponibles en internet
  • Desviaciones típicas en las auditorías de certificación de sistemas de inocuidad alimentaria (BRC, IFS y FSSC22000) (SGS ICS Ibérica)
  • Tecnología PlasmIA: detección fácil, rápida y múltiple de patógenos mediante un nuevo ensayo inmuno-óptico (Prestodiag)

Y también:

  • 2 mesas redondas (Secuenciación genómica masiva aplicada a la seguridad alimentaria / Instrumentación, tendencias del mercado, otros temas de actualidad)
  • Exhibiciones a cargo de 12 empresas de microbiología: 3M España, BD Biosciences, BIOGENETICS, Bio-Rad Laboratories, Gomensoro, INGENASA, Interscience, IUL, PanReac AppliChem, Sigma-Aldrich Química, Thermo Scientific, Werfen – QIAGEN

La FDA toma medidas importantes para modernizar el sistema de inocuidad de los alimentos

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los EE. UU. dio hoy uno de los pasos más importantes en décadas para prevenir las enfermedades transmitidas por los alimentos al finalizar las primeras dos de siete normas fundamentales bajo la Ley de Modernización de la Inocuidad de los Alimentos (FSMA) bipartidista.

La medida de hoy representa el primer paso para poner un mayor énfasis en la prevención de las enfermedades transmitidas por los alimentos, exigiendo que los alimentos importados sigan la misma norma de inocuidad alimentaria que los alimentos producidos en el país y desarrolla un sistema de inocuidad alimentaria integrado nacionalmente junto con autoridades locales y estatales.

Se calcula que unas 48 millones de personas (1 de 6 estadounidenses) se enferman cada año por enfermedades transmitidas por los alimentos, de acuerdo con datos recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Aproximadamente 128,000 son hospitalizados y 3,000 mueren cada año. En los últimos años, brotes sobresalientes relacionados con varios alimentos, desde espinacas hasta productos de maní, han subrayado la necesidad de realizar mejoras continuas en la inocuidad de los alimentos.

“El anuncio de hoy nos pone en el camino hacia un sistema moderno para la inocuidad de los alimentos, que evitará enfermedades y continuará generando confianza en la inocuidad de los alimentos que se sirven a nuestras familias todos los días”, afirmó el Dr. Stephen Ostroff, comisionado interino de la FDA.

Las dos normas finalizadas hoy, las normas de controles preventivos, se centran en implementar procesos modernos de elaboración de alimentos para los alimentos de consumo animal y humano.  El anuncio de hoy asegurará que las empresas alimentarias tomen medidas y trabajen con la FDA a fin de evitar riesgos para los consumidores desde el principio, en vez de esperar a actuar hasta que se haya producido un brote.

Las normas de controles preventivos exigen a las instalaciones de alimentos para consumo humano y animal desarrollar e implementar planes de inocuidad de los alimentos por escrito, que indiquen posibles problemas que puedan afectar la inocuidad de sus productos y explicar los pasos que la instalación daría para evitar o reducir considerablemente la probabilidad de que esos problemas ocurran. Esto significa que las empresas alimentarias serán responsables de controlar sus instalaciones e identificar cualquier posible riesgo en sus productos y de evitar dichos riesgos.  Bajo estas normas, la FDA podrá evaluar estos sistemas y sus resultados para evitar problemas, podrá responder mejor cuando surjan problemas con la inocuidad de los alimentos y proteger mejor la inocuidad de los alimentos producidos.

Las normas de controles preventivos finales, anunciadas hoy, son el resultado de una labor de divulgación amplia, e incorporan cientos de comentarios del público, incluyendo el valioso aporte de los granjeros, consumidores, la industria alimentaria y expertos académicos, para crear un enfoque flexible y dirigido con el fin de asegurar la inocuidad de los alimentos.

“Hemos estado trabajando con los estados, las empresas alimentarias, los granjeros y los consumidores para crear normas razonables, prácticas y significativas”, expresó Michael R. Taylor, subcomisionado para alimentos y medicamentos veterinarios, de la FDA. “Y hemos asumido un firme compromiso para brindar asesoramiento, ayuda técnica y capacitación para mejorar la área de la inocuidad de los alimentos que pone a la prevención en primer lugar”.

Una vez que las normas de la FSMA estén terminadas en el año 2016, funcionarán juntas para fortalecer sistemáticamente el sistema de inocuidad de los alimentos y proteger mejor la salud pública.

La FDA, una dependencia del Departamento de Salud y Servicios Sociales de los Estados Unidos, protege la salud pública asegurando la protección, eficacia y seguridad de los medicamentos tanto veterinarios como para los seres humanos, las vacunas y otros productos biológicos destinados al uso en seres humanos, así como de los dispositivos médicos. La dependencia también es responsable de la protección y seguridad de nuestro suministro nacional de alimentos, los cosméticos, los suplementos dietéticos, los productos que emiten radiación electrónica, así como de la regulación de los productos de tabaco.

Fuente: FDA

Cebollas con más zinc contra la malnutrición mineral

En una investigación realizada en la ETSI Agrónomos de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) se han analizado los efectos de diferentes fertilizantes de zinc, de origen sintético y natural, en cultivos de cebolla bajo condiciones de invernadero. Dependiendo de las características de los suelos y de los complejos orgánicos aplicados, las cebollas obtenidas llegaron a tener hasta cuatro veces más contenido de zinc que cuando no se aportó zinc al cultivo, por lo que serían una buena fuente para satisfacer la ingesta diaria humana de este mineral recomendada por el National Research Council.

La deficiencia en zinc (Zn) es un problema nutricional muy común en los humanos, siendo una de las causas de esta deficiencia el bajo contenido de este elemento en los cultivos comestibles. El Zn es un micronutriente esencial para diferentes funciones en el cuerpo humano ya que es requerido para la actividad de enzimas involucradas en funciones metabólicas, bioquímicas, inmunológicas y clínicas. Por ello, numerosas funciones corporales se ven afectadas por esta deficiencia. Se estima que alrededor de un tercio de la población del mundo sufre este tipo de carencia nutricional que se está extendiendo a países desarrollados, especialmente en Europa.
El problema de la malnutrición mineral puede ser abordado con el incremento de la biodisponibilidad de elementos minerales en cultivos comestibles. Las estrategias agronómicas para aumentar las concentraciones de elementos minerales en los tejidos vegetales comestibles se basan generalmente en la aplicación de fertilizantes y/o en la mejora de la solubilización y movilización de los elementos minerales presentes en el suelo.

La biofortificación es un enfoque relativamente nuevo que tiene como objetivo mejorar el contenido de micronutrientes en los alimentos de origen vegetal de primera necesidad para mejorar el estado nutricional de la población. El aumento de micronutrientes en los cultivos se puede llevar a cabo mediante los métodos convencionales o métodos de ingeniería genética. La biofortificación agronómica a través de la fertilización aplicada sobre suelos, semillas y/o hojas ayuda a aumentar el contenido en nutrientes de los cultivos sin modificar la composición genética de los mismos.

En este tema lleva tiempo trabajando el Grupo de Investigación Contaminación de Agroecosistemas por las Prácticas Agrícolas de la Universidad Politécnica de Madrid. Así, han estudiado la influencia de diferentes complejos orgánicos de Zn de origen sintético y natural en la biofortificación agrónomica de la cebolla, cultivada en diferentes tipos de suelo, bajo condiciones de invernadero.
Estos investigadores estudiaron la efectividad de ocho complejos orgánicos de Zn y la eficacia de las distintas fuentes se evaluó principalmente en términos de rendimiento y de concentración de Zn en planta, aunque también se estudiaron otros parámetros como el contenido en carotenoides y clorofila. Se determinaron además las concentraciones de Zn que quedaron en el suelo después del cultivo y a qué fracciones del suelo se encontraba asociado el micronutriente, así como la influencia de diferentes parámetros del suelo como el pH y el potencial redox en la efectividad de los diferentes fertilizantes de Zn.

La aplicación de los complejos orgánicos de Zn al cultivo de cebolla mejoró tanto el rendimiento como la concentración de Zn en las plantas y, dependiendo de las características de los suelos y de los complejos aplicados, el contenido de Zn en la planta llegó a ser hasta cuatro veces superior con respecto al contenido cuando no se aportó Zn al cultivo. El trabajo ha sido publicado recientemente en la revista Scientia Horticulturae.

Uso innecesario de “puede contener” en las etiquetas alimentarias de los países nórdicos

A finales del año pasado nos hacíamos eco de un estudio desarrollado por la FSA (Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido) en el que se concluía que se estaba utilizando demasiado a la ligera el enunciado “puede contener” en relación a las trazas de ingredientes que se asocian a distintas alergias alimentarias, como por ejemplo la leche, los huevos, los cacahuetes, etc. De un análisis realizado en más de 1.000 muestras de productos alimentarios etiquetados con dicha advertencia, se detectó que casi un 50% no contenía ningún resto de alérgeno, algo que provoca una restricción de alimentos innecesaria para los consumidores con alergias.

Esta situación se repite en otros países, y ahora las autoridades nórdicas van a tomar cartas en el asunto de forma enérgica para evitar el uso innecesario de “puede contener” en las etiquetas alimentarias. Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia colaboraron en el año 2012 en una campaña de inspección sobre etiquetado de alérgenos y uso del enunciado “Puede contener trazas de…”, la finalidad de esta campaña era conseguir que las empresas alimentarias asumieran su responsabilidad y realizaran un etiquetado preciso sobre el contenido de alérgenos y sobre las advertencias de posibles trazas de alérgenos.

En este último caso ya se apuntaba que el abuso provocaba que las personas alérgicas tuvieran mucho más complicado poder elegir los alimentos al haber menos disponibilidad. En esta colaboración entre los países nórdicos se acordaron varios objetivos, uno de ellos era el de consensuar de forma común el uso de estas etiquetas de advertencia, así como promover la cooperación nórdica en esta materia, de todo ello se hablaba aquí. A raíz de las inspecciones realizadas, se detectó que un 20% de los alimentos que se comercializan en los países mencionados, incluían el mensaje de advertencia sin que se hubiera realizado un análisis exhaustivo que demostrase que existía un riesgo de posible contaminación con algún ingrediente asociado a las alergias alimentarias.

El Consejo Nórdico de Ministros, organización interparlamentaria de cooperación formada por Noruega, Suecia, Dinamarca, Finlandia e Islandia para preservar y desarrollar la cooperación entre los estados miembros en diferentes materias, consideró los resultados como muy graves, etiquetar una quinta parte de los alimentos con advertencias innecesarias no tiene justificación. Ahora, tres años después van a realizar una nueva evaluación para constatar que la industria alimentaria ha realizado los cambios oportunos y el etiquetado es correcto, en caso contrario tomarán medidas contra las empresas que hayan seguido utilizando las advertencias sin justificación científica. Se espera que a principios del próximo año den a conocer los resultados sobre la evaluación realizada.

Ante posibles dudas, algunas empresas alimentarias optan por la inclusión en el etiquetado del mensaje de advertencia sobre las posibles trazas de alérgenos, pero las dudas se pueden disipar si se realizan los estudios pertinentes. De acuerdo que es necesario proteger a las personas que son alérgicas, pero no se deben restringir opciones alimentarias de forma innecesaria, tal y como se constata en los países en los que se han llevado a cabo este tipo de estudios. Expertos como Ylva Sjögren Bolin, química y nutricionista que trabaja en la Agencia Nacional de Alimentos de Suecia, explica que abusar de este tipo de advertencias sabiendo que no están justificadas puede provocar que los consumidores hagan caso omiso de ellas y correr un riesgo real al comer un alimento que sí contenga trazas de alérgenos.
Las empresas alimentarias suelen elaborar varios productos distintos utilizando las mismas instalaciones, se supone que después de cada uso se limpian y desinfectan las instalaciones y la maquinaria, pero existe el riesgo de que puedan quedar restos de algún ingrediente con alérgenos que se ha empleado en la fabricación de un producto anterior. Las trazas son cantidades tan pequeñas que no forman parte del listado de ingredientes, por otro lado, en la fabricación del nuevo producto no se añaden esos ingredientes alérgicos de forma consciente, de ahí que para cubrirse las espaldas utilicen esas advertencias. Hablamos de cantidades muy pequeñas, quizá a unas personas no les afecte, pero para otras puede resultar peligroso, todo depende del umbral de sensibilidad que tenga la persona alérgica.

Para evitar o minimizar al máximo las trazas de alérgenos y poder utilizar un etiquetado correcto, es necesario seguir un protocolo sobre las órdenes de producción, utilizar barreras físicas que dificulten la posible dispersión de alérgenos en el ambiente, identificar los utensilios que se utilizan para la manipulación de las materias primas, trabajar con sistemas de limpieza eficientes. Hasta la fecha, la recomendación es abstenerse de comer alimentos con el mensaje de advertencia, puede que no pase nada si se come, pero también puede ocurrir lo contrario. Evidentemente, al seguir esta regla se reduce la disponibilidad alimentaria para las personas alérgicas, por ello es responsabilidad de los fabricantes utilizar los mensajes correctamente y no como medida de precaución para cubrirse las espaldas.

A finales del año pasado la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) actualizó la información y asesoramiento que ofrece sobre alérgenos alimentarios, explicaba que las empresas deben etiquetar sobre 14 alérgenos según la legislación comunitaria, pero para los productos que no contienen de forma intencionada ningún ingrediente que cause alergia, aconsejaba que se siguieran las mejores prácticas actuales que lleva a cabo la industria, es decir, tomar todas las precauciones necesarias para evitar la contaminación cruzada, así como la advertencia de que el alimento en cuestión podría contener alérgenos de forma no intencionada. Pero también aconsejaba una revisión periódica de la seguridad de los alimentos indicando que las personas alérgicas deben estar protegidas, pero no se les deben restringir opciones alimentarias de forma innecesaria, de todo ello hablábamos aquí. Parece ser que es más fácil y barato colocar el mensaje de advertencia que realizar los estudios y revisiones oportunas.

Volviendo a la noticia sobre el abuso del mensaje de advertencia “puede contener” en los países nórdicos, según leemos aquí, en esta ocasión la inspección incluirá pruebas y análisis más detallados que los llevados a cabo en el año 2012, por ejemplo, si un producto indica en la etiqueta que contiene lecitina, se analizará y verificará si esta deriva de la soja, los huevos o la leche. Se espera que el porcentaje de advertencias innecesarias en el etiquetado alimentario se haya reducido, de todos modos habrá que esperar a que se liberen los datos para constatarlo. Sería interesante realizar un estudio en nuestro país sobre el uso de la advertencia “puede contener”, ¿serían los resultados similares a los del Reino Unido o los países nórdicos?

Fuente: Gastronomía & CIA

Científicos españoles crean técnica para identificar la calidad de los alimentos

Victor Manuel Fernández CabanásEvaluación instantánea de los alimentos. Ese es el objetivo que busca alcanzar el Grupo de Investigación Tecnología de la Producción Animal de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica (Etsia) de la Universidad de Sevilla con la técnica de espectroscopía de infrarrojo cercano (NIRS). Una solución que permitirá  valorar de manera instantánea la calidad de cualquier producto alimentario sin alterar las propiedades del mismo.

Por medio de esta técnica, los investigadores son capaces de analizar muestras de carnes ibéricas y piensos, así como determinar el contenido de ácidos grasos de la leche de cabra, por ejemplo. Los científicos aclaran que conocer la cantidad de ácidos grasos saturados e insaturados de un producto es importante para prevenir enfermedades cardiovasculares y evitar riesgos para la salud del consumidor.

“Con esta técnica estimamos los índices de aterogenicidad y trombogenicidad, que determinan el potencial de la dieta para producir la obstrucción de las arterias formando placas de grasa o trombos”, explica el profesor de la Universidad de Sevilla y responsable de la investigación, Víctor Manuel Fernández Cabanás.

Fernández ha indicado que la tecnología NIRS presenta numerosas ventajas, como que es un tipo de análisis mucho más económico que otras técnicas como la cromatografía gaseosa (método de análisis de referencia), así como que es rápida, precisa y versátil.

Fuente: Redacción Médica