En España se desperdician 7,7 millones de toneladas de alimentos al año

En España se desperdician un total de 7,7 millones de toneladas de comida cada año. Estos son los datos que reveló el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente durante un debate multisectorial sobre el desperdicio de alimentos celebrado este martes en España, en el que han participado representantes de supermercados, distribuidores, asociaciones de la industria, la Administración, asociaciones de agricultores, consumidores y ONG.

Del total de alimentos desperdiciados, los hogares españoles son los que más comida tiran a la basura, representando el 40% del total, según los datos aportados por el responsable de prensa de la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL), Ángel Franco. A los hogares les sigue la industria, con el 39%, la restauración, con el 14% y el comercio, con el 5%.

Concretamente, del total de alimentos que entran a los hogares españoles, un 4% va a la basura. De este porcentaje, la mayoría de alimentos despilfarrados (un 80%) son alimentos sin procesar, es decir, de productos que son comprados y después ni siquiera son utilizados, mientras que el resto (20%) son alimentos de comida ya procesada o restos, tal y como destacó el director general de la Industria Alimentaria del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Fernando Burgaz.

Según Burgaz, la «magnitud» del problema del desperdicio de alimentos en España es «enorme», pero también lo es a nivel mundial, ya que, en todo el mundo, un tercio de la comida acaba en la basura.

España es el que más desperdicia, y también el que más alimentos dona
Según la Comisión Europea, España es el séptimo país que más comida desperdicia, después de Reino Unido, Alemania, Holanda, Francia, Polonia e Italia. En otro sentido, en declaraciones de FESBAL a Europa Press, España se coloca en primer lugar en la Unión Europea con respecto a donación de alimentos, con casi 153 millones de kilos de comida distribuidos, cifra que viene ascendiendo con respecto a años anteriores, desde 1996.

Los expertos en alimentación que se han reunido este martes en la sede del Consejo Económico y Social, coinciden en que la «clave» para atajar este problema reside en concienciar al consumidor. Así, Ángel Franco, apunta que es en el hogar donde hay que incidir, para que la gente «aprenda a comprar, a consumir y a reutilizar». En este sentido coincide la directora de Competitividad y Sostenibilidad de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), Paloma Sánchez, que considera que la solución se encuentra en informar adecuadamente al consumidor.

El responsable de FESBAL, Ángel Franco, consideró que la promoción de donación de alimentos también es importante, pero la «clave» es la concienciación de la sociedad antes que la penalización a quienes despilfarran (sobre todo supermercados) con «leyes rígidas».

Fuente: Infolibre

Acabar con el desperdicio alimentario, clave para alimentar a todos

Según las estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), en el año 2050 la población mundial, que estará alrededor de los 9 000 millones de personas, aumentará el consumo de alimentos de origen animal en un 60 por ciento.

Cómo afrontar el reto de alimentar a la población es un tema recurrente desde hace ya unos años, no solo en congresos y eventos del sector avícola, sino de toda la industria alimentaria.

Será necesario encontrar el equilibro entre aumentar la producción de alimentos y la sostenibilidad de ese aumento de producción, de modo que alimentar a todos no acabe con el planeta ni con los recursos que ofrece.

Acabar con el desperdicio alimentario parece ser que podría ser un factor clave para ayudar en esta tarea.

El desperdicio alimentario en América Latina y el Caribe
El primer Boletín de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos en América Latina y el Caribe de la Oficina Regional de la FAO, de julio de 2014, señalaba que el 6% de las pérdidas globales de alimentos se dan solo en esta región.

“Cada año la región pierde o desperdicia alrededor del 15% de sus alimentos disponibles, lo que impacta la sostenibilidad de los sistemas alimentarios, reduce la disponibilidad local y mundial de comida, generan menores ingresos para los productores y aumentan los precios para los consumidores”, explicó el Representante Regional de la FAO, Raúl Benítez.

Benítez agregó que las pérdidas y desperdicios también tienen un efecto negativo sobre el medio ambiente debido a la utilización no sostenible de los recursos naturales.

Con los alimentos que se pierden en la región sólo a nivel de la venta al detalle –es decir en supermercados, ferias libres, almacenes y demás puestos de venta al por menor – se podría alimentar a más de 30 millones de personas, es decir, al 64% de quienes sufren hambre en la región.

El desperdicio alimentario en el mundo
A nivel global, entre un cuarto y un tercio de los alimentos producidos anualmente para consumo humano se pierde o desperdicia.

Esto equivale a cerca de 1 300 millones de toneladas de alimentos, lo que incluye el 30% de los cereales, entre el 40 y el 50% de las raíces, frutas, hortalizas y semillas oleaginosas, el 20% de la carne y productos lácteos y el 35 % de los pescados.

La FAO calcula que dichos alimentos serían suficientes para alimentar a 2 000 millones de personas.

Es decir, la reducción del desperdicio de alimentos puede ayudar activamente a aprovechar mejor los recursos disponibles de modo que la tarea de alimentar a la población mundial del futuro sea más sencilla y eficiente, además de respetuosa con el medio natural.

Objetivos: reducir el desperdicio alimentario y acabar con el hambre
La FAO acaba de publicar la segunda edición de ese Boletín de Pérdidas y Desperdicios de Alimentos. En él, la FAO indica que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) ha asumido la meta de eliminar el hambre en la región antes del año 2025, por lo que, a través de su Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre, está impulsando una serie de medidas concretas para recuperar alimentos y evitar que acaben en la basura.

Estas medidas incluyen la creación de campañas de información para sensibilizar a todos los actores de la cadena alimentaria, mejoras en la claridad del etiquetado de los alimentos en cuanto a la fecha de expiración y las condiciones de almacenamiento son algunas de las propuestas que incluye el Plan de Seguridad Alimentaria de la CELAC.

La CELAC también llama a los países a aplicar buenas prácticas agrícolas y veterinarias durante la fase primaria de producción, fomentando estrategias de conservación de los productos de la agricultura familiar e implementando mejoras necesarias a las infraestructuras de transporte y del mercado.

En otros lugares del mundo también se está intentando abordar este problema. Como en Francia, que recientemente ha aprobado una serie de medidas que obligan a los supermercados de más de 400 metros cuadrados a no poder tirar a la basura los productos perecederos. En su lugar, tendrán que donar dichos productos a organizaciones dedicadas a la alimentación animal o a la fabricación de abonos agrícolas. La ley entrará en vigor en julio de 2016.

Este tipo de medidas suponen un gran paso en la lucha contra el desperdicio de alimentos. Con pasos como estos se está más cerca de conseguir alimentar a la población mundial de manera más eficiente y sostenible.

Fuente: El Sitio Avícola

Un taller para educar contra el desperdicio de alimentos

ruz Roja Granada organizó ayer las jornadas Educación nutricional en el mundo como parte del proyecto Apúntate al reto de terminar con la desnutrición y la malnutrición, que financia el Ayuntamiento de Granada con el objetivo de sensibilizar sobre el desperdicio de alimentos y su impacto en la pobreza y el hambre.

La Escuela de Hostelería y Turismo Hurtado de Mendoza acogió las ponencias con las que Cruz Roja Granada quiere advertir de las desigualdades sociales y defender el reconocimiento de la alimentación como un derecho fundamental, así como concienciar sobre el cambio climático y la utilización sostenible de los recursos. Las exposiciones van encaminadas a fomentar la adquisición de hábitos saludables de alimentación que prevengan el sobrepeso para mejorar la salud de los escolares y sus familias, enseñando a tomar responsabilidades ya en edades tempranas para disfrutar de una mejor calidad de vida.

Educación nutricional en el mundo fue inaugurada por José Amo Fraile, vicedirector de la Escuela de Hostelería y Turismo Hurtado de Mendoza, y contó con la presencia del concejal de Familia, Bienestar Social e Igualdad de Oportunidades del Ayuntamiento de Granada, Fernando Egea, y el vicepresidente provincial de Cruz Roja, Gabino García. Las jornadas han sido desarrolladas gracias a la colaboración de la Facultad de Medicina y la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales y el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos José Mataix de la Universidad de Granada.

El objetivo del proyecto es abordar la problemática del hambre en el mundo, los hábitos de consumo en España, el desperdicio de alimentos en nuestra sociedad y como paradoja, su carencia y necesidad en otras partes del mundo, así como las iniciativas para paliar el despilfarro de alimentos. Por otra parte, las exposiciones abordan el excesivo consumo de recursos y la generación de un ingente volumen de residuos; y la creación, aprovechamiento y reciclaje de los alimentos mediante un comportamiento ético y responsable.

Jorge Guardiola Wanden-Berghe, profesor del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Granada argumentó la ponencia Aspectos económicos del hambre y Guillermo Vázquez Mata, Catedrático de Medicina y especialista en Cooperación Internacional en la UGR: Comer cinco veces al día, entre otros.

Fuente: Granada Hoy

Frutas de alta tecnología contra el desperdicio de alimentos

Se estima que cada año, en Europa, a lo largo de la cadena alimentaria se debe tirar 89 millones de toneladas de alimentos.
La reducción de los residuos de alimentos es una prioridad en la agenda de las instituciones de la UE.  Pero la contención de los residuos también requiere cambios en el comportamiento del consumidor. LaFAO, en particular, indica que en las familias de mayores ingresos europeos descartar cada año 37 millones de toneladas de alimentos.

Los Países Bajos son los más «despilfarro» con 579 kg por habitante y año; que los residuos menos lugar es Grecia (44 kg). Italia se encuentra en el medio, con 149 kgde residuos de alimentos per cápita al año.

La crisis económica tiene, sin embargo, los residuos de alimentos redujo significativamente (57%). Para ahorrar dinero, de hecho, los italianos han comenzado a planificar mejor sus gastos y el consumo, la disminución de la cantidad comprada, la reutilización de sobras y prestar más atención a los plazos.

El diseño contra el desperdicio de alimentos, Guarde los productos en buen estado durante más tiempo , sin embargo, requiere más atención.

Aun así, de acuerdo con una encuesta realizada en el Reino Unido, sólo el 23% de los consumidores creen que el tener que almacenar en el refrigerador fruta fresca y el53% de vegetales frescos. Muchos podrían dejar alimentos sin sellar o libre, abierto al aire.

De ahí que la contribución de la innovación que, en este caso, tiene la forma de una alta tecnología fruta diseñado por Jagjit Chodha, estudiante de diseño en laUniversidad de Brunel, en Londres.

El Etileno Fruit Bowl, de hecho, tiene sus propios sensores internos pueden detectar la presencia de óxido de etileno, el gas que revela la etapa de maduración de la fruta. Cuando llega a los umbrales de etileno, un LED se ilumina para alertar de que La fruta debe consumirse porque está madurando demasiado.

Fuente: Foods News Latam