Aplazan voto sobre autorización del pesticida glifosato ante falta de apoyos

La Comisión Europea (CE) aplazó hoy, ante «la preocupación de algunos países», el voto sobre la autorización del polémico glifosato, un químico presente en algunos pesticidas, que la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer cree «posible cancerígeno», informó Greenpeace.

El voto, que estaba previsto esta semana, finalmente no tuvo lugar «dado que algunos países plantearon preocupaciones ante las advertencias sobre el cáncer por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS)», según la organización ecologista.

Fuentes comunitarias no precisaron los motivos del aplazamiento, y se limitaron a explicar que la posible renovación del glifosato, se discutió durante el lunes y martes en el Comité Permanente de Plantas, Animales, Alimentos y Piensos, en el que están representados los Veintiocho.

El lunes, el ministro de Agricultura de Italia, Maurizio Martina, dijo a través de la red social Twitter que su país iba a dar «una opinión negativa sobre el glifosato» en la reunión técnica en Bruselas.

El país se sumó así a Suecia, Francia y Holanda, entre los Estados miembros que se oponen a la aprobación de esa sustancia.

Fuentes comunitarias precisaron hoy que «todavía hay tiempo» de seguir debatiendo entre los Estados miembros, «ya que el plazo límite para una decisión sobre la posible reautorización del glifosato es finales de junio».

Las mismas fuentes indicaron que «los servicios de la CE y los países discutieron cómo avanzar en este asunto» y que «se hizo énfasis en particular en el tema de los coformulantes, como algo en lo que se debe centrar la atención, empezando por la prohibición del el polioxietil amina o «POEA».

Los debates entre los países sobre el resto de los puntos «seguirán en una próxima reunión del comité, cuya fecha está aún por precisar», pero que podría ser el 18 y 19 de mayo, cuando se vuelve a reunir el comité de expertos en materia de pesticidas, aunque «si fuera necesario el asunto se podría tratar en un encuentro anterior».

Greenpeace recordó que la Agencia Europea de Químicos va a empezar a investigar los efectos del glifosato en la salud humana, proceso que se espera concluya a finales de 2017.

«Mientras haya una opinión científica discordante, el glifosato no debería ser aprobado para su uso en la UE», dijo en un comunicado Franziska Achterberg, de la oficina europea de Greenpeace.

Por su parte el partido de los Verdes europeos indicó en un comunicado que el voto ha sido aplazado «a falta de una mayoría sólida en el comité de expertos».

La eurodiputada francesa Michèle Rivase, de los Verdes europeos, valoró que la CE haya tenido en cuenta la carta dirigida hace unos días por su partido al titular europeo de Sanidad, Vytenis Andriukaitis, para que el voto tenga lugar más adelante y opinó que así se dará al PE más tiempo para emitir su opinión y debatir el asunto.

Pese a la opinión negativa de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer y de la Organización Mundial de la Salud, que lo incluyó en su lista de posibles cancerígenos, en noviembre la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) concluyó que no hay evidencias científicas del vínculo entre el glifosato y el cáncer.

Sobre la base de esa segunda opinión, la Comisión Europea propuso autorizar por otros 15 años el glifosato, aunque planteó prohibir el uso de pesticidas que solo contengan uno de sus coformulantes: el «POEA».

Además, invitó a los Estados miembros a identificar los otros coadyuvantes usados en plaguicidas que puedan ser vetados.

Monsanto dice en su web que descubrió y patentó la molécula original del glifosato en 1969, pero que ahora «muchas otras empresas han registrado sus propios productos herbicidas a base de glifosato».

Añade que «hasta el momento, los estudios que contradicen el perfil de seguridad del glifosato no han cumplido con los criterios científicos sólidos para el desarrollo de estos estudios y de los protocolos».

Fuente: Expansión

Eurolegume: un Proyecto para promover el consumo de leguminosas garantizando la seguridad y calidad alimentaria en un entorno sostenible

La Comisión Europea aprobó recientemente el Proyecto Eurolegume (Enhancing of legumes growing in Europe through sustainable cropping for protein supply for food and feed) con el propósito de proporcionar a la población una dieta equilibrada y segura, que incluya proteínas de alta calidad provenientes de especies leguminosas. El Consorcio está formado por Universidades, Centros de Investigación y Empresas de diez países, siendo liderado por la Universidad Tras os Montes e Alto Douro, de Portugal. Por España participan la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) y la Empresa Kpra. En el Proyecto se evaluarán recursos genéticos europeos de guisante, haba y caupí con el fin de desarrollar nuevas variedades y productos innovadores susceptibles de ser utilizados como alimento humano y animal. Además, se seleccionarán cepas de Rhizobium y micorrizas arbusculares para promover la fijación de nitrógeno, desarrollando al mismo tiempo nuevos inoculantes comerciales y aprovechando así la influencia de las leguminosas para mejorar las propiedades del suelo en un contexto de agricultura sostenible. En este artículo se describen los antecedentes y objetivos del Proyecto y se incluyen algunos de los resultados obtenidos durante su primer año de ejecución.

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Fuente: Interempresas
Fuente: Interempresas

La CE fija como prioridad preparar la respuesta a posibles crisis alimentarias

La Comisión Europea (CE) se ha fijado como prioridad seguir desarrollando los instrumentos para responder a nivel europeo a posibles crisis alimentarias, según ha explicado el titular europeo de Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis, en una carta dirigida a los ministros europeos de Agricultura.

Según el documento, que el comisario ha publicado hoy en la red social Twitter, Bruselas quiere dar prioridad «a distintas iniciativas para garantizar que las herramientas» que utilizan «diariamente» para mantenerse «preparados y vigilantes» les «permiten a la CE y a los países» comunicarse «y cooperar de la manera más eficiente en caso de crisis».
En los últimos años, la necesidad de seguir trabajando en ese ámbito se puso de manifiesto con escándalos como el brote de la bacteria «E.coli» en 2011, que afectó sobre todo a los productores de pepino en España, o el fraude ocurrido en 2013 con la carne de caballo etiquetada como de vacuno.

Andriukaitis dice que, ya sea un asunto de seguridad alimentaria, un riego para la salud animal o vegetal o una práctica fraudulenta, «la clave de una gestión de crisis con éxito a nivel europeo radica en el despliegue eficiente y a tiempo de la cooperación entre los afectados».

Por otra parte, el comisario menciona la necesidad de debatir con los países un «enfoque estratégico» sobre las herramientas de control para garantizar que los productos agroalimentarios de terceros países cumplen las mismas reglas que se aplican a los europeos.

Para ello propone trabajar a partir de la legislación ya existente y reforzar las reglas sobre controles oficiales, un asunto que ahora es objeto de negociación a nivel europeo.

«No podemos permitir la situación de que productos más baratos y que incumplen, procedentes de terceros países, dañen el nivel de protección y la confianza de los consumidores y los negocios que respetan la ley», según el comisario.

Otra de las prioridades del comisario es la revisión de la legislación sobre los transgénicos, un asunto ya avanzado gracias a la adopción el pasado marzo de una directiva que da más libertad a los países para autorizar o prohibir esos cultivos.

En los próximos meses, el debate se centrará sobre cómo dar una propuesta al uso de los transgénicos en alimentos o piensos.

La definición de una normativa sobre los disruptores hormonales o endocrinos, las iniciativas para frenar la resistencia antimicrobiana, y la salud animal serán otros de los objetivos del comisario, según añade la carta.

Fuente: El Diario