Tetra Pak divulga el libro blanco sobre el proceso de calentamiento en los alimentos con partículas

Tetra Pak ha lanzado un informe que descifra el código de transferencia de calor en el proceso de los alimentos con partículas. Expertos de la compañía han desarrollado un modelo matemático único, que define los coeficientes de transferencia de calor para diferentes tipos de partículas en función de su tamaño, forma y concentración. Esto permite un cálculo preciso de la zona de calentamiento, la temperatura y el tiempo de mantenimiento que se necesita en cada receta.

Tetra Pak está utilizando estos resultados para ayudar a los fabricantes de alimentos a optimizar sus líneas de proceso. La precisión en el tratamiento térmico y en el diseño del sistema mejora la calidad de los productos al conservar el sabor, el color y la textura de las partículas. También reduce los costes operativos, sin poner en peligro la seguridad alimentaria.

Henrik Norlén, Global Category Director Prepared Food and Beverage de Tetra Pak, ha comentado sobre el libro blanco: «Durante los últimos 20 años, Tetra Pak ha invertido considerablemente en la investigación sobre la transferencia de calor. Nuestro modelo matemático es el primero en nuestro sector y se ha validado con multitud de modelados y simulaciones. Estamos encantados de compartir nuestras conclusiones con los clientes y ayudarles a definir el mejor diseño para que su línea de proceso mejore la eficiencia y ofrezca productos más sabrosos».

El informe está disponible en este enlace y también hay un video explicativo.

Fuente: Tecnoalimen

La seguridad alimentaria puede estar en riesgo por sustancias generadas al cocinar

2016011813244666087Como consumidores protegidos tenemos derecho a la seguridad de los alimentos que adquirimos así como a disponer de una información precisa y veraz. Aunque no siempre es así,y ahí están periódicamente noticias difusas en los medios de comunicación que recogen información muchas veces sesgada sobre lo que ocurre en los mercados de consumo humano de productos perecederos para alimentarse. Recuerden recientemente la carne.

La realidad es que si la OMS publicó una declaración acerca de los vínculos entre la carne procesada y el cáncer, en su manifiesto no ha quedado muy clara la evidencia que lo sustenta. Su enunciación está basada en un informe del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer que recopiló más de 800 estudios epidemiológicos de evidencia limitada entre el consumo de carne roja y el desarrollo de la enfermedad.

Un informe limitado, ya que pese a la asociación positiva entre la exposición al agente y el cáncer, no se pueden descartar otras explicaciones para las observaciones efectuadas. No obstante también la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición ha aconsejado prudencia y seguir las actuales recomendaciones de salud pública, que indican un consumo moderado u ocasional.

Pero uno de los factores que sí afectan a la carne al igual que a otros muchos alimentos es cómo se hace. Y son bien conocidos aunque poco difundidos los efectos negativos del  cocinado de los alimentos ya que los efectos del calor resultan impactantes, tanto por la alteración de sus estructuras originales, como por la generación de nuevos compuestos.

Entre ellos la acrilamida es una sustancia química que se genera durante los procesos de cocción, o al freír o al asar a altas temperaturas. Al principio, sólo se conocía por su uso en procesos industriales como la fabricación de plásticos, colas, papel y cosméticos. La exposición fortuita de los trabajadores de estas industrias a niveles elevados de acrilamida llevó a la identificación de esta sustancia como una neurotoxina.

Pero fue en 2002, hace apenas catorce años que, investigadores de la Universidad de Estocolmo descubrieron la formación de acrilamida en los alimentos. Desde entonces se ha encontrado esta sustancia en una amplia variedad de ellos procesados a temperaturas elevadas.

La acrilamida puede formarse en algunos alimentos durante el proceso de calentamiento, cuando se alcanzan temperaturas de más de 120°C al freír, tostar o asar aunque no aparece cuando se cocina a temperaturas menores. Por ejemplo, inicialmente se descubrió que las patatas fritas, las galletas, el pan tostado, los cereales, ciertos productos de confitería y el café la contenían. Las investigaciones posteriores también la han hallado en las frutas deshidratadas, las verduras asadas, las aceitunas negras, en  los frutos secos tostados y en las hechuras de las carnes.

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria lo ha confirmado. La acrilamida se forma como resultado de una reacción química entre un aminoácido  y un azúcar simple que produce toda una serie de cambios cuyo resultado es la “caramelización” del alimento y la formación de unos compuestos que proporcionan  a los alimentos cocinados un color y un aspecto típicos. Su proceso de formación todavía se conoce parcialmente.

Fuente: La Región

Los unicornios están en el sector de la alimentación

Que las startups son un importante motor de la economía de cualquier país no es ninguna novedad. Los medios, las grandes empresas y, sobre todo, los grandes inversores tienen sus ojos puestos en estas nuevas compañías esperando que una de ellas sea la que les dé el gran retorno. Aquellas nuevas empresas que alcanzan una valoración superior a los 1.000 millones antes de salir a bolsa se les conoce como unicornios. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Alimentación

Es el caso de Google, Facebook, Airbnb, Uber… Ahora, es el momento de la alimentación. Los grandes fondos ya no esperan que surjan nuevos Unicornios en servicios relacionados con Internet, ese mundo está cerca de llegar a la madurez. Ahora el foco está en las Foodtech startups, iniciativas en torno a la comida.

Y es que estas empresas están encabezando este movimiento de transformación del sector de la alimentación al que llamamos Food Revolution. Cientos de pequeñas compañías en todo el mundo están rediseñando cómo cultivamos alimentos, qué comemos, cómo lo comemos y dónde y qué compramos.

Relevancia
Para que nos hagamos una idea de su relevancia actualmente, en EEUU el 29% de la población postea fotos relacionadas con comida, el hashtag #foodporn genera más de 308.456.900 impresiones diarias. En televisión triunfan los concursos de cocina, los chefs se han convertido en estrellas y hay un interés cada vez mayor por la comida orgánica o ecológica y por los alimentos saludables. La comida y todo lo relacionado con ella es una tendencia consolidada.

El capital riesgo no es ajeno a esta tendencia y está apostando de manera considerable por este tipo de compañías. Las empresas relacionadas con comida y bebida atrajeron 373 millones de dólares de inversión sólo en el mes de octubre de 2015. Muchas son las áreas donde estas startups están desarrollando su actividad, pero en Lantern hemos identificado en el estudio 12 tendencias que lideran las Food Startups las más relevantes y las que, a nuestro juicio, están cambiando el panorama del consumo.

La primera de ellas es la e-conveniencia, todo aquello relacionado con el comercio electrónico de la alimentación y sobre todo sobre su logística, con el cómo acercar la compra a casa. Aquí tenemos interesantes ejemplos españoles como Comprea, Deliberry, LolaMarket o La Cesta del Mercado, que tienen una red de compradores que hacen la tarea por ti. O supermercados únicamente online, optimizados y enfocados en prestar un servicio excelente como Tudespensa.com o Ulabox.

Food curators
Por otro lado en este sector, los food curators ofrecen una selección limitada y personalizada de productos y marcas. En un mundo tan global y con tanta oferta de producto e información, se hace cada vez más difícil elegir y saber qué comprar. Aquí es donde servicios como Wineissocial hacen la tarea por ti eligiendo, con ayuda de reputados sumillers, en este caso, un conjunto de vinos que son enviados mensualmente a tu casa. Pero también existen servicios como Buyfresco que selecciona y envía alimentos, propone un menú y da recetas para poder prepararlas. Se acabó eso de pensar en qué voy a comprar y qué voy a comer.

La sostenibilidad y la responsabilidad son, también, cada vez más, un driver de consumo. En este entorno cada vez surgen más compañías que centran su propuesta de valor precisamente en desarrollar conceptos que contribuyen a un entorno mejor como Luraki, una aplicación móvil que pone en contacto a productores y consumidores a través de la geolocalización. Y con la aspiración de ofrecer una alimentación sostenible en el planeta, las startups nacidas en garajes de Silicon Valley están convencidas de que pueden cambiar la forma en la que comemos: carne elaborada en un laboratorio o fabricada a partir de vegetales ya se puede comprar en algunos supermercados.

Por un lado, tenemos startups como Exo Foods o Bitty que elaboran productos como barritas y galletas a partir de harina hecha con grillos. Y por otro, empresas que están dispuestas a hacer cambiar nuestra concepción sobre qué es carne o la mayonesa. Hampton Creek elabora salsa de mayonesa prescindiendo del huevo y de productos animales. Impossible foods está elaborando productos sustitutivos de la carne enfocados a los más carnívoros, y por si esto fuera poco, Modern Meadow ya ha logrado desarrollar la primera hamburguesa creada en un laboratorio.

Salud y sostenibilidad
Y es que además de la sostenibilidad, la salud es otro de los pilares de la nueva industria alimentaria. Los nuevos superalimentos como la quinoa, el teff o las algas serán cada vez más comunes entre aquello que ingerimos. Compañías como la valenciana Natural Functional Foods aglutinan ambos criterios elaborando alimentos más ricos en nutrientes de una manera más sostenible. Al igual que hacen Symborg o Vermidesing que aprovechan los recursos de la naturaleza para mejorar las cosechas.

En este ámbito más rural, también hay una gran explosión de startups en lo que denominamos Big Data Rural. Empresas españolas como Cubenube con su producto Bynse, o Fruitbull, Cropti y Agroguía, ponen la tecnología al alcance de los agricultoresl. Pero desde luego, las grandes innovaciones vienen desde el punto de vista del consumidor, de la persona. Cada vez seremos más los que cultivemos verduras y hortalizas, seremos más Growsumers, algo que ya hacen empresas como Growinpallet, Citysens o Ecohortum.

La cocina también sufrirá grandes cambios gracias a startups como Natural Machines que ha desarrollado la primera impresora 3D de alimentos. Y finalmente las experiencias gastronómicas, con empresas como Kitchensurfing o Tasting Collective que hacen del disfrute gastronómico un negocio. En definitiva un buen conjunto de nuevas tendencias y oportunidades de negocio que muchas jóvenes empresas están impulsando y desarrollando.

Fuente: El Economista

Vitoria acogerá el Congreso Internacional de Autocontrol y Seguridad Alimentaria, Kausal 2016

Entre el 25 y el 27 de mayo próximos va a tener lugar en Vitoria-Gasteiz la celebración de la VI edición del Congreso Internacional de Autocontrol y Seguridad Alimentaria que cuenta como organizadores con la Dirección de Salud Pública y Adicciones del Departamento de Salud del Gobierno Vasco además del ayuntamiento de la ciudad.

Este congreso llega a su sexta edición y es la cuarta vez que se celebra en el País Vasco. Los organizadores confían en llegar a 400 asistentes y contarán con expertos en temas de seguridad alimentaria. Su contenido versará sobre seguridad alimentaria, alimentación saludable y sostenible, con nuevas metas para esta sexta edición que se centrarán en la mejora de la comunicación hacia la ciudadanía, comunicación de riesgos, reivindicación del papel de los expertos en seguridad alimentaria en la transmisión de información veraz a los ciudadanos, y la transparencia de la administración en la presentación de sus resultados de control.

Con este evento, los organizadores buscan que los asistententes puedan compartir experiencias, conocimientos y soluciones para los nuevos retos, presentes y futuros, de la seguridad alimentaria, incidiendo de manera especial en la transparencia y comunicación a la ciudadanía de los riesgos y su posible participación en evitar o minimización de los mismos.

Fuente: Eurocarne

España, Francia e Italia acuerdan evitar la eliminación del Certificado B del Ajo

Esta mañana se han reunido en la sede de la consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha de Toledo el grupo de contacto Ajo del Comité Mixto europeo, órgano de diálogo, consulta y cooperación creado en 1997 entre los gobiernos y organizaciones agrarias representativas de la producción y el comercio, integrado en la actualidad por España, Francia e Italia, para abordar la situación del sector así como afrontar nuevos retos.

Durante la reunión han estado presentes el consejero de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo; el presidente de la Mesa Nacional del Ajo, Julio Bacete; el vicepresidente de la Asociación Nacional de Productores y Comercializadores de Ajo de España (ANPCA), José Antonio Corell, y miembros de las delegaciones de Francia e Italia, como la presidenta del colegio de productores ANIAL, Christiane Pieters.

Los temas que se han abordado se han centrado en dos puntos clave, por un lado, informar de las previsiones de la presente campaña de siempre, así como la situación de los Certificados de Importación B, teniendo en cuenta la oposición del sector ante su posible eliminación.

Incremento de la siembra
De esta manera, el presidente de la Mesa Nacional del Ajo, Julio Bacete, ha explicado que en esta campaña, «se estima un ligero aumento de la producción respecto al año pasado, en torno al 5%, teniendo en cuenta el volumen de siembras que aún no está semprado».

Además, se ha visto la situación de precios en origen y mercados a nivel local e internacional, constatándose en los mercados europeos que ha habido una notable recuperación de los mismos tanto en remuneración a los productores como en la posición salida de almacén, aunque los consumidores han seguido pagando altos niveles de precio por el ajo.

Mantenimiento del Certificado B
En cuanto a las licencias B, Bacete ha explicado que «es un sistema en el que confiamos y que queremos se mantenga, ya que para nosotros supone un control exhaustivo de las importaciones, y no cambiarlo por otro del que tenemos dudas de su eficacia?. Julio Bacete ha matizado que el reto del sector del ajo sigue siendo ?ofrecer garantía y seguridad alimentaria con la que contamos ahora».

En este sentido, el Grupo de Contacto ha acordado presentar un documento conjunto por parte de los tres países implicados al Parlamento Europeo, para que el ajo tenga la misma consideración que la han tenido productos como el alcohol etílico, el arroz, el azúcar, el cáñamo, considerados específicos, y que mantienen el sistema de Certificados B, y se eviten fraudes, como ha sucedido en el pasado.

El consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, ha destacado la importancia del sector del ajo en su conjunto a nivel europeo. Ha coincidido con el Grupo de Contacto Ajo en que «es necesario extremar los controles de fronteras a nivel europeo» y ha recordado su importancia para poder competir con uno de los mayores productores como es China. «Hasta el momento, está claro que la colaboración entre España, Italia y Francia es buena y el Comité Mixto es buen ejemplo de ello».

«Desde Castilla-La Mancha se apoya el fomento de las figuras de calidad, como son las Indicaciones Geográficas Protegidas, por lo que Martínez Arroyo ha recordado la necesidad de que los consumidores, sobre todo los nacionales, sepan diferenciar los diferentes productos y se conozcan las virtudes del ajo morado y del ajo español».

Producción de ajo
Según datos oficiales, España cultivó en la pasada campaña más de 19.000 hectáreas, obteniendo un rendimiento estimado en torno a 175.000 toneladas, gozando además, de un enorme potencial internacional en el comercio del ajo en sus distintas variedades, y de una posición destacada en los mercados de la Unión Europea (UE), Norte de África, Sur y Centroamérica, destinos habituales de su producción.

Castilla-La Mancha, con cerca de 11.500 hectáreas de cultivo y casi 100.000 toneladas de producción, es la primera región de España y de la UE en la producción de este bulbo, estratégico en aquellos pueblos que se dedican a su cultivo y comercio, ya que a lo largo de muchas décadas la actividad desarrollada en torno al ajo, ha demostrado que fija población, generando empleo y riqueza en muchas comarcas.

Comité Mixto de Frutas y Hortalizas
El grupo de contacto del ajo está integrado por los tres principales países productores de la UE, que disponen de representación acreditada y sector organizado, tal es el caso de Francia a través de la Interprofesional ANI´AIL; de Italia por medio de la producción y el comercio; y de España, con la Asociación Nacional de Productores y Comercializadores (ANPCA) y de la Asociación Mesa Nacional del Ajo.

Además, este Comité Mixto tiene establecidos Grupos específicos de Contacto en fresa, ajo, tomate, nectarina y melocotón, pera y manzana, que son los productos en los que se entiende se necesita más colaboración entre las delegaciones administrativas y sector de los tres países, debido a la situación particular en la producción y comercialización de los mismos.

El balance de actividad y resultados de estos trabajos, tras casi dos décadas de funcionamiento del Comité y de los Grupos de Contacto, es positivo, ya que este tipo de encuentros han servido para analizar e intercambiar información sobre la situación del mercado y establecer acuerdos en materia de mejora de la regulación sectorial, y en menor medida, para fomentar la comercialización de estos productos.

Fuente: El Economista

Comerás más y te saciarás menos si el alimento es etiquetado como saludable (estudio)

El que presentamos ahora es un interesante estudio sobre cómo nuestra naturaleza, y nuestra mente, nos incitan a actuar de una cierta manera, aunque no se corresponda exactamente con lo que pensemos. En el caso de este estudio sobre alimentación, hace referencia a que las personas tienden a comer más cantidad de un alimento que es etiquetado como «saludable»; incluso más que si ese mismo alimento se etiqueta como «nutritivo» o «no saludable».

Según los autores, esto ocurre porque, aun sin darnos cuenta, estamos predispuestos a asociar los alimentos descritos como «saludables» con el concepto de que sacian menos, por lo que los sujetos tienen más hambre y necesitan ingerir más para sentirse satisfechos; lo cual, irónicamente, podría incitar a empeorar la salud, en lugar de cuidarla más.

Saciedad y relación con las etiquetas de «saludable» o «no saludable»
Si queréis echar un vistazo al orginal, el estudio (en inglés) aparece en la edición de enero de 2016 de la revista Journal of the Association for Consumer Research, pudiendo acceder a una introducción aquí, y en este otro artículo (también en inglés) tenemos algo más de información sobre el estudio.

Se realizaron tres tipos de pruebas en el estudio. Para la primera, contaron con 50 estudiantes universitarios, a los que realizaron un test de asociación implícita, encontrándose que los sujetos tenían una marcada asociación de una relación inversa entre los conceptos de alimento saludable y saciante.

La segunda prueba incluyó a 40 universitarios con sus estudios finalizados. Se les dio una galleta, la misma a todos los sujetos, pero a unos se les presentó como saludable, mientras que a otros, como no saludable. Se comprobó que los sujetos que tomaron la galleta «saludable» presentaban mayor sensación de hambre que los que ingirieron la «no saludable»; siendo, como hemos dicho, la misma galleta en todos los casos.

Y la última prueba contón con 72 estudiantes que consumieron palomitas de maíz etiquetadas como «saludables», «no saludables» y «nutritivas» (lógicamente eran todas iguales). Se les indicó que pidieran palomitas que creyeran suficientes para no estar hambrientos mientras vieron una película, resultando que los del grupo de «nutritivas» ordenaron menor cantidad.

Conclusiones: el etiquetado influye en la saciedad
Con estas pruebas (recordemos, es un estudio; habrá que ver otros que vayan en la misma línea) los investigadores han señalado que probablemente existan creencias implícitas que asocian lo «saludable» con «menos nutritivo» y que influyan en la cantidad de alimento que se consume, según la creencia o expectativa que tengamos sobre su efecto.

Me parece muy interesante que un mismo alimento, sean las galletas o palomitas en el estudio, provoca distinta sensación de saciedad o genera sensación de hambre, dependiendo del nombre que aparezca en el envoltorio.

En los mecanismos de hambre y saciedad hay implicados numerosos factores psicológicos. Por ejemplo, recordemos el caso de cómo la forma de la copa influye en el sabor del vino.Una misma galleta puede dejarte hambriento o saciarte, dependiendo de lo que diga el rótulo en el paquete.

Fuente: Vitónica

El alcance de las intoxicaciones alimentarias

El volumen de enfermedades transmitidas por alimentos en todo el mundo es considerable y, pese a que afecta a personas de todas las edades, los niños menores de cinco años y las personas que viven en zonas desfavorecidas son los más perjudicados. Estas son algunas conclusiones del informe ‘Estimación de la carga mundial de las enfermedades de transmisión alimentaria’, publicado el pasado mes de diciembre por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los expertos han analizado las enfermedades provocadas por 31 agentes, entre los que se encuentran virus, bacterias, parásitos, toxinas y productos químicos. Este artículo recoge cuáles son las causas más frecuentes de intoxicación y qué retos plantea la inocuidad de los alimentos.

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Fuente: Eroski Consumer

El 72% de los consumidores españoles se fija en la información nutricional del etiquetado, según un estudio de HISPACOOP

Según el estudio, el 32% de los encuestados considera que los datos más relevantes son aquellos que tienen que ver con las grasas saturadas; el 23%, el valor energético (las calorías); el 15%, las grasas trans; y el 11%, los azúcares. Además, el informe refleja que, aunque en menor medida, también se mencionan otros elementos como la sal (o el sodio), las grasas monoinsaturadas o poliinsaturadas, vitaminas, proteínas, otros hidratos de carbono como los polialcoholes o el almidón, fibra alimentaria, los minerales y otros.

En este sentido, dos de cada tres encuestados cree que expresar la información nutricional en 100 gramos o 100 miligramos ayuda a entender dicha información. Entre quienes opinan lo contrario, se encuentran en mayor medida los mayores de 65 años.

Asimismo, la información nutricional también puede venir expresada en porcentajes de ingesta de referencia (IR), ya sea por 100 gramos o 100 miligramos o por proporción o unidad de consumo. La mitad de los encuestados que leen la información nutricional se fijan en estas proporciones. De nuevo son los mayores de 65 años quienes lo hacen en menor medida).

Sobre el origen del producto, un 68% de los responsables de compra se fijan en este dato y, de ellos, casi nueve de cada diez escogen productos producidos en su región o país frente a otros. Así, los encuestados destacan los tipos de alimentos que, a su juicio, deberían llevar este dato en su etiquetado: la carne de vacuno, porcino, caprino y otros (el 90% así lo cree), el pescado (el 84%), las aves de corral y la leche (el 76%, respectivamente), y la miel y la leche utilizada como ingrediente en productos lácteos (en torno al 59%, en ambos grupos de alimentos). Solo un 3% señaló las frutas y las verduras.

Por otra parte, en relación con los alérgenos, el informe revela que nueve de cada diez encuestados afirman que debería indicarse de una manera más clara la existencia de ingredientes que pueden causar alguna alergia o intolerancia. En concreto, un 67% de ellos afirman saber que en todos los alimentos es obligatorio informar sobre la existencia de este tipo de ingredientes, frente a un 32% de las personas consultadas, que reconocieron no saberlo.

Además, el 63% de los encuestados que habitualmente se fijan en el etiquetado de los alimentos no ha notado cambios en este canal de información en los últimos 6 meses, mientras que el 36% sí los ha percibido. Estos últimos identifican modificaciones en los ingredientes que causan alergias o intolerancias (un 17% lo ha percibido) y en la claridad de la información nutricional y el origen de vegetal de los aceites y grasas vegetales (un 10%, respectivamente).

El ‘Estudio del comportamiento del consumidor sobre la información alimentaria’ incluye las respuestas de un total de 1.511 entrevistados, responsables de compras del hogar en España. Las encuestas han sido realizadas entre octubre y noviembre de 2015 y, de ellas, 1.000 han sido telefónicas y 511 se han obtenido a través de http://www.consumer.es. La muestra total se ha distribuido por sexo, edad (mayores de 16 años), hábitat y comunidad autónoma (las 17 y las 2 ciudades autónomas).

Fuente: Te Interesa

La ULE estudia la gestión de los alérgenos en la alimentación

La Escuela Superior y Técnica de Ingeniería Agraria (ESTIA) de la Universidad de León (ULE) ha organizado un curso sobre ‘Gestión de alérgenos en la industria alimentaria’, que se celebrará en sus instalaciones los días 18 y 19 de febrero de 15 a 20 horas, y que está dirigido a los profesionales relacionados con las labores de manipulación y tratamiento de alimentos en la industria, así como a cualquier persona interesada en esta área específica de seguridad alimentaria en alérgenos.

El curso permitirá a los participantes conocer los aspectos generales sobre las intolerancias y alergias alimentarias, así como determinar las características de los alimentos y especificar las causas que provocan su contaminación, concretamente la cruzada. También se ofrecerá formación para identificar los aspectos más importantes que incluye el nuevo reglamento en materia de alérgenos en los alimentos, y se preparará a los alumnos para que sean capaces de reconocer las características de la implantación de un plan de control y gestión.

Es importante destacar que la formación recibida capacitará al personal del mundo de la industria alimentaria para que pueda aplicar todas las medidas y planes de prevención y control de alérgenos en los alimentos, cumpliendo con lo estipulado en el Reglamento Europeo.

Entre otros temas, el programa se ocupará de explicar en qué consiste una alergia alimentaria, qué personas corren el riesgo de sufrirlas, cuáles son las causas más comunes de estas intolerancias, qué responsabilidades tienen los fabricantes y minoristas de alimentos, y también analizará la legislación en aspectos como el etiquetado o la necesaria información al consumidor.

Las personas interesadas pueden formalizar su inscripción en la Unidad de Extensión Universitaria y Relaciones Institucionales (Avda. Facultad de Veterinaria nº25. León. Tfnos: 987 – 291 961 y 293 372), o en la modalidad online en la web de la ULE.

El precio de la matrícula ordinaria se ha fijado en 70 euros, cantidad que se reduce a 60 para los estudiantes universitarios, personas en situación de desempleo, y antiguos alumnos y personal vinculado a la ULE.

Hay que reseñar que este curso ofrece a los participantes la oportunidad de convalidar 1 créditos LEC y 0’5 ECTS de libre configuración curricular, para ello se exigirá la asistencia al menos al 80% de las sesiones presenciales, y también superar la prueba de evaluación que consistirá en un examen tipo test sobre los conceptos desarrollados a lo largo del curso.

Fuente: León Digital

La FDA amplía el periodo de comentarios sobre el uso del término “natural” en los alimentos

En el mes de noviembre nos sorprendía un anuncio de la FDA (Food and Drug Administration) solicitando a la población comentarios sobre el uso del término “natural” en las etiquetas alimentarias. Hasta la fecha, la Agencia de Medicamentos y Alimentación de Estados había estado obviando las peticiones recibidas para dar una definición de lo que significa el mensaje “natural” en las etiquetas de los productos alimentarios, permitiendo su uso en productos que contienen materias primas modificadas genéticamente, algo en lo que no han estado nunca de acuerdo algunos investigadores, organizaciones ecologistas u organizaciones de consumidores, entre otros.

Pues bien, parece ser que la FDA ha recibido muchos comentarios (más de 3.300), pero también varias peticiones para que proporcione más tiempo para argumentar los comentarios debido a la complejidad del tema, concretamente la Grocery Manufacturers Association (Asociación de Fabricantes de Alimentos) y el North American Meat Institute (Instituto de la carne de América del Norte). Como podemos comprobar, son las empresas relacionadas con la industria alimentaria las que piden más tiempo, algo lógico teniendo en cuenta que muchas de estas empresas han estado utilizando definiciones que aluden al carácter natural de sus productos durante años.

La FDA amplía el periodo de comentarios sobre el uso del término “natural” en los alimentos hasta el próximo 10 de mayo, es decir, tres meses más de la fecha límite anunciada en un principio. Una buena parte de los comentarios que se han recibido hasta la fecha y que podéis leer aquí, son de personas interesadas en conocer la relación del uso del mencionado término con los alimentos transgénicos, el uso de antibióticos en los animales, conservantes y otros aditivos que se utilizan en los alimentos. Pero también se han recibido comentarios pidiendo etiquetas más transparentes, un ejemplo es la Asociación Americana de Enfermeras que pide que en las etiquetas se incluya el país de origen de los productos y la información sobre los ingredientes modificados genéticamente que se hayan utilizado en la elaboración de los productos.

Aunque esta solicitud guarda, en cierto modo, relación con la aclaración sobre qué se considera “natural”, en Estados Unidos no se identifican los alimentos transgénicos, por lo que posiblemente se haga caso omiso a este comentario. Para los fabricantes puede ser un problema, si la FDA determina que no se puede incluir el mensaje ‘natural’ en un producto que contenga transgénicos, será un modo de delatar que un alimento que no porta este mensaje podría incluir materias primas transgénicas, lo que permitiría los consumidores diferenciar entre alimentos con transgénicos y libres de ellos.

Continuamente se realiza la misma reclamación, los consumidores tienen derecho a conocer el contenido de los alimentos que consumen y de los ingredientes que los componen, así como el modo en el que han sido procesados o modificados, pero es una reclamación que de momento sigue cayendo en saco roto. La razón es obvia, mientras se mantenga el principio de equivalencia sustancial en el que se considera que un alimento modificado genéticamente es seguro cuando es equivalente en composición y características nutricionales a un alimento tradicional, será complicado que los alimentos con materias primas modificadas genéticamente dejen de utilizar términos como “natural”.

La FDA atiende las respuestas que se proporcionan a las 16 preguntas formuladas relacionadas con el uso de “natural” en las etiquetas de los alimentos, a partir de todos los comentarios recibidos habrá que esperar a que la agencia se pronuncie sobre el tema, algo que demandan consumidores, grupos ecologistas, empresas y tribunales por la cantidad de demandas que se han realizado contra las empresas que utilizan estos mensajes en sus productos. Su respuesta podría tener un impacto significativo en la industria, sin embargo, es de esperar que se tardará bastante tiempo en darla, como ya comentamos en su momento, la FDA tardó nada menos que nueve años en definir los requisitos que se deben cumplir en el etiquetado que porta mensajes como “libre de gluten”.

Da la impresión de que esta iniciativa de la FDA es un paripé para ganar tiempo, contentar a los consumidores y lavar la imagen que se ha creado como agencia que vela sobre todo por los intereses de la industria alimentaria. A través de este comunicado de la FDA podréis conocer más detalles sobre el nuevo plazo anunciado para recibir los comentarios sobre el uso del término natural en los alimentos.

Fuente: Gastronomía & CIA