Aloe vera para conservar fruta

Mejorar el tiempo de conservación de la fruta una vez recolectada, mejorar su metabolismo y evitar que se pudra, aplicándoles un recubrimiento natural basado en un gel de aloe vera. Este es el objetivo de la patente registrada por el Departamento de Tecnología de los Alimentos de la Universidad Miguel Hernández, en el que trabajan varios catedráticos e investigadores del campus oriolano de Desamparados, que llevan más de 10 años investigando las propiedades de numerosas especies de aloe para mejorar el producto, que sustituiría de forma más natural, efectiva y ecológica las ceras que emplean las empresas en las frutas que se comercializan en los supermercados.

Así lo explica el catedrático Domingo Martínez, uno de los investigadores encargados del proyecto. Las líneas de investigación se centran en conservar intactas las propiedades de los «frutos de hueso», como son las «cerezas, ciruelas o la uva, ya que son los más característicos de la provincia de alicante, por lo que decidimos centrarnos en ellos».

Este producto sustituiría así a la cera que actúa como capa protectora de forma natural en las frutas, que «habitualmente se pierde en los procesos de recolección, lavado y tratado para su venta, lo que obliga a las empresas recolectoras a aplicar posteriormente otras ceras que sustituyan a las de la propia fruta».

El resultado final de la investigación mejora todos estos productos, pues ya no se trata simplemente de evitar la transpiración, esa pérdida de agua, para que el fruto se mantenga intacto, sino que «el aloe tiene propiedades que ayudan a mejorar el metabolismo de la fruta. No hay que olvidar que la fruta es un ser vivo, y que al ser separada de la planta continúa su proceso biológico, por lo que las propiedades del aloe» facilitan estos procesos. Además, se encuentra el añadido de que esta fina capa resultante al aplicar el gel, «posee propiedades antimicrobianas, lo que evita la podredumbre de la fruta, ya que son estos microbios los que hacen que la fruta se pudra».

Para la elaboración del gel, el departamento ha estudiados las propiedades de hasta ocho especies distintas de aloe, desde el aloe vera hasta el aloe arborescens. Este último es el que ha aportado un mayor componente graso y contenido en polisacáridos más ricos en el recubrimiento, si bien es el menos productivo, pues sus hojas son mucho más pequeñas que las del aloe vera, por lo que es necesario un mayor cultivo para obtener la misma cantidad de gel.

El proceso de elaboración es relativamente sencillo. Una vez cortadas las hojas de la planta de aloe, se sumergen en unos tanques con agua durante 24 horas hasta que la planta elimina de forma natural el látex presente en ella (ese líquido amarillento que emerge de las hojas). Esto es importante ya que ese látex contiene grandes concentraciones de antraquinona, una sustancia que posee numerosos efectos en la flora intestinal y que puede provocar diarreas y otras patologías, por lo que suele emplearse en la elaboración de laxantes. Esta es precisamente la razón por la que la ingesta directa de aloe vera está muy limitada en la Unión Europea, pese a que su uso en cosmética está ampliamente extendido.

Una vez eliminada esta sustancia, se cortan las hojas por la mitad para extraer el mucílago (esa especia de moco gelatinoso que contiene el aloe). Es precisamente esta sustancia la que posteriormente es triturada hasta obtener el gel. Sin embargo, no se aplica directamente, pues antes de sumergir la fruta en él para crear esta capa protectora, se estabiliza añadiéndole ácidos orgánicos, entre otros, para mejorar sus propiedades. Es entonces cuando se aplica esta capa en la fruta, que una vez se seca, apenas es visible. El resultado es una película protectora que mejora el aspecto del fruto, añadiéndole brillo (algo muy perseguido por las comercializadoras, que buscan hacer más atractivo el producto a los ojos del consumidor), además de protegerlo de las enfermedades fúngicas.

La UMH posee esta patente en España, que ya está siendo utilizada por «empresas de Asia, por lo que queremos expandirla aquí también», asegura Martínez. Aun así, la universidad continúa realizando investigaciones con el aloe de base. «Solicitamos un proyecto de investigación al ministerio en 2010 para ahondar en las distintas propiedades de varios tipos de aloe», con el fin de mejorar el producto. A pesar de que la UMH posee en Desamparados una pequeña plantación «de alrededor de una tahúlla» de diversas especies, el objetivo pasa por ampliar los conocimientos en base a una planta que puede aportar numerosas beneficios en el campo de la Tecnología de los Alimentos, tras el enorme empuje comercial que ha tenido en otros sectores como en el de la cosmética o la farmacia, en el cuidado de enfermedades de la piel.

Otro de los campos de investigación abiertos pasan por seguir trabajando en el gel obtenido para añadir otros componentes «como son lípidos y demás para mejorar las cualidades de conservación de la fruta».

Fuente: Diario Información

Cuidado con las frutas y verduras de Turquía

Continuamente se producen situaciones que nos pueden hacer pensar que la UE representa intereses de terceros países y no los intereses de los consumidores y países comunitarios. La razón es que no se aplican los mismos criterios de control y exigencia que pesan sobre los alimentos europeos a los alimentos importados de otros países no comunitarios. Un ejemplo que se puede citar esTurquía, en lo que va de año se han publicado en la RASFF (Red de Alerta Europea), nueve alertas sanitarias en las frutas y verduras procedentes de ese país. Pero además, hay que apuntar que en los últimos siete meses se han publicado hasta 100 alertas alimentarias, pero parece que la UE es bastante tolerante con el país.

Hay que tener cuidado con las frutas y verduras de Turquía, en algunos casos concretos, como por ejemplo los pimientos procedentes de ese país, se ha contabilizado un nivel de hasta 131 veces más de insecticidas y acaricidas del que permite la UE. Si esta infracción la hubiera cometido un país comunitario, por ejemplo España, seguro que habrían vetado el cargamento y quizá se hubiera impuesto una multa. Parece que desde la Unión Europea lo único que se emite son toques de atención, esta es la razón por la que COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) ha decidido trasladar su preocupación al Ministerio de Agricultura de nuestro país y le ha solicitado que traslade a la Comisión Europea la necesidad de frenar las importaciones turcas de frutas y verduras a la UE.

En otras ocasiones ya hemos hablado de este tema, no se trata sólo de Turquía, la realidad es que los alimentos procedentes de terceros países son los que provocan más alertas alimentarias, y son también los que parecen eludir con más facilidad la legislación europea en materia de calidad y seguridad. Aunque COAG habla de Turquía, sería cuestión de generalizar y trasladar a la UE que no se permitiera la entrada de ningún alimento que incumpliera la normativa comunitaria. Hace algunos años, la entonces Comisaria Europea de Agricultura Marianne Fischer, ante las quejas de los agricultores españoles por la exagerada importación de frutas y verduras de terceros países, explicaba que los tiempos del proteccionismo pertenecían al pasado de los productores europeos.

El proteccionismo en la política económica es una forma de proteger los alimentos que produce un país imponiendo limitaciones en la entrada de productos similares procedentes de otros países, y para ello se imponen aranceles e impuestos a la importación, a fin de que los productos resulten tan caros que no merezca la pena importarlos. De acuerdo, los tiempos del proteccionismo habrán pasado a la historia, pero no la seguridad alimentaria ni la calidad, o ¿acaso también han pasado a la historia estas cuestiones en el seno de la UE?

Es una total injusticia, los productores españoles se tienen que enfrentar a una crisis de precios provocada por las plataformas de distribución y las comercializadoras, a la competencia desleal de terceros países y a todo tipo de trabas que lo que hacen es que tengan ganas de abandonar la actividad. Ahora para colmo también hay que soportar que los alimentos de terceros países que se introducen en Europa incumplan la normativa comunitaria en materia de calidad y seguridad.

Desde COAG se aclara que los pimientos turcos no están llegando a los supermercados españoles, aunque es difícil tener la absoluta certeza y más conociendo otros casos que nos han puesto sobre aviso, un ejemplo eran los limones turcos que llegaban a nuestro país y que se comercializaban como producto nacional. Pero hay muchos más ejemplos que se podrían citar sobre los fraudes relacionados con el origen de determinados alimentos, aunque este no es el tema del que ahora toca hablar.

COAG explica que estos pimientos están introduciéndose en los mercados de otros países comunitarios y por ello, se pide a la distribución europea que deje de abastecerse de alimentos de terceros países que incumplan los requisitos de calidad y seguridad alimentaria. En vez de comprar las frutas y verduras a países como España que cumplen escrupulosamente estas normativas, es preferible adquirir los productos a terceros países por ser más baratos y poder obtener un mayor margen de beneficios, calidad y seguridad alimentaria se relegan a un segundo plano.

COAG recuerda al Ministerio de Agricultura de España que cuando ha habido una alerta sanitaria relacionada con los alimentos españoles, siendo el riesgo mínimo y nada que ver con el que ofrecen los pimientos turcos, se ha puesto el grito en el cielo y los mercados han castigado duramente al sector agrícola español. Como decíamos, parece que la UE vela por los intereses de los países no comunitarios, quizá la Unión Europea debería ser un poco proteccionista y tener cura de sus miembros.

Es escandaloso lo que está ocurriendo y la lógica nos dice que se debería vetar la importación de alimentos turcos hasta que no se aclare la situación, como bien indica COAG las normativas son para todos los países, no sólo para los países comunitarios. Podéis conocer más detalles de la denuncia, a través de la página oficial de COAG.

Fuente: Gastronomía & CIA

Frutas de alta tecnología contra el desperdicio de alimentos

Se estima que cada año, en Europa, a lo largo de la cadena alimentaria se debe tirar 89 millones de toneladas de alimentos.
La reducción de los residuos de alimentos es una prioridad en la agenda de las instituciones de la UE.  Pero la contención de los residuos también requiere cambios en el comportamiento del consumidor. LaFAO, en particular, indica que en las familias de mayores ingresos europeos descartar cada año 37 millones de toneladas de alimentos.

Los Países Bajos son los más «despilfarro» con 579 kg por habitante y año; que los residuos menos lugar es Grecia (44 kg). Italia se encuentra en el medio, con 149 kgde residuos de alimentos per cápita al año.

La crisis económica tiene, sin embargo, los residuos de alimentos redujo significativamente (57%). Para ahorrar dinero, de hecho, los italianos han comenzado a planificar mejor sus gastos y el consumo, la disminución de la cantidad comprada, la reutilización de sobras y prestar más atención a los plazos.

El diseño contra el desperdicio de alimentos, Guarde los productos en buen estado durante más tiempo , sin embargo, requiere más atención.

Aun así, de acuerdo con una encuesta realizada en el Reino Unido, sólo el 23% de los consumidores creen que el tener que almacenar en el refrigerador fruta fresca y el53% de vegetales frescos. Muchos podrían dejar alimentos sin sellar o libre, abierto al aire.

De ahí que la contribución de la innovación que, en este caso, tiene la forma de una alta tecnología fruta diseñado por Jagjit Chodha, estudiante de diseño en laUniversidad de Brunel, en Londres.

El Etileno Fruit Bowl, de hecho, tiene sus propios sensores internos pueden detectar la presencia de óxido de etileno, el gas que revela la etapa de maduración de la fruta. Cuando llega a los umbrales de etileno, un LED se ilumina para alertar de que La fruta debe consumirse porque está madurando demasiado.

Fuente: Foods News Latam

Almacenar durante más tiempo frutas y verduras sin refrigeración

Wakati es un sistema que permite almacenar durante más tiempo frutas y verduras sin refrigeración, es una tecnología asequible y económica concebida para ayudar a los habitantes de los países en vías de desarrollo que no tienen acceso a la electricidad. Básicamente se podría decir que es una especie de caja fabricada con un tejido especial que permite crear en su interior un microclima esterilizado que aumenta la vida útil de los alimentos, los que en climas cálidos se empezarían a degradar al cabo de un día o dos, pueden durar hasta 10 días, incluso algo más si el clima es seco.

Esta solución fue concebida como proyecto de fin de carrera por Arne Pauwels, un estudiante de la Universidad de Amberes, ahora se ha hecho realidad y se está empezando a distribuir en algunos países como una posible solución para almacenar excedentes de frutas y verduras. Wakati es un refrigerador que facilita que los pequeños agricultores puedan almacenar los excedentes de sus cosechas e ir comercializándolos sin tanta premura como ocurre habitualmente. Con esta simple solución se logra reducir el desperdicio alimentario y maximizar los beneficios que pueden obtener los agricultores de los países en vías de desarrollo.

Según explica Arne Pauwels, el primer paso para el desarrollo de Wakati fue un viaje realizado a Etiopía para identificar las oportunidades de desarrollo en colaboración con empresarios locales y ex alumnos del Programa de Empresariado en Países Africanos de la Casa Blanca, puesto en marcha por Hilary Clinton. El estudiante pudo constatar en su viaje que las pérdidas resultantes de las cosechas que obtenían los agricultores eran muy elevadas, no existiendo soluciones económicas y asequibles para poder conservar los alimentos durante el tiempo en el que se comercializaban.

Esta especie de refrigerador se concibió para aumentar la productividad desde la perspectiva de la conservación y no de la producción. ¿De qué sirve producir más comida si no se puede conservar e irremediablemente empezará a descomponerse poco después de realizar la recolección? Conservar los alimentos es tan importante como producirlos y a partir de esta idea se gestó el proyecto Wakati, un sistema de conservación que sólo necesita una pequeña cantidad de agua, nada más. En este sentido, sería interesante recordar que la organizción independiente IMechE (Institución Profesional de Ingeniería), dio a conocer un informe en el que concluía que se podría reducir el desperdicio alimentario en los países en vías de desarrollo si estos países contaran con equipos de refrigeración adecuados.

El refrigerador económico para los países en vías de desarrollo está fabricado con un tipo de loneta que mantiene un microclima esterilizado con la ayuda de un panel solar de 3 W, flexible, portátil, plegable y muy eficiente. Es sencillo de utilizar y suministra la energía necesaria para poder crear el microclima con la ayuda de 200 mililitros de agua y un pequeño ventilador. El sistema crea un ambiente más fresco y húmedo en esta estructura que se asemeja en forma a la de un refrigerador que puede almacenar hasta 150 kilos de frutas y verduras.

A diferencia de un frigorífico convencional, el Wakati no controla la temperatura interior, por lo que no se pueden almacenar los productos perecederos durante un largo plazo de tiempo, sin embargo, 10 días de vida útil es todo un avance que permitemaximizar y optimizar las pequeñas cosechas obtenidas, además se puede desarrollar otro tipo de cultivos y no tener que depender exclusivamente de aquellos que sólo necesitan un mínimo de características específicas de conservación no relacionadas con la refrigeración.

Sobre estas líneas podéis ver una fotografía donde se muestran unas zanahorias, unas lechugas y unas judías, los alimentos de la parte superior no han contado con un sistema de conservación, se han empleado las técnicas habituales de conservación que llevan a cabo los agricultores, en la parte inferior se muestran los alimentos que han estado en el interior del Wakati durante 10 días.

De momento ya se han fabricado las primeras 100 unidades y han sido enviadas a Uganda, Afganistán y Haití, la nueva empresa está preparada para producir a un coste de 100 dólares (unos 82 euros) por unidad de refrigeración. Arne Pauwels explica que un aumento de la producción de Wakati permitiría reducir aún más los costes de producción de estas unidades de conservación de alimentos.

En estos países poder almacenar alimentos durante más tiempo es todo un avance, se puede mejorar la economía, reducir el desperdicio alimentario e impulsar nuevos cultivos, no es de extrañar que el sistema Wakati haya logrado obtener varios premios por su carácter innovador, eficiencia y contribución a la mejora de las comunidades más desfavorecidas. A través de la página oficial de Wakati podréis conocer más detalles sobre el proyecto.

Fuente: Gastronomía & CIA