A los consumidores italianos se les engaña cuando compran mariscos y cefalópodos

Parece ser que desde hace tiempo, en Italia está permitido que las pescaderías comercialicen moluscos y cefalópodos, sean frescos o congelados, previamente lavados con una mezcla de agua y peróxido de hidrógeno (agua oxigenada). Este compuesto químico tiene muchos usos industriales, en el sector de la industria alimentaria se utiliza para blanquear huesos, carne de pollo, quesos, etc. Gracias a su uso en los mariscos o en los cefalópodos, se les proporciona una apariencia de ser frescos y recién capturados, y claro, esta práctica se puede considerar un engaño al consumidor.

En algunos países de la Unión Europea este agente está autorizado para diversos usos en el sector de la alimentación, como la descontaminación de agua para consumo humano o como coadyuvante tecnológico en tripas, pero no es una sustancia autorizada para el uso en determinados productos alimenticios como los productos marinos. La prohibición tiene su base en evitar que se abuse de esta sustancia para blanquear y mejora el aspecto de marisco y cefalópodos como el pulpo, los calamares, etc., pero es una práctica que los consumidores no pueden detectar al comprar. Hace unos años se propuso en la UE ampliar el uso de este agente blanquante en cefalópodos por su efecto bacteriostático, pero la propuesta no prosperó.

El Ministerio de Sanidad italiano autoriza el uso del peróxido de hidrógeno como coadyuvante en mariscos y cefalópodos para comercializar en fresco o descongelado, así se indica en la circular Nº 0003649, en la que se explica que no se ha encontrado ningún riesgo para la salud por el uso de esta sustancia, indicando que también se utiliza en España para que los productos marinos indicados tengan una apariencia más estética y agradable. Desde Bruselas se ha recordado que esta práctica está prohibida en la Unión Europea, recordando que el peróxido de hidrógeno no figura en la lista de aditivos alimentarios autorizados en el anexo II del Reglamento Nº 1333/2008, modificado posteriormente en el año 2011 y que podéis leer aquí.

De acuerdo que su uso no parece suponer un peligro para la salud, pero es ideal para engañar a los consumidores pudiéndoles vender el producto como muy fresco y prácticamente recién pescado, cuando en realidad llevaría varios días almacenado. Merece la pena recordar este post en el que hablábamos de una investigación realizada por el periódico Sunday Mirror sobre la calidad del pescado fresco de algunos supermercados. En esta investigación se ponía al descubierto que algunas variedades de pescado comercializado como fresco, se habían pescado hacía dos semanas.

Para la Unión Europea, a los consumidores italianos se les engaña cuando compran mariscos y cefalópodos, ya que no pueden identificar la frescura de los productos marinos al no poder distinguir entre los que han sido tratados con peróxido de hidrógeno y los que son frescos de verdad. Desde la UE se recuerda que los Estados miembros tienen la responsabilidad y la obligación de hacer cumplir de forma efectiva la legislación de la UE relativa a la cadena alimentaria, y esto incluye las reglas sobre el uso de aditivos alimentarios.

Como ya hemos comentado en otras ocasiones, el fraude del pescado está a la orden del día y llega incluso a los comedores oficiales de la Unión Europea, algo que podíamos saber gracias a esta investigación realizada por Oceana. Claro, que en este caso y según la legislación italiana, no se trata de un fraude, puesto que allí está permitido, pero sin duda, esto facilita que se engañe a los consumidores. Según leemos aquí, la europarlamentaria y vicepresidenta de la Comisión de Pesca, Renata Briano, apunta que en la UE existe la libre circulación de mercancías, y por razones de equidad y transparencia ha solicitado que se aplique la reglamentación en Italia, España y otros Estados miembros para evitar que lleguen a cualquier país comunitario productos marinos tratados con peróxido de hidrógeno.

Fuente: Gastronomía & CIA

 

¿Cómo detectar y denunciar el fraude alimentario?

El fraude alimentario se comete cuando, con ánimo de lucro, se colocan deliberadamente alimentos en el mercado con la intención de engañar al consumidor. Tal como lo señala la Fundacion Vasca para la Seguridad Alimentaria, hay muchos tipos de fraude alimentario, que generalmente se pueden englobar en las siguientes categorías:

  • Los que afectan a los ingredientes del alimento, es decir, la adición, sustitución, alteración o falsificación deliberada de algún ingrediente, generalmente con la finalidad de reducir su coste o de mejorar alguna de sus características o propiedades (ej: adición de melanina en la leche).
  • Los que afectan a las declaraciones en el etiquetado, como declaraciones falsas o engañosas de los ingredientes, de los procesos o de las características o beneficios del producto, y de la procedencia o producción geográfica (ej. pescado de piscifactoría vendido como salvaje)
  • Las que afectan contra la calidad (sensorial, nutritiva, tecnológica)
  • Contra la pureza (contaminación, residuos, productos de alteración)
  • Contra el estado de conservación
  • Contra la identidad (sustitución de una especie por otra).

Varios países han desarrollado Bases de Datos que recopilan información sobre potenciales adulterantes de alimentos y que permiten identificar tendencias fraudulentas. Estas herramientas son un recurso importante tanto para la detección de patrones emergentes de la actividad fraudulenta como para las autoridades locales que buscan información para ayudar en sus investigaciones sobre incidentes de fraude de alimentos.

Los efectos de los alimentos falsificados se hacen sentir en todo el mundo. En Canadá hace un año, una investigación demostró que el comino se había contaminado con cáscaras de cacahuete, un grave riesgo para cualquier persona con una alergia al maní.

A principios de este año, denuncarion a Wal-Mart en EE.UU. por vender queso parmesano con celulosa. Y lo mas preocupante fue la incautación realizada por la INTERPOL y Europol tal como mencionamos en nuestro artículo.

En el Reino Unido, la Agencia de Seguridad Alimentaria (FSA) ha elaborado una base de datos contra el fraude, cuya fuente de información procede de las autoridades de control, de la industria y de los consumidores. Por otra parte USP ha desarrollado una base de datos que permite búsquedas que sirven para obtener informes de fraudes relacionados con ingredientes alimenticios y métodos analíticos de detección asociados.

Se creó el programa, llamado EMAlert, que modela el comportamiento de la toma de decisiones de los defraudadores cuando deciden adulterar los alimentos. Oseph Scimeca, el vicepresidente de asuntos regulatorios y científicos en Cargill Inc., dijo en una entrevista, que preside un grupo de trabajo sobre el fraude en la Grocery Manufacturers of America, una organización de comercio de alimentos, bebidas y productos de consumo, donde se desarrolló el software con Battelle Memorial Institute,  donde en su centro de investigación y desarrollo de la organización sin ánimo de lucro, analizan los productos.

Además de combatir el fraude con las modernas técnicas analíticas y con leyes que regulen las pautas permitidas y las que no, los consumidores también toman acciones sobre el asunto.

Desgraciadamente la publicidad es un proceso unidireccional, que facilita el establecimiento de un único mensaje, sesgado, diseñado y emitido a conveniencia de quien quiere vender más y desgraciadamente muchas veces, a costa de la salud de las personas. Pero por suerte y gracias a las redes sociales, los consumidores cada dia continúan mostrando su preocupación. Mediante el hashtag #EtiquetaReal comparten “Etiqueta Real, inteligencia colectiva para que la publicidad no te engañe”, cada consumidor transmite críticas ante las prácticas pocos meritorias en la promoción de los productos.

Es importante que si usted encuentra un alimento adulterado o cree que ha sido engaño, con olor o sabor adulterado, debe realizar una queja al organismo de vigilancia sanitaria local en donde vive.

Cuando un objeto extraño llega al consumidor, revela que toda la cadena de controles en su venta, a fallado y a dejado a miles de productos contaminados en las góndolas o en los hogares. Por lo que la alerta, genera la intervención de los Organismo Sanitarios, para decomisar las partidas corruptas y ordenar el aviso a los posibles consumidores afectados.

Algunas recomendaciones importante si quiere denunciar un producto:

  • Si mantiene el producto, “CONSERVELO“, solo entregue el producto, en presencia de una autoridad sanitaria gubernamental. No deje que la empresa retire el producto, sin haber constancia gubernamental.
  • Registre mediante fotografías u otra forma, detalles del producto: Nombre Comercial, N° de lote, Fecha de elaboración, Fecha de vencimiento, tipo y tamaño del envase.
  • No tirar nunca los alimentos ingeridos en las últimas 48 hs./ 72 hs. que causo la enfermedad- reservarlo en frío (preferentemente en la heladera o el freezer) y llevarlo al municipio o bromatología de su provincia, para su análisis.
  • Conserve el ticket o factura de compra de los alimentos comprados.
  • Conserve los estudios, análisis y recetas que le fueron prescriptas por el médico tratante.
  • Conserve todos los gastos emergentes: gastos médicos, transporte, y otros.

Todos tenemos derecho al reclamo no deje pasar el fraude. Denunciar estos hechos es ayudar a la Salud Pública.

Fuente: Foods News Latam

Unión de Uniones se suma a la OCU y FACUA y pide transparencia frente a los casos de presunto fraude de algunas marcas de aceite

La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos haciéndose eco de la polémica desatada por el presunto fraude y manipulación de las muestras de análisis de algunas marcas de aceite de oliva, exige al Ministerio claridad y transparencia y, una vez resueltos los expedientes, se dé cumplida información a la opinión pública. Ante esto, se une a la postura de la OCU y FACUA y solicita que se arroje luz lo antes posible frente a estos casos que, aunque puntuales, pueden dañar al sector, contaminando la cadena alimentaria y generando desconfianza.
La organización señala que el sector del aceite de oliva es clave para el desarrollo de la economía y la dieta mediterránea, siendo España el primer productor mundial, con en torno a 1 millón de toneladas al año y fundamental para algunas comunidades autónomas como Andalucía, Castilla La Mancha, Valencia, Extremadura o Cataluña, generando alrededor de 12.000 puestos de trabajo directos. Además, dada su excelente calidad, cada vez se está abriendo más mercado a nivel mundial, como es en el caso de EE UU o China.
Unión de Uniones afirma que los consumidores, una vez resueltos los expedientes relativos a este asunto, tienen derecho a sancionar a estas marcas y a disponer de toda la información para poder hacer una elección libre y consecuente sobre qué aceite adquirir. La organización presentará un escrito al Ministerio con el objetivo de obtener toda la información necesaria relativa a este asunto y poder contribuir a una mayor transparencia del sector y salvaguardar a todos aquellos olivicultores que, actuando correctamente, puedan encontrarse bajo la mirada de sospecha del mercado y los consumidores debido a estos hechos puntuales y aún por resolverse.

Fuente: Interempresas

Fraude del orégano en Australia

Choice es una organización de consumidores de Australia que tiene el objetivo de velar por los derechos e intereses de los consumidores en diversos de temas relacionados con el consumo. Pues bien, hoy conocemos un informe elaborado por esta organización en el que se denuncia que se está llevando a cabo un fraude con el orégano seco que se comercializa en Australia, el orégano se adultera con productos mucho más económicos, como hojas de olivo y hojas de zumaque molidas. Los resultados del análisis reflejan que de 12 muestras adquiridas en distintos establecimientos, siete estaban adulteradas y en algunos casos llegando a una proporción de nada menos que el 90%.

En las muestras fraudulentas el contenido de orégano auténtico variaba entre un 10% y un 50%, se trata de un claro caso de fraude alimentario y por tanto los resultados de los análisis que se han realizado han sido remitidos a la Australian Competition and Consumer Commission (Comisión Australiana de la Competencia y del Consumidor), organismo independiente que tiene como competencia proteger los derechos del consumidor, los derechos y obligaciones de negocios, realizar la regulación industrial, vigilar los precios y prevenir conductas anticompetitivas ilegales.

Recordemos que el año pasado se destapaba en el Reino Unido un caso de fraude alimentario que afectaba al orégano seco, en este caso se detectó una adulteración que alcanzaba hasta el 70% del producto. Botes y paquetes de orégano seco que se comercializaban en los supermercados del Reino Unido contenían hojas de olivo y mirto. Como en el caso del orégano que se comercializa en Australia, los productos utilizados para su adulteración no suponen un riesgo para la salud, pero no aportan el aroma y el sabor del orégano.

Como suele ocurrir en estos casos, los ingredientes utilizados para la adulteración no aparecen identificados en las etiquetas alimentarias, tampoco se puede hablar de errores, al menos así lo considera Choice. Recordemos que en el caso del orégano del Reino Unido se apuntaba que no estaba claro si el engaño había sido intencionado o si era fruto de un conjunto de errores derivados de la elaboración y manipulación por parte de las empresas que estaban implicadas, algo bastante improbable.

Durante los meses de agosto y septiembre del año pasado Choice procedió a adquirir las 12 muestras de marcas y lotes diferentes, tras realizar los análisis oportunos, se identificaron cinco muestras que contenían 100% orégano, en el resto se detectó el fraude en los porcentajes que podéis ver en la fotografía y que corresponden a las marcas Master of Spices, Hoyt’s, Stonemill (Aldi), Spice & Co, Menora, Spencers and G Fresh.

Fuente: Gastronomía & CIA

El Instituto de la Grasa logra 606.000 euros de fondos UE para investigar contra el fraude del aceite de oliva

El Instituto de la Grasa, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha conseguido, junto a un consorcio en el que están presentes 20 instituciones de 15 países, la concesión de 606.000 euros por parte de la Unión Europea para su proyecto Oleum, que generará soluciones analíticas innovadoras, más eficaces y armonizadas para detectar y combatir los fraudes más comunes y emergentes y para verificar la calidad de los aceites de oliva.

Esta cuantía ha sido concedida a través de la convocatoria Horizonte 2020, en relación a la crisis alimentaria, el fraude en la cadena alimentaria y el control de los alimentos sometidos a actividades fraudulentas. A esta convocatoria se presentaron una veintena de consorcios y en la que finalmente fue elegido el proyecto Oleum. El presupuesto total del proyecto es de cinco millones de euros.

En este consorcio participan «numerosos» expertos químicos que componen los grupos de expertos de los organismos reguladores del aceite de oliva, es decir, la UE y el Consejo Oleícola Internacional, según una nota del Instituto de la Grasa. Un total de ocho de estos expertos participan en el consorcio.

El Instituto de la Grasa aporta dos grupos de investigación, uno liderado por el investigador Wenceslao Moreda y otro por Diego Luis García; en total seis investigadores. Cada grupo va a recibir aproximadamente 300.000 euros de presupuesto en un proyecto tan específico y con tanta trascendencia como la autenticidad del aceite de oliva.

El proyecto Oleum realizará actividades de investigación basado en el desarrollo de métodos mejorados con el objetivo de detectar nuevos marcadores del proceso de desodorización del aceite; descubrir las mezclas ilegales entre aceite de oliva y otros aceites vegetales; controlar la calidad, mejorar la evaluación organoléptica con una prueba de panel cuantitativo, basado en métodos oficiales actuales, y con el apoyo de materiales de referencia a la medida para una mejor calibración de los paneles sensoriales, junto con herramientas de detección rápida para facilitar el trabajo de los panelistas.

Asimismo, se prevén actividades de transferencia de conocimiento y tecnología sustanciales para ayudar en la aplicación de un fácil acceso a un bando de datos Oleum, que contiene toda la información de la investigación Oleum y otras fuentes internacionales fiables; así como la puesta en marcha de la RED Oleum para interesados.

Por último, tiene previsto una estrategia de difusión robusta por el proyecto destinada a compartir efectivamente los resultados con todos los interesados en la cadena de suministro de aceite de oliva, para mejorar la confianza del consumidor y del mercado, y preservar la imagen del aceite de oliva en una escala global.

Fuente: 20 Minutos

El fraude alimentario crece en todo el mundo de una forma alarmante

opson_5-680x479A principios del año pasado nos hacíamos eco de una operación llevada a cabo por Europol (Oficina Europea de Policía) y la Organización Internacional de Policía Criminal INTERPOL, con la que se lograron incautar 2.500 toneladas de alimentos y bebidas en 47 países del mundo entre el mes de diciembre de 2014 y el mes de enero de 2015. Estos resultados mostraban que el fraude alimentario está muy extendido en todo el mundo, siendo las cifras alarmantes. Pues bien, hoy conocemos una nueva operación llevada a cabo por las dos agencias indicadas, con la que se han logrado incautar más de 10.000 toneladas de alimentos y un millón de litros de bebidas fraudulentas en 57 países del mundo, lo que muestra que el fraude alimentario crece en todo el mundo de forma alarmante.

En esta operación denominada Opson V, que se ha llevado a cabo desde el mes de noviembre de 2015 a febrero del presente año, han participado como en la operación anterior, oficinas de aduanas, organismos nacionales de reglamentación alimentaria, el sector privado de la industria alimentaria y otras instituciones. Se llevaron a cabo controles en mercados, comercios, aeropuertos, puertos y polígonos industriales, con un volumen incautado de alimentos fraudulentos realmente alarmante, pero como ya comentamos anteriormente, posiblemente sea la punta del iceberg, ya que en varias ocasiones los defraudadores consiguen eludir a la justicia.

La picaresca en el fraude alimentario abarca todo tipo de acciones y afecta a todo tipo de alimentos, según comenta Europol, se han incautado unas nueve toneladas de azúcar que estaba mezclado con fertilizantes en Sudan, más de 85 toneladas de aceitunas bañadas en sulfato de cobre para darles una mejor apariencia en Italia, toneladas de carne ilegal de búfalo no apta para el consumo humano importada ilegalmente de la India a Tailandia, miel adulterada o mezclada y etiquetada incorrectamente en Australia, 10.000 litros de alcohol falso o adulterado (vino, whisky, vodka, etc.) en el Reino Unido, chocolate, dulces y bebidas no alcohólicas adulteradas y dirigidas a los niños en Hungría, Italia, Rumanía y Lituania, carne de mono en Bélgica, y así un largo etcétera.

Las bebidas y alimentos falsos son una seria amenaza para la salud y seguridad de los consumidores, muchos compran estos alimentos sin sospechar que son potencialmente peligrosos. Lamentablemente estamos a expensas de criminales sin escrúpulos que no dudarán en dar gato por liebre para enriquecerse aunque sea costa de la salud de los consumidores. Michael Ellis, uno de los responsables de la unidad de INTERPOL dedicada al tráfico ilícito de mercancías, comenta que esta nueva operación ha provocado más conclusiones que nunca, considera necesario seguir trabajando con más intensidad para identificar a las redes criminales que están detrás de estas actividades fraudulentas y peligrosas para los consumidores.

Según los responsables de esta operación, el aumento del precio de los alimentos y el carácter global de la cadena alimentaria favorecen a los delincuentes, haciendo que sea posible comercializar productos falsificados y de menor calidad. Explican que la complejidad y la magnitud del fraude obliga más que nunca a la cooperación entre países para reforzar las fronteras y evitar que estas redes logren su cometido. También es prioritario el intercambio de conocimiento en un mercado, ya que con ello se puede impedir el fraude alimentario en otros mercados. Las operaciones Opson han dado sus frutos año tras año, aunque los resultados de esta última operación han sido más significativos y delatan que este tipo de fraudes es mucho mayor de lo que imaginamos.

Como decíamos, se han incautado alimentos y bebidas fraudulentas o peligrosas para la salud del consumidor en 57 países, cifra que ha ido creciendo año tras año desde que se lanzó por primera vez la operación Opson. Es fácil deducir que la operación del año que viene arrojará un volumen mayor de bebidas y alimentos fraudulentos o peligrosos para la salud. Hablando de Europa, de nuevo Europol solicita los cambios necesarios que favorezcan y faciliten la cooperación de los Estados miembros a la hora de realizar investigaciones transfronterizas. Pide que los controles oficiales que se realizan a nivel nacional tengan como objetivo la lucha contra el fraude alimentario, así mismo, cuando se delegan responsabilidades en organismos de control privados, las autoridades competentes deben examinarlos y certificarlos. Por último, se invita a que se realice un mayor esfuerzo a la hora de controlar el etiquetado y la trazabilidad de los alimentos.

Fuente: Gastronomía & CIA

Consideración de la gestión del fraude en los protocolos de seguridad alimentaria

La aceptación del aceite de oliva debido a los beneficios potenciales de su consumo, que han sido avalados por numerosas y prestigiosas investigaciones científicas, es un hecho evidente tanto en España como en otros países. Esto ha traído como consecuencia un aumento del número de transacciones, incluidas exportaciones, en los últimos años. Este auge en la comercialización y consumo se traduce en un mayor interés del consumidor por conocer el producto en el que se sustenta una parte fundamental de su dieta.

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Fuente: Interempresas

El cambio en el etiquetado, clave para combatir el fraude alimentario

La mayoría de los casos de fraude alimentario que se detectaron el año pasado en la Unión Europea estaban relacionados con el incumplimiento en el etiquetado, en su mayoría, con el etiquetado incorrecto de ingredientes, la exportación ilegal de subproductos de origen animal y el uso de tratamientos o procesos aplicados a un determinado producto alimenticio.

Así, lo recoge el último informe de la Comisión Europea en el que también aparecen el uso de sustancias prohibidas para el consumo humano, la falsificación o ausencia de documentación y la sustitución de ingredientes por otros de menor calidad sin hacer mención en la etiqueta. Estas prácticas afectan directamente a la pérdida de confianza del consumidor y a la imagen de uno de los sectores más importantes para la economía de la UE.

El fraude alimentario supone un riesgo para la salud pública y para la seguridad medioambiental. Además, contribuye a la malversación fiscal y establece competencia desleal.

En los últimos años, la UE está intensificando los controles y la normativa para verificar la calidad y seguridad de los productos que circulan en el mercado. Estos cambios normativos han supuesto que conocer las principales novedades sobre etiquetado, haya pasado a ser uno de los retos actuales de la industria alimentaria.

Por este motivo, AINIA Centro Tecnológico impartirá el próximo 8 de marzo el curso presencial: Etiquetado e información en productos alimenticios, para que la industria alimentaria pueda conocer los requisitos que marca la normativa en materia de información al consumidor y etiquetado.

Fuente: Financial Food

La Guardia Civil y Fiab combatirán unidas contra el fraude alimentario

Las actividades ilícitas en la alimentación a menudo pueden poner en riesgo tanto la salud pública, como la seguridad medioambiental. Además, constituyen un entorno propicio para el fraude fiscal y tributario y una competencia desleal en el mercado. Por ello, la Guardia Civil y Fiab, Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas, han firmado un convenio de colaboración para luchar contra este tipo de acciones y reforzar el control en la producción y distribución.

Este acuerdo de colaboración de la Guardia Civil y Fiab demuestra el «compromiso inquebrantable» de la Federación con las autoridades en la lucha contra el fraude, y establece las bases de cooperación para reforzar las relaciones institucionales en materia de protección de la calidad en el sector. Además, este procedimiento contribuirá al mantenimiento de la lealtad de las transacciones comerciales entre los operadores, y a reforzar la confianza del consumidor en nuestros productos de calidad, han explicado los firmantes.

Seguridad y calidad de la aliimentación en España

“Poder contar con el apoyo y colaboración de la Guardia Civil establece una fuerte alianza ante todos aquellos que quieran poner en riesgo el compromiso de la industria de alimentación y bebidas con la seguridad y calidad de nuestros productos”, ha indicado Mauricio García de Quevedo, presidente de la Federación.

Para el máximo representante de esta agrupación sectorial, “el buen nombre que la industria de alimentación y bebidas se ha labrado con compromiso y esfuerzo” hasta llegar a ser en la actualidad el primer sector industrial del país, motor económico, y una de las referencias de España en el ámbito internacional.

Fuente: Retail Actual

Proyecto europeo establece nuevas herramientas contra el fraude alimentario

Según indica el Servicio de Información Comunitario sobre Investigación y Desarrollo (CORDIS), el proyecto FOOD INTEGRITY, de cinco años de duración y puesto en marcha en 2014, ya ha logrado progresos sólidos en cuanto al establecimiento de una base de conocimientos en Internet. Esta base proporcionará a la industria alimentaria, las autoridades reguladoras y las organizaciones de investigación acceso a información y herramientas analíticas de eficacia demostrada contra el fraude alimentario.

El trabajo realizado hasta la fecha se ha dedicado al diseño y el desarrollo de una estructura idónea para esta base de datos. Tras su puesta en marcha, la herramienta ofrecerá información detallada sobre los principales productos alimentarios, temas relacionados con posibles fraudes alimentarios y enlaces a métodos existentes con que combatir amenazas.

En el proyecto se analizaron herramientas utilizadas hoy en día para detectar fraudes alimentarios y se identificaron indicadores fiables y útiles en labores de control. Se obtuvo la opinión de partes interesadas pertenecientes a la cadena de suministro —desde envasadores a distribuidores— para emplearla en el desarrollo de métodos más sólidos y eficaces para combatir el fraude.

También se estudiaron las actitudes de los consumidores chinos ante la seguridad y la integridad de los alimentos europeos importados. China es el mayor consumidor de alimentos y bebidas del mundo, situación que aumenta enormemente el atractivo de su mercado para las marcas extranjeras, sobre todo cuando se producen cambios en el comportamiento de los consumidores.

Los productos alimentarios europeos se asocian a calidad y seguridad, atributos que motivan que ciertas importaciones se vean mermadas por la injerencia de imitadores y falsificadores. Los investigadores del proyecto constataron que a los consumidores chinos les preocupan las actividades fraudulentas asociadas a las importaciones de alimentos de Europa, razón por las que se identificarán y desarrollarán estrategias para este mercado concreto.

En conjunto, estos hallazgos reforzarán la integridad de la cadena de suministro de la Unión Europea, sometida a un constante asedio por parte de las imitaciones etiquetadas fraudulentamente. Es más, si se logra que los consumidores confíen en la seguridad, la autenticidad y la calidad de los alimentos europeos, se pueden obtener grandes beneficios económicos.

El equipo responsable de la iniciativa aprovechará los logros del proyecto para facilitar aún más la difusión de información, ofrecer acceso a las bases de datos existentes y subsanar lagunas en el área de la investigación. El proyecto ha obtenido cerca de 3 millones de euros para realizar estudios y proyectos con los que ampliar la seguridad del suministro de alimentos.

Este proyecto de cinco años de duración concluirá a finales de 2018, y para entonces se espera que esté en marcha un sistema de alerta temprana perdurable por sí solo dedicado al fraude alimentario con el que descubrir fraudes nuevos y se cree una red mundial de partes interesadas, también perdurable de forma autónoma, que garantice el máximo provecho de los resultados del proyecto. También se desarrollarán procedimientos de verificación para controlar mejor los alimentos y órganos independientes de especialistas en autenticidad de los alimentos que faciliten información sobre el fraude alimentario a la Comisión Europea, Codex y otros organismos internacionales.

Fuente: El Sitio Avícola