El Ministerio investiga a DIA y Alcampo y a sus proveedores de aceite de oliva

La Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA), dependiente del Ministerio de Agricultura, ha ordenado los análisis del aceite de oliva de DIA y Alcampo , denunciadas por COAG, y ha solicitado información a las propias cadenas y a sus proveedores.

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Fuente: Alimarket

Unión de Uniones se suma a la OCU y FACUA y pide transparencia frente a los casos de presunto fraude de algunas marcas de aceite

La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos haciéndose eco de la polémica desatada por el presunto fraude y manipulación de las muestras de análisis de algunas marcas de aceite de oliva, exige al Ministerio claridad y transparencia y, una vez resueltos los expedientes, se dé cumplida información a la opinión pública. Ante esto, se une a la postura de la OCU y FACUA y solicita que se arroje luz lo antes posible frente a estos casos que, aunque puntuales, pueden dañar al sector, contaminando la cadena alimentaria y generando desconfianza.
La organización señala que el sector del aceite de oliva es clave para el desarrollo de la economía y la dieta mediterránea, siendo España el primer productor mundial, con en torno a 1 millón de toneladas al año y fundamental para algunas comunidades autónomas como Andalucía, Castilla La Mancha, Valencia, Extremadura o Cataluña, generando alrededor de 12.000 puestos de trabajo directos. Además, dada su excelente calidad, cada vez se está abriendo más mercado a nivel mundial, como es en el caso de EE UU o China.
Unión de Uniones afirma que los consumidores, una vez resueltos los expedientes relativos a este asunto, tienen derecho a sancionar a estas marcas y a disponer de toda la información para poder hacer una elección libre y consecuente sobre qué aceite adquirir. La organización presentará un escrito al Ministerio con el objetivo de obtener toda la información necesaria relativa a este asunto y poder contribuir a una mayor transparencia del sector y salvaguardar a todos aquellos olivicultores que, actuando correctamente, puedan encontrarse bajo la mirada de sospecha del mercado y los consumidores debido a estos hechos puntuales y aún por resolverse.

Fuente: Interempresas

El Instituto de la Grasa logra 606.000 euros de fondos UE para investigar contra el fraude del aceite de oliva

El Instituto de la Grasa, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha conseguido, junto a un consorcio en el que están presentes 20 instituciones de 15 países, la concesión de 606.000 euros por parte de la Unión Europea para su proyecto Oleum, que generará soluciones analíticas innovadoras, más eficaces y armonizadas para detectar y combatir los fraudes más comunes y emergentes y para verificar la calidad de los aceites de oliva.

Esta cuantía ha sido concedida a través de la convocatoria Horizonte 2020, en relación a la crisis alimentaria, el fraude en la cadena alimentaria y el control de los alimentos sometidos a actividades fraudulentas. A esta convocatoria se presentaron una veintena de consorcios y en la que finalmente fue elegido el proyecto Oleum. El presupuesto total del proyecto es de cinco millones de euros.

En este consorcio participan «numerosos» expertos químicos que componen los grupos de expertos de los organismos reguladores del aceite de oliva, es decir, la UE y el Consejo Oleícola Internacional, según una nota del Instituto de la Grasa. Un total de ocho de estos expertos participan en el consorcio.

El Instituto de la Grasa aporta dos grupos de investigación, uno liderado por el investigador Wenceslao Moreda y otro por Diego Luis García; en total seis investigadores. Cada grupo va a recibir aproximadamente 300.000 euros de presupuesto en un proyecto tan específico y con tanta trascendencia como la autenticidad del aceite de oliva.

El proyecto Oleum realizará actividades de investigación basado en el desarrollo de métodos mejorados con el objetivo de detectar nuevos marcadores del proceso de desodorización del aceite; descubrir las mezclas ilegales entre aceite de oliva y otros aceites vegetales; controlar la calidad, mejorar la evaluación organoléptica con una prueba de panel cuantitativo, basado en métodos oficiales actuales, y con el apoyo de materiales de referencia a la medida para una mejor calibración de los paneles sensoriales, junto con herramientas de detección rápida para facilitar el trabajo de los panelistas.

Asimismo, se prevén actividades de transferencia de conocimiento y tecnología sustanciales para ayudar en la aplicación de un fácil acceso a un bando de datos Oleum, que contiene toda la información de la investigación Oleum y otras fuentes internacionales fiables; así como la puesta en marcha de la RED Oleum para interesados.

Por último, tiene previsto una estrategia de difusión robusta por el proyecto destinada a compartir efectivamente los resultados con todos los interesados en la cadena de suministro de aceite de oliva, para mejorar la confianza del consumidor y del mercado, y preservar la imagen del aceite de oliva en una escala global.

Fuente: 20 Minutos

Consideración de la gestión del fraude en los protocolos de seguridad alimentaria

La aceptación del aceite de oliva debido a los beneficios potenciales de su consumo, que han sido avalados por numerosas y prestigiosas investigaciones científicas, es un hecho evidente tanto en España como en otros países. Esto ha traído como consecuencia un aumento del número de transacciones, incluidas exportaciones, en los últimos años. Este auge en la comercialización y consumo se traduce en un mayor interés del consumidor por conocer el producto en el que se sustenta una parte fundamental de su dieta.

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Fuente: Interempresas

Guía para la Prevención del Fraude Alimentario

Al mismo tiempo, se presentó la Guía como una herramienta de aplicación voluntaria para la gestión y prevención del fraude, comprensible y adaptable a la realidad de cada empresa.

La guía es un manual que aporta una serie de pautas para la prevención del fraude alimentario, destinado a técnicos y profesionales de empresas del sector alimentario, especialmente directores y responsables de Calidad y todas aquellas personas implicadas en el control de calidad de los productos alimenticios.

La jornada fue presidida por Gloria Cugat, subdirectora general de Inspección y Control Agroalimentario del DARP. Adriana Fernández, máster en Seguridad Alimentaria, fue la encargada de presentar la Guía, elaborada por Premiumlab.

Fuente: Olimerca

Nuevo método de autenticación rápida de aceites comestibles

La autenticación de aceites comestibles ha sido un tema de largo plazo en la seguridad alimentaria, y se convierte importante particularmente con la aparición y el uso generalizado de los aceites de alcantarilla en los últimos años. El enfoque analítico convencional para aceites comestibles no es solamente laborioso y consume mucho tiempo, también falla para proporcionar una solución versátil para la detección de aceites de canalón. Con la creación de un protocolo analítico simple y una biblioteca espectral de aceites comestibles, el nuevo enfoque es capaz de determinar la autenticidad de una muestra de aceite comestible etiquetada y aceites de canalón.

PolyU metodo autenticacion aceite

Por otra parte, la identificación de los aceites de canalón implica principalmente la detección de ciertos marcadores de residuos de alimentos o productos químicos tóxicos y cancerígenos en la muestra.

Debido a la gran diversidad de aceites de canalón y el hecho de que se dirigen a compuestos que podrían ser eliminados por el procesamiento, una estrategia universal para detectar aceites de canalón no está disponible en la actualidad.

El enfoque convencional para la autenticación de aceite comestible implica mucha mano de obra y el pretratamiento de la muestra consume mucho tiempo y la subsiguiente separación cromatográfica para separar la mezcla de la muestra complejo antes de la detección de espectrometría de masas, una tecnología utilizada para la identificación y cuantificación de compuestos químicos. Todo el proceso tarda unas horas para analizar una muestra.

Investigadores de PolyU han desarrollado un método simplificado para el análisis directo de los aceites comestibles utilizando láser de desorción/espectrometría de masas de ionización asistida por matriz (MALDI-MS). En el nuevo enfoque de MALDI-MS los involucrados son solamente la preparación de muestras sencillas, la adquisición automática de datos y procesamiento de datos simples.

Alta calidad y resultados altamente reproducibles de espectros MALDI-MS se pueden obtener con este método, y una base de datos preliminares espectrales de aceites comestibles etiquetados disponibles en el mercado se ha establecido.Diferentes tipos de aceites comestibles tienen diferentes patrones espectrales MALDI-MS, la autenticidad de una muestra de aceite comestible puede entonces determinarse en cinco minutos mediante la comparación de su espectro MALDI-MS con los de su aceite de etiquetado en la base de datos establecida. Dado que este método es capaz de autenticar aceites comestibles, también permite un cribado rápido de aceites de canalón.

El equipo de investigación establecerá una biblioteca espectral MALDI más completa de varios aceites comestibles en los próximos dos años, y mejorará la técnica de búsqueda de biblioteca. Además, más pruebas de las muestras de aceite comestible con diferentes equipos de MALDI-MS se llevarán a cabo para validar el nuevo enfoque.

Fuente: Foods News Latam

Nuevas recomendaciones sobre consumo de grasas y aceites en un documento de consenso

La grasa está formada por distintos tipos de ácidos grasos (AG) y es un nutriente importante para una alimentación variada y equilibrada, pero su calidad, más que su cantidad, tienen una gran influencia sobre la salud.

Por ello, la FESNAD, en el marco de un Congreso celebrado en Sevilla semanas atrás, ha presentado un detallado documento de consenso sobre las grasas y aceites en la alimentación de la población adulta española.

Dicho documento, financiado gracias a la contribución de Unilever, recoge la evidencia científica obtenida a partir de diversos estudios publicados entre los meses der enero de 2004 y 2014 sobre las grasas en la alimentación y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio, angina de pecho y accidente vascular cerebral) o diabetes.

as publicaciones se examinaron para averiguar su calidad, consistencia y relevancia de cara a emitir recomendaciones válidas; además, se analizaron datos de encuestas nutricionales recientes en la población española.

Una de las novedades del documento, informan sus autores, es que se deja de considerar a los nutrientes, tales como los ácidos grasos, como unidad nutricional básica y se da más importancia a los alimentos que los contienen (aceites procedentes de frutos o semillas, frutos secos, carnes, productos lácteos, etc…).

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Fuente: Efe Salud

Aceite de pescado: un complemento, no una medicina

En la actualidad, el aceite de pescado es el tercer complemento dietético más consumido en Estados Unidos después de las vitaminas y los minerales, según un informe reciente de los Institutos Nacionales de Salud. Al menos un 10% de los estadounidenses toma aceite de pescado con regularidad, y en su mayoría creen que los ácidos grasos omega-3 de los complementos protegen su salud cardiovascular.

Pero existe un gran problema: buena parte de los ensayos clínicos realizados con aceite de pescado no han hallado pruebas de que reduzca el peligro de infarto y embolia.

Entre 2005 y 2012, importantes revistas de medicina publicaron al menos 25 estudios rigurosos sobre el aceite de pescado, la mayoría de los cuales investigaban si dicho producto podía impedir accidentes cardiovasculares en poblaciones de alto riesgo. Se trataba de personas con un historial de cardiopatía o factores marcados de riesgo, como un colesterol alto, hipertensión o diabetes tipo 2.

A excepción de dos, todos los estudios descubrieron que, en comparación con el placebo, el aceite de pescado no mostraba beneficio alguno.

Sin embargo, durante esos años, las ventas de aceite de pescado ascendieron a más del doble, no solo en Estados Unidos, sino en todo el mundo, señala Andrew Grey, catedrático adjunto de medicina en la Universidad de Auckland, en Nueva Zelanda, y autor de un estudio sobre el producto publicado en 2014 en JAMA Internal Medicine.

“Existe una importante desconexión”, afirma Grey. “Las ventas están aumentando pese a la progresiva acumulación de ensayos que no muestran ningún efecto”.

Existen buenos motivos, al menos en teoría, por los que el aceite de pescado debería mejorar la salud cardiovascular. La mayoría de los complementos de aceite de pescado son ricos en dos ácidos grasos omega-3 –el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el docosahexaenoico (DHA)– que pueden fluidificar la sangre, como la aspirina, que tiene la capacidad de reducir la posibilidad de trombos. Los omega-3 también pueden mitigar inflamaciones, que influyen en la ateroesclerosis. Y la Administración de Alimentos y Medicamentos ha aprobado al menos tres tipos de fármacos de aceite de pescado -Vascepa, Lovaza y una versión genérica- para el tratamiento de triglicéridos muy elevados, un factor de riesgo en cardiopatías.

Pero estas propiedades de los ácidos grasos omega-3 no se han traducido en beneficios notables en la mayoría de los ensayos clínicos.

Parte del entusiasmo inicial por el aceite de pescado se remonta a estudios realizados en los años setenta por los científicos daneses Hans Olaf Bang y Jorn Dyerberg, que determinaron que los esquimales que vivían en el norte de Groenlandia presentaban unos índices considerablemente más bajos de enfermedades cardiovasculares, cosa que atribuyeron a una dieta rica en omega 3 que consistía principalmente en pescado, foca y grasa de ballena. George Fodor, cardiólogo de la Universidad de Ottawa, destacaba los errores de muchos de estos primeros estudios, y llegó a la conclusión de que el índice de cardiopatías entre los esquimales había sido enormemente infravalorado. Pero el aura de los aceites de pescado persiste.

Los argumentos a favor del aceite de pescado recibieron un espaldarazo gracias a varios estudios llevados a cabo en los años noventa, entre ellos un ensayo italiano que descubrió que los supervivientes de infartos que fueron tratados con un gramo diario de aceite de pescado presentaban índices más bajos de mortalidad que aquellos que tomaron vitamina E. Dichos hallazgos llevaron a grupos como la Asociación Estadounidense de Cardiología a recomendar el aceite de pescado hace aproximadamente una década, ya que era una manera de que los pacientes introdujeran más omega 3 en su dieta.

“Pero desde entonces ha habido un aluvión de estudios según los cuales no presentan ningún beneficio”, señala James Stein, director de cardiología preventiva en los Hospitales y Clínicas de la Universidad de Wisconsin. Entre ellos hubo un ensayo clínico con 12.000 personas, publicado en The New England Journal of Medicine en 2013, que descubrió que un gramo de aceite de pescado diario no disminuía la tasa de mortalidad por infarto y embolia en gente con síntomas de ateroesclerosis.

“Creo que, ahora mismo, podemos dar por terminada la era del aceite de pescado como medicación”, afirma el principal autor del estudio, Gianni Tognoni, del Instituto de Investigación Farmacológica de Milán.

Según Stein, los primeros estudios sobre el aceite de pescado se realizaron en una época en que las enfermedades cardiovasculares se trataban de manera muy distinta a hoy en día y se utilizaban muchas menos estatinas, beta bloqueadores, anticoagulantes y otros tratamientos intensivos. Por tanto, dice, aunque el efecto del aceite de pescado fuese menor, debía de ser más perceptible.

“En la actualidad, el nivel de atención es tan bueno que añadir algo tan pequeño como una cápsula de aceite de pescado no supone ninguna diferencia”, afirma. “Es difícil mejorarlo con una intervención que no sea muy fuerte”.

Asimismo, Stein advierte de que el aceite de pescado puede ser peligroso cuando se combina con aspirina u otros anticoagulantes. “Con mucha frecuencia, vemos a gente que toma aspirina o una superaspirina’en combinación con aceite de pescado, y les salen moratones y sufren hemorragias nasales con suma facilidad”, señala. “Y cuando interrumpimos el consumo de aceite de pescado, mejoran”.

Como muchos cardiólogos, Stein anima a sus pacientes a evitar los complementos de aceite de pescado y a consumir pescados grasos al menos dos veces por semana, siguiendo las directrices federales sobre una ingesta segura de pescado, ya que contiene varios nutrientes saludables y no solo EPA y DHA. “No recomendamos el aceite a menos que la persona no incluya absolutamente nada de pescado en su dieta”, remacha Stein.

Contra más enfermedades
Pero algunos expertos dicen que la defensa del aceite de pescado sigue abierta. JoAnn Manson, jefa de medicina preventiva en el Hospital Brigham and Women’s de Boston, asegura que los grandes ensayos clínicos sobre el aceite de pescado se centraron solo en personas que ya padecían cardiopatías o corrían un riesgo muy alto de sufrirlas. También se ha promocionado el aceite de pescado para la prevención de otras enfermedades, entre ellas el cáncer, el alzhéimer y la depresión.

Manson está dirigiendo un ensayo clínico de cinco años conocido como estudio Vital, en el que participan 26.000 personas más representativas de la población general. Dicho ensayo, cuya finalización está prevista para el año que viene, determinará si el aceite de pescado y la vitamina D, por separado o combinados, tienen algún efecto en la prevención a largo plazo de la cardiopatía, la diabetes tipo 2 y otras afecciones en personas que no presentan muchos factores de riesgo relevantes.

Aunque Manson primero recomienda comer pescado graso, no suele impedir que la gente consuma el aceite, en parte porque no parece tener grandes efectos secundarios en personas en general sanas.

“Pero creo que la gente debería darse cuenta de que todavía no hay consenso”, precisa, “y de que es posible que esté gastando mucho dinero en esos complementos sin obtener ningún beneficio”.

El científico americano Gary Beauchamp defensor del aceite virgen extra

Hace 10 años, y gracias al picor en la garganta, se produce el descubrimiento clave de porqué el aceite de oliva virgen extra es un alimento funcional tan beneficioso para la dieta. El científico norteamericano, el Doctor Gary Beauchamp, descubre que entre los compuestos fenólicos de los AOVES hay una sustancia con un efecto similar al de los antiinflamatorios no esteroideos, que se utilizan comúnmente en Medicina, pero sin los efectos secundarios de los fármacos.

Para dar a conocer este descubrimiento, el pasado viernes 21 de Noviembre, el Dr. Gary Beauchamp, del Monell Center de Filadelfia, Estados Unidos, ha viajado a Córdoba para hablar del descubrimiento de la molécula que ellos patentaron con el nombre de Oleocanthal. Un hito histórico que debe cambiar el uso y aprecio de un producto tan español como el Aceite de Oliva Virgen Extra.

El encuentro, organizado por QvExtra! Internacional, la Sociedad Andaluza del Oleocanthal y AEMO, en colaboración con la Diputación de Córdoba, sirvió para poner de manifiesto lo que significa ésta molécula, encontrada por azar en el Aceite de Oliva Virgen Extra. El “2-(4-hydroxyphenyl)ethyl (3S,4E)-4-formyl-3-(2-oxoethyl)hex-4-enoate”es un éster del tirosol y su estructura química está relacionada con la oleuropeína, otro compuesto presente en el Aceite de Oliva Virgen Extra.

Fuente: Olimerca

Seguridad Alimentaria en el aceite

A veces los ciudadanos nos vemos sorprendidos porque se aprueban leyes que parecen menores y que por su enjundia se tornan en muy importantes y todo porque afectan a la salud de los ciudadanos como consumidores de alimentos. Este tipo de normas son aprobadas sin publicidad, y esto es lo raro de la cuestión, sin titulares de prensa, dentro de un paquete de medidas gubernamentales, que sí que salen en los informativos, amplios, densos  y que cuesta llegar a su meollo central.

Las normas son difíciles de entender si no eres jurista y mucho más cuando son iniciativas comunitarias como es el caso que nos ocupa. Las normas comunitarias son difíciles de encontrar hasta para los más avezados. Es una de las ventajas de vivir en la Comunidad Europea, que nos introduce normas o revisan leyes que los gobiernos respectivos no realizan y que son muy necesarias por nimias  que parezcan.

Me quiero referir a la iniciativa que ha llevado al Real Decreto 1431/2013 de 21 de noviembre sobre determinadas medidas de comercialización en el sector de los aceites de oliva y del aceite de orujo de oliva. Desde el 28 de febrero de 2014 ocurrirá lo que sigue:
– «En los establecimientos del sector de la hostelería y la restauración y en los servicios de catering, los aceites se pondrán a disposición del consumidor final en envases etiquetados y provistos de un sistema de apertura que pierda su integridad tras su primera utilización».
– «Los envases que por su capacidad se pueden poner a disposición de los consumidores finales más de una vez, dispondrán además de un sistema de protección que impida su reutilización una vez agotado su contenido original».

Pasada la fecha de 28 de febrero de 2014  acudí a pasar el día a la Ciudad del Calzado, Arrendó; como  quiera que posee un polígono industrial cómodo y lustroso con aparcamiento y tiendas por todas partes, hicimos nuestro campamento particular. Nos quedamos a comer en uno de los restaurantes que te atienden de forma espectacular en unas limpias, cómodas y bonitas instalaciones. Pero siempre hay un pero y es que cuando nos sirven la ensalada (por aquello de la dieta y el calor) nos traen unas vinajeras-aceiteras del siglo pasado y que no habían visto el lavavajillas desde entonces y sobre todo no cumplían el requisito del real decreto. Lo mismo me ocurrió en un restaurante del Centro Comercial Berceo  en Logroño.

Voy a recordar que es una iniciativa comunitaria. Que  los aceites nos los debemos encontrar en cápsulas monodosis, etiquetadas perfectamente con indicación del producto y clasificación del contenido.

El sistema de apertura debe perder su integridad una vez abierto.
Y todo esto porque el aceite de oliva es organolépticamente selecto en sus mejores variedades y perverso en mezclas con refinados. La norma se debe observar en bares, cafeterías, restaurantes y comedores comunitarios.
Con estas series de normas protegemos el producto y nuestra salud. Ganando en confianza como consumidores.

Fuente: Rioja2.com