Cinco maneras fáciles para evitar la intoxicación alimentaria

La mayoría de las personas han experimentado esa desafortunada sensación en sus intestinos que los obliga a correr en busca del baño más cercano.

Lo más probable es que la causa haya sido una deliciosa comida del día anterior… la que ahora, en retrospectiva, lamentas profundamente.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, 48 millones de estadounidenses –1 de cada 6 personas– se enferman por intoxicaciones alimentarias cada año; 128.000 son hospitalizadas y 3.000 mueren por el consumo de alimentos contaminados.

En realidad, las cifras son probablemente mucho más altas debido a que la mayor parte de las personas no visitan a su médico cuando tienen ataques de diarrea… en lugar de eso, prefieren sufrir en silencio.

Pero si las personas se sienten satisfechas con sus hábitos de alimentación e higiene, el numero de infecciones crecerá como cortesía de las múltiples bacterias que crecen libremente en los alimentos antes de que sean ingeridos.

Hemos recopilado seis formas, según el sentido común, para prevenir intoxicaciones por alimentos y las bacterias clave detrás de ellos, un recordatorio para que tengas a mano en la cocina.

1) No dejes afuera tu comida

La comida que se deja afuera a temperatura ambiente durante horas seguidas –ya sea en casa, en una comida al aire libre (parrillada), una fiesta, o en el buffet de un restaurante, es una importante fuente de intoxicación por alimentos. Las esporas y toxinas liberadas por las bacterias que comúnmente se encuentran en los alimentos pueden prosperar a estas temperaturas.

«[Las esporas] prosperan en la ‘zona de peligro’ de 40 a 140 grados Fahrenheit (de 5 a 60 grados Celsius)» dice Gabrielle Judd, una dietista registrada en University of Maryland Medical Center. Judd trabaja con pacientes trasplantados, cuya inmunidad reducida los pone en mayor riesgo de infecciones… lo que aumenta la importancia de que ellos coman de manera sabia.

Las principales bacterias productoras de esporas son las Clostidrium perfringens… las que se cuentan entre las causas más comunes de intoxicación por alimentos en Estados Unidos. Otro culpable multiplicador y productor de toxinas a temperatura ambiente es Bacillus, el que comúnmente se encuentra en el arroz, las sopas y los restos de comida.

Judd se refiere a estos bichos como «bichos de las comidas al aire libre» ya que esta es una situación común en donde la comida se prepara y se deja afuera durante varias horas. «La comida no debería dejarse afuera por más de dos horas seguidas», dice.

En el lado positivo, es poco probable que termines en el hospital a causa de infecciones por esas bacterias sino que te dejan con malestares durante 24 horas. Por esta misma razón, con frecuencia se dejan de reportar casos de enfermedades.

Así que, en tanto que la primavera se acerca y trae con ella las comidas al aire libre durante los fines de semana, no te olvides de usar tu refrigerador.

2) Sé precavido con las aves crudas

«Al menos la mitad de todos los cuerpos de pollos crudos transportan niveles significativos de Campylobacter», dice el bacteriólogo Andrew Roe de la Universidad de Glasgow, quien comenta que más de 500.000 casos de intoxicación por alimentos en el Reino Unido son causados por estas bacterias amantes del pollo.

Este grupo de bacterias causa la mayoría de infecciones trasmitidas por alimentos en el mundo desarrollado ya que la bacteria es frecuente en la misma cadena de alimentación. «Cuatro de cinco casos [de intoxicación por alimentos] provienen de aves contaminadas», dice Roe.

Las aves de corral van más allá del pollo, y las infecciones también son comunes en otras aves normalmente consumidas de las cuales las personas están menos pendientes en términos de higiene. «El pavo y el pato con frecuencia están altamente contaminados con Campylobacter, de modo que el consejo sería que las trataras exactamente como lo harías con el pollo», dice Roe.

Judd añade que «las enfermedades trasmitidas por alimentos a menudo son provocadas por el descongelamiento o la preparación inadecuada de las carnes».

Afortunadamente, la infección usualmente se autocontrola, lo que significa que las personas no se enferman gravemente sino que se recuperan con el tiempo. Este daño leve asociado con infecciones es la razón por la que no se considera prioritario eliminar las bacterias de la cadena alimenticia… a diferencia del Reino Unido, en donde ahora todos los pollos están vacunados contra la Salmonella.

¿La solución? Lava tus manos cuando estés manipulando aves de corral, evita contaminar las superficies y cocina tu carne a la perfección. Básicamente, evita cualquier riesgo de que entre carne cruda a tu cuerpo.

«La mejor manera de evitar la infección es asegurarte de que todo el pollo esté cocinado por completo y que tengas buenas prácticas en la cocina», dice Roe.

3) Conoce los peligros de la carne molida

El pollo no es el único villano en el reino animal.

Roe aconseja que te alejes de tu hamburguesa si tienes alguna sospecha en cuanto a su preparación… la carne molida puede ser una potente fuente de infección.

«Los productos con carne molida son intrínsecamente más arriesgados», dice Roe.

El peligro radica en el proceso en el que se muele la carne –y en la mayor probabilidad de que las bacterias de la superficie se mezclen profundamente en tu carne– a diferencia de un trozo de carne.

«Un filete es una pieza intacta de la carne, cualquier contaminación estará en la superficie», dice Roe. Por lo tanto, cocinar bien un filete en el exterior, reduce las posibilidades de que contraigas una infección, incluso si esta permanece cruda en el interior. Pero con la carne molida las bacterias se combinan en la mezcla. Esto aplica a cualquier forma de hamburguesa, ya sea gourmet o un simple slider que te den como refrigerio.

«Con la carne molida, el exterior se mezcla con toda la carne y contamina al resto», coincide Judd.

Las torta de carne para hamburguesas –un platillo entre los favoritos en las comidas al aire libre– combinada con el calor incontrolado de una parrillada a través de llamas intensas, sin control, representan un alto riesgo de que la carne se cocine por fuera pero que esté cruda en medio.

«Las personas pueden mostrarse bastante indiferentes, pero estos son los momentos en los que incrementas tu riesgo», dice Roe.

¿La solución? Si te encantan tus hamburguesas, asegúrate de comerlas bien cocidas.

«Debes estar bien preparado para rechazar la comida si no ha sido cocinada por completo», dice Roe.

4) Nunca olvides lavar tu fruta

Los primeros pensamientos cuando buscas culpables por una intoxicación alimentaria comúnmente se dirigen hacia la carne y las aves de corral, pero tus frutas y vegetales no son tan seguros como crees.

Un estudio de 2013 realizado por los CDC descubrió que el 46% de las intoxicaciones alimentarias en Estados Unidos son causadas por frutas, verduras y frutos secos. Se descubrió que las verduras de hoja verde causan la mayoría de las enfermedades, las cuales representan el 22% de todos los casos en el estudio… facilitado por el hecho de que las bacterias, como el E. coli, pueden vivir dentro del mismo tejido de la hoja.

«Se percibe menos riesgo [con frutas y verduras] por lo que las personas son más displicientes», dice Roe.

Muchas formas de las bacterias se encuentran de manera natural en las superficies –o cáscaras– de frutas y verduras, las cuales necesitas lavar antes de su consumo. Si no lo haces, al cortarla por la mitad se pueden introducir esas bacterias de la superficie en lo profundo de la fruta. Judd aconseja que se apliquen las mismas reglas a todos los alimentos con cáscara o corteza… tales como naranjas, sandías o pepinos.

«La mayoría de las personas lava una manzana, pero con los melones asumen que no deben hacerlo», dice Judd.

Cuando cortas o pelas tales alimentos, las bacterias de la superficie fácilmente pueden dispersarse adentro del mismo.

«Si los pelas y los lavas a conciencia, puedes reducir tu riesgo de manera bastante significativa», añade Roe.

5) Recalienta tus sobras adecuadamente

El riesgo de recalentar el arroz es un mito común que se ha propagado como un medio de intoxicación alimentaria… vinculado con la bacteria Bacillus que se encuentra comúnmente en los campos de arroz y que puede estar presente en esos granos de arroz.

Las bacterias mueren cuando el arroz es cocinado, pero sus esporas permanecen vivas y florecen si luego se deja a temperatura ambiente. «Las esporas crecen de nuevo y se convierten en bacterias», dice Roe.

¿La solución? Cuando recalientes el arroz, este debe estar sumamente caliente, para asegurarte de matar cualquier bacteria que haya regresado.

Estas reglas se aplican para recalentar todos los alimentos en general a fin de prevenir que prospere cualquier bacteria nueva… tanto en tus alimentos como en tu intestino. «Las enfermedades vienen de un manejo inadecuado de las sobras», dice Judd, quien también advierte no mantener las sobras más de 3 o 4 días.

«Si te sirven algo que esta inadecuadamente caliente… debes ser lo suficientemente valiente para decir que no te parece», dice Roe.

Fuente: CNN Español

Asociaciones de consumidores y Mercadona analizan la percepción de la seguridad alimentaria de los consumidores

Para el consumidor español el factor precio es determinante en la adquisición o consumo de alimentos, pero casi siempre se tienen en cuenta los parámetros de calidad y seguridad alimentaria de los productos.

Esta es la conclusión a la que han llegado Mercadona y las asociaciones de consumidores CEACCU, FUCI, CECU, UNAE y la Unión de Consumidores de Andalucía UCA/CAUCE, en el estudio con título “El nuevo perfil del consumidor”; en el que a través de cinco capítulos, se analiza al nuevo consumidor español desde diferentes perspectivas. En esta entrega se presentan las conclusiones del tercer capítulo, “Seguridad Alimentaria; Presente y Futuro”. Esta parte del estudio ha sido elaborada por UNAE y está accesible en este enlace:
http://www.uniondeconsumidores.es/wp-content/uploads/2015/10/SEGURIDAD-ALIMENTARIA-PRESENTE-Y-FUTURO.pdf.

Los dos capítulos restantes serán accesibles en los medios de las diferentes asociaciones en los próximos meses.
La Seguridad Alimentaria, un derecho y una exigencia del consumidor:

.- “Hoy, la seguridad alimentaria es un derecho y una exigencia”. El consumidor desea disfrutar de una dieta saludable elaborada con alimentos seguros y de calidad. Para garantizar este derecho, el consumidor debe ser consciente que alcanzar las máximas cotas de seguridad de los alimentos es una responsabilidad compartida y que requiere el compromiso absoluto de todos. Por eso, el estudio resalta que resulta fundamental formar e informar a los ciudadanos y concienciarles de que como consumidores, forman parte de esta cadena en la que participan, también, las autoridades, los productores, los fabricantes y los distribuidores.

.- “El nivel de seguridad Alimentaria hoy en día es muy elevado”. Entre otras razones se esgrime que el desarrollo normativo al respecto ha ayudado mucho en los últimos años. Así, en la Unión Europea existen más controles que nunca para garantizar la seguridad alimentaria. Se dispone de una amplia y minuciosa legislación, diversos mecanismos de inspección y control sobre los Estados miembros, redes de alerta y sistemas de control de calidad. Todos ellos tienen como objetivo común la salud de los consumidores, la transparencia informativa y la correcta información sobre los alimentos.

.- “El consumidor, en última instancia, es el que decide”. La seguridad alimentaria, se mueve al impulso de la ciencia y la técnica, creando nuevos sistemas de control y seguridad, nuevas sustancias y productos y nuevos métodos de producción. La sociedad es la que realmente marca esta evolución, ya que dichos adelantos se implantan o se abandonan dependiendo de la acogida que el consumidor haga de los mismos.

.- “El futuro ofrecerá nuevas tendencias en los sistemas de producción y servicio”. Estas tendencias, deberán ser analizadas detenidamente desde el punto de vista de seguridad alimentaria y habrá que garantizar que el consumidor esté bien formado e informado para poder tomar decisiones con objetividad. El interés por ofrecer una gran variedad de productos y servicios al consumidor, unido a los problemas de agotamiento de los recursos, desperdicio de alimentos y globalización del comercio entre otros, harán que surjan estos nuevos escenarios. Pero no por nuevos serán menos seguros. Habrá que desarrollar los sistemas de control adecuados que garanticen la seguridad alimentaria, a la vez que se explica a la sociedad de manera
trasparente qué se hace, porqué se hace y qué garantías tiene.

.- “El consumidor de hoy, por lo general, confía en los productos que consume. No cuestiona la seguridad alimentaria, la da por hecha”. Sin embargo, quedan cosas por mejorar y desarrollar. Si se quiere seguir avanzando manteniendo esta confianza y mejorando, se debe trabajar, desde ya y desde todos los ámbitos, en mejorar, entre otros, los siguiente aspectos:

1.- Información. Los consumidores deben recibir de una manera clara, sencilla y eficaz, los datos claves de los productos. Es necesario hallar “Qué quiere o necesita saber el consumidor” del producto para no saturarlo de información innecesaria.

2.- Formación. El consumidor debe aprender y utilizar apropiadamente la información que se le ofrece para que haga una correcta selección, manipulación, uso y consumo del producto. Cada vez se dispone de más información, pero no se avanza en conocimientos para interpretar, asimilar y utilizar provechosamente dicha información.

3.- Transparencia. La información y la formación que recibe ha de ser real, veraz, comprobable y por tanto, transparente para que el consumidor confíe lo suficiente en ella.

En http://www.uniondeconsumidores.es se pueden consultar los dos primeros capítulos del estudio dedicados a “El gran reto de la digitalización en el sector
alimentario” y los “Nuevos hábitos del consumo de alimentos. Decisiones de compra, factores y entorno”.
Recordamos los capítulos del estudio “Nuevo perfil del consumidor”:

.- El gran reto de la digitalización en el sector alimentario.

.- Nuevos hábitos del consumo de alimentos. Decisiones de compra, factores y entorno.

.- Seguridad Alimentaria: presente y futuro.

.- Cadena agroalimentaria sostenible ante el nuevo perfil del consumidor. La respuesta a la demanda de productos frescos.

.- Responsabilidad social y empresarial y Desperdicio de Alimentos.

Fuente: La Voz de Utrera

La «ciudadanía alimentaria»

La producción de alimentos ha dejado de ser un asunto sectorial (de la agricultura) para convertirse en un asunto de ciudadanía. También el consumo de alimentos ya no es un asunto privado del consumidor, puesto que sus decisiones tienen efectos en otros ámbitos, entre ellos el medio ambiente.

Por eso, autores como los españoles Cristóbal Gómez Benito y Carmen Lozano (UNED) o el holandés Henk Renting, hablan de «ciudadanía alimentaria». Por ese concepto, entienden el derecho de los ciudadanos a una alimentación sana y de calidad, pero también el deber y la obligación de realizar un consumo responsable, valorando los efectos que tiene lo que comemos sobre las generaciones futuras, sobre otras poblaciones (de nuestro entorno más cercano, y del resto de mundo), sobre el entorno natural y el medio ambiente, sobre el bienestar de los animales,…
Es un concepto que supera el de «seguridad alimentaria», y que se define desde un enfoque integrador y multidisciplinar. Con el concepto de «ciudadanía alimentaria» se pretende superar los enfoques simplistas sobre el hambre que han dominado la agenda política y social desde 1945 hacia acá. Es un enfoque que parte de aceptar que el problema de la seguridad alimentaria es un problema de gran complejidad, admitiendo que no es sólo un problema de producción de alimentos, sino de pobreza y de inadecuadas condiciones de vida, de infraestructuras deficientes, de malnutrición y de modelos de desarrollo en los que están implicados tanto las sociedades del Norte como las del Sur.

El problema del hambre y la inseguridad alimentaria no es, por tanto, un problema de los países pobres a los que se les debe ayudar desde el Norte por razones morales, sino un problema global que tiene sus manifestaciones (diferentes bien es cierto) en los países desarrollados y en los países en desarrollo.

Reorientar los modelos de producción y consumo
La «ciudadanía alimentaria» implica, entre otras cosas, convertir a los consumidores de alimentos en sujetos activos con derecho a participar en el ámbito público para reorientar los modelos de producción y consumo (esto se plasma en la creación de movimientos sociales en los que se integran productores y consumidores promoviendo experiencias de cooperación: canales cortos, mercados locales, slow food,…).

Hablar hoy de «seguridad alimentaria» es hablar de un tema multidimensional. Es un tema que tiene evidentes proyecciones locales (regiones con problemas crónicos de hambre, pobreza y malnutrición) sobre las que, sin duda, se debe actuar con los programas adecuados de ayuda humanitaria. Pero no se pueden reproducir los esquemas simplistas y sectoriales, que no han conducido a resolver estos problemas.

Es necesario comprender que el problema del hambre, de la inseguridad alimentaria y de la malnutrición es un problema global que se manifiesta con sus especificidades en todas las regiones del planeta (no sólo en los países pobres) y que afecta a toda la población mundial. Los sistemas de producción, distribución y consumo de alimentos están interrelacionados, y su implementación se produce en espacios concretos donde el acceso de los ciudadanos a la satisfacción de sus necesidades alimentarias se ve afectado por las condiciones económicas y sociales en que viven (condiciones de pobreza y desnutrición en unos espacios, y condiciones de abundancia y malnutrición en otros). Si no se toma conciencia de esa complejidad, el problema del hambre y de la inseguridad alimentaria seguirá presente en toda su crudeza por muchos recursos que se destinen a su resolución.

Fuente: El Diario

Cuatro de cada diez españoles incluyeron algún producto nuevo en su compra

Cuatro de cada diez consumidores incluyeron un producto nuevo en su última cesta de la compra, según el informe “Innovación Global” de Nielsen. Esta cifra se halla en línea con la media europea, ya que el 44% de consumidores se llevaron algo novedoso a sus hogares en su visita más reciente a la tienda.

Entre los motivos que se esgrimen aparecen principalmente aspectos relacionados con la valoración de personas del entorno, su finalidad de uso y el precio. Así, una cuarta parte afirma adquirir un artículo nuevo porque alguien se lo recomendó.

Por su parte, el 24% de encuestados valora que el producto cubra algún tipo de necesidad específica, mientras que el 23% considera que vale la pena comprar ese artículo porque es más asequible que los que habitualmente se lleva. El sentimiento de satisfacción personal también tiene un papel importante al igual que la vinculación emocional con la marca (21% y 20% respectivamente).

En cualquier caso, el informe revela que la mitad de los encuestados echa en falta productos a precios asequibles. También demanda otros más prácticos (34%) y que se elaboren a partir de ingredientes naturales (30%). Casi tres de cada diez querrían encontrar productos premium.

Las principales vías para conocer las novedades del mercado son los familiares y amigos, la propia tienda e Internet, por delante de la televisión. Más del 60% valora que la industria ofrezca nuevos productos aunque también fija ciertas condiciones pues más de la mitad prefiere comprar novedades de marcas habituales en su cesta de la compra, mientras que otro tanto se espera a que esa innovación se asiente en el mercado antes de probarla.

Fuente: Gran Consumo TV

Sanitat aboga por un concepto amplio de seguridad alimentaria, desde la producción al consumidor final

La directora general de Salud Pública, Lourdes Monge, ha inaugurado hoy el III congreso Internacional de Calidad y Seguridad alimentaria, organizado por la Asociación de Consultores y Formadores en Calidad y Seguridad Alimentaria de España (ACOFESAL), que se celebra los días 10 al 12 de junio en la Universitat Politècnica de València (UPV).

Monge ha destacado que «la calidad y la seguridad son dos aspectos íntimamente relacionados. El consumidor demanda calidad y entiende que la seguridad alimentaria está implícita – ha continuado la directora general – y, en cierto modo es así, «hasta tal punto que los modernos sistemas de gestión de la seguridad alimentaria se alinean o enmarcan en los sistemas de gestión de la calidad», ha explicado.

Para Lourdes Monge, «el concepto de seguridad alimentaria es amplio y abarca desde la producción primaria hasta el consumidor final, incluyendo el uso potencial que éste hace del alimento en el hogar». Además, incluye aspectos tangenciales como el bienestar animal, desde el manejo de los animales en granja hasta las operaciones propias del sacrificio en el matadero.

Asimismo, según la directora general, la seguridad alimentaria y la calidad de los alimentos es una exigencia cada vez más demandada por los ciudadanos, incluida la garantía de ausencia de fraude y la adecuada información sobre los productos que las empresas ponen en el mercado.

En este sentido, Monge ha recordado que en el Ámbito de la Comunitat Valenciana, el Plan de Seguridad alimentaria ha sido y sigue siendo un marco adecuado para la gestión integrada de los problemas relacionados con la seguridad alimentaria. Y por otra parte, la ley 10/2014, de 29 de diciembre, de la Generalitat, de Salud de la Comunitat Valenciana en artículo 33 refuerza la idea del enfoque integrado de los problemas relacionados con la seguridad alimentaria y establece las líneas básicas que debe guiar la elaboración Plan de seguridad alimentaria.

Futura norma sobre controles oficiales

Por último, la directora Lourdes Monge ha explicado que el Parlamento Europeo y el Consejo están trabajando en la revisión de la normativa básica de controles oficiales, y se está incidiendo en el enfoque de la cadena alimentaria, que incluirá aspectos tales como los relacionados con la sanidad vegetal y animal, el bienestar animal, el fraude alimentario y la agricultura ecológica.

De este modo, la futura norma sobre controles oficiales «integrará de forma coherente todos los aspectos que tiene que ver con un enfoque amplio de los problemas relacionados con la seguridad alimentaria, lo que redundará en una mejora de la protección de la salud de los ciudadanos y una mayor eficacia de los sistemas de control nacionales», ha concluido Lourdes Monge.

Fuente: El Periòdic

Unión de Consumidores de Cádiz presenta su Decálogo de Seguridad Alimentaria

Miguel A. Ruiz, presidente de la Unión de Consumidores de Cádiz ha señalado que, dentro de la labor de información que tienen en la organización, se ha lanzado, dentro de una campaña global de la materia, en un primer paso se hace público para los consumidores.

Así, a través de estas recomendaciones, desde la Unión de Consumidores de Cádiz señalamos:

  1. Debemos exigir información, seguridad e higiene en los establecimientos relacionados con el sector alimentación y hostelería
  2. Se deben consumir productos debidamente etiquetados
  3. Debemos controlas las fechas de caducidad o consumo preferente
  4. Solo debemos comprar productos que garanticen su control y trazabilidad
  5. En productos congelados, debemos mirar que no se haya roto la cadena del frío
  6. Debemos evitar las contaminaciones cruzadas
  7. Infórmese sobre los aditivos del producto y sobre lo que se exprese sobre alergias y composición del producto. Así la información debe ser clara y comprensible y afecta tanto al etiquetado de productos como en la información a consumidores en establecimientos de hostelería
  8. Analice la publicidad del producto. No se deje llevar por la misma en cuanto a determinadas condiciones beneficiosas para la salud y el consumo de alimentos
  9. Consuma en establecimientos que garanticen una correcta seguridad alimentaria. Debemos evitar la venta ambulante ilegal
  10. Reclame y denuncie en el caso de que vea algún tipo de irregularidad

Así, desde este punto de vista, queremos informar tanto a consumidores y usuarios dentro de esta Campaña que tratará temas tan importantes como el etiquetado de productos de la alimentación, consejos de conservación de alimentos, etc.

Ruiz ha destacado la importancia de la información en materia de alimentación, señalando que hay una responsabilidad compartida en la materia que abarca desde las Administraciones Públicas, las empresas y profesionales del sector, los Colegios Profesionales, asociaciones con interés en la materia y, por supuesto, las asociaciones de consumidores.

Así considera esencial establecer un Foro Permanente sobre la materia con el fin de obtener una información con la debida formación y asesoramiento, que de conocimiento transparente sobre la materia y, en casos de crisis alimentarias, conlleve compartir información desde todos los puntos de vista.

Fuente: El Baluarte de Cádiz

Casi 6 de cada 10 consumidores demanda alimentos más naturales

El 57% de los consumidores españoles demanda alimentos con ingredientes más naturales. Esta es una de las conclusiones de un estudio presentado en el marco de un encuentro organizado porAecoc con profesionales de la seguridad alimentaria y la nutrición con el fin de abordar el papel de estos aspectos en la cadena de valor.

Este análisis pone de manifiesto también que el 78% de los españoles está de acuerdo en que, actualmente, el consumidor está más informado sobre las características de los alimentos. Sin embargo, sólo el 7% piensa que éstos son, ahora, más naturales que antes. Asimismo, se observa que el 88% de los consumidores percibe una aumento de los controles en alimentación, a pesar de que está bastante extendida la idea de que cada vez se come peor.

En este sentido, el informe determina que uno de cada dos consumidores estaría dispuesto a pagar más por una marca que le ofreciera mayores garantías en seguridad alimentaria.

En este encuentro se han abordado además cuestiones como el intercambio de la información para la venta online, la estandarización de la información al consumidor, la biotecnología de sistemas en el mundo alimentario como tendencia de futuro y el reto de la industria para desarrollar procesos que garanticen la vida útil de los alimentos.

Fuente: Gran Consumo TV

Luces y sombras de la nueva legislación sobre la información alimentaria facilitada al consumidor

Los consumidores tenemos desde el pasado sábado alguna garantía más a la hora de enfrentarnos a la adquisición de productos alimenticios. Además, da igual donde nos hagamos con ellos ya que elReglamento Europeo 1169/2011 Sobre la información alimentaria facilitada al consumidor contiene elementos que han de aplicarse tanto por parte del sector de la hostelería, como por la industria alimentaria, así como por la restauración colectiva. Son varios los elementos que se han incorporado, algunos los que se han modificado con respecto a la anterior legislación vigente y otros, qué pena, que siguen sin estar. En palabras de nuestra Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición,AECOSAN “el propósito del Reglamento es perseguir un alto nivel de protección de la salud de los consumidores y garantizar su derecho a la información para que los consumidores tomen decisiones con conocimiento de causa”. Ya veremos en qué se traduce tanto buen propósito.

¿Qué hay de nuevo?

Desde mi punto de vista una de las principales novedades es la obligación de identificar el origen de las grasas en la lista de los ingredientes. Te lo conté en esta entrada y significa que el recurrente y cansino subterfugio de las “grasas vegetales” como ingredientes desaparecerá o, si está presente, habrá de detallar el origen y proporción de esas grasas vegetales. Aunque tal y como parece a juzgar por la curiosa adaptación que de este nuevo elemento han hecho algunos fabricantes, es muy posible que el consumidor medio siga in albis (tienes más información en la anterior entrada mencionada)

Al mismo tiempo, este RE obligará a partir de ahora a incluir un etiquetado nutricional en la mayor parte de los alimentos transformados, algo que no era necesario salvo que en su su presentación se hiciera algún tipo de alegación de salud o declaración nutricional… que entonces sí era obligada. Pues ahora todos los alimentos transformados, salvo contadas excepciones, deberán incluir ese etiquetado nutricional. Entre los productos que están exentos de incluirlas (salvo que hagan una declaración nutricional) figuran: productos sin transformar que incluyen un solo ingrediente o una sola categoría de ingredientes; productos transformados cuya única transformación ha consistido en ser curados y que incluyen un solo ingrediente o una sola categoría de ingredientes; agua destinada al consumo humano, incluida aquella cuyos únicos ingredientes añadidos son el anhídrido carbónico o los aromas; una planta aromática, una especia o mezclas de ellas; sal y sucedáneos de la sal; edulcorantes de mesa; extractos de café y extractos de achicoria, granos de café enteros o molidos y granos de café descafeinado enteros o molidos; infusiones de hierbas y frutas, té, té descafeinado, té instantáneo o soluble, o extracto de té, té instantáneo o soluble o extracto de té descafeinados, que no contengan más ingredientes añadidos que aromas que no modifiquen el valor nutricional del té y; las bebidas alcohólicas que contengan más del 1,2%.

Otra destacada novedad reside en la alusión a los posibles 14 alérgenos más comunes presentes en los alimentos envasados que deberán aparecer en la lista de ingredientesde forma destacada mediante una composición tipográfica que la diferencie claramente del resto de la lista de ingredientes (por ejemplo, mediante el tipo de letra, estilo o color de fondo). En ausencia de una lista de ingredientes, deberá incluirse la mención “contiene”, seguida de la sustancia o producto que figura en el anexo II del RE.

Entre las principales novedades, está la primera alusión a los nanometariales. De este modo el RE incluye la definición de “nanomaterial artificial” (artículo 2, apartado 1 a) yobliga a etiquetar todos los ingredientes presentes en forma de nanomateriales artificiales.

Fuera de la comercialización propiamente dicha de alimentos dirigida al consumidor final, merece especial atención la obligación de los distintos servicios de restauración colectiva de tener a disposición de los clientes la información de los productos utilizados (por ejemplo en un restaurante o comedor social). Así, en este terreno, los operadores de empresas alimentarias garantizarán que la información relativa a los alimentos no envasados destinados a ser suministrados al consumidor final o a las colectividades se comunique al operador de empresa alimentaria que vaya a recibir el alimento para que, cuando así se requiera, se pueda facilitar al consumidor final la información alimentaria obligatoria.

Interesante, por último en este apartado, la obligatoriedad de los establecimientos de poner a disposición de los consumidores determinada información cuando el producto comercializado vaya sin envasar, a granel o se envase en el momento de su venta a petición del consumidor (por ejemplo, en la venta de pan).

¿Qué hay de viejo… pero arreglado?

La procedencia o país de origen de los alimentos. Hasta ahora, solo era obligatorio para la carne fresca de vacuno, las frutas y las verduras, la miel, el aceite de oliva y en los casos en los que no hacerlo puede suponer un engaño al consumidor. Sin embargo, a partir de ahora también lo será para la carne fresca de cerdo, ovino, caprino y aves de corral. No obstante, este aspecto estará sujeto a las disposiciones de aplicación que la Comisión Europea adopte dos años después de la entrada en vigor de la nueva regulación.

Importante es la modificación al alza relativa al tamaño de la letra en la que se incluye la información nutricional. Así, esta norma, establece un tamaño mínimo de fuente para la información obligatoria de 1,2 mm; salvo que la superficie máxima de un envase sea inferior a 80 cm², en cuyo caso el tamaño mínimo se reduce a 0,9 mm. Si además dicha superficie es menor de 25 cm², la información nutricional no será obligatoria. En los envases en los que la superficie más grande sea inferior a 10 cm ² (por ejemplo en un paquete de chicles), no es necesario incorporar ni la información nutricional, ni la lista de ingredientes. No obstante, el nombre del alimento, la presencia de posibles alérgenos, la cantidad neta y la fecha de duración mínima se deberán indicar siempre, independientemente del tamaño del paquete.

Tanto la indicación de la caducidad de los productos y la fecha de primera congelación (de tratarse de este tipo de productos) también sufre modificaciones aportando más garantías que las derivadas de anteriores normativas tal y como te comenté en esta entrada.

¿Qué no aparece o falta?

Este Reglamento Europeo aporta muchos avances pero se han dejado en el tintero algunas cuestiones interesantes de las que… o bien se ha pasado de largo o bien se ha emplazado a la Comisión Europea para dar la correspondiente respuesta en dos o tres años.

Para mí, la principal ausencia alude a las grasas trans que, de momento, no es obligado aportar información al respecto de su presencia en un determinado alimento. Así, se aplaza hasta 2016 la decisión sobre la obligatoriedad de incluir este tipo de grasas en el etiquetado en base a un informe que habrá de elaborar la Comisión Europea. De momento no hay obligación. Una lástima, el tema me parece tan de cajón… que no sé qué tienen que debatir… a no ser que el debate responda a presiones de la industria.

Otra de las cuestiones por resolver es la referente a las Cantidades Diarias Recomendadas (CDR) que seguirán presentes, cumpliendo una serie de normas pero que,seguirán siendo, al menos de momento, del tipo café para todos. Y es que, a mi juicio no tiene ningún sentido que siempre, con independencia del alimento que se trate, estas cantidades estén referidas a una dieta estándar de 2000 kcal para un adulto. Un absurdo que se pone de manifiesto en aquellos alimentos típicamente destinados al consumo de los más pequeños (cereales de desayuno, galletas, determinados productos para untar…). De nuevo se emplaza a la Comisión Europea para que en el plazo de tres años tome una decisión al respecto de qué hacer con este tipo de información.

En definitiva, además de incluir importantes mejoras para mantener informado a los consumidores, este texto legal cumple a la perfección con el estereotipo que tienen este tipo de escritos a la hora de interpretarse: es bastante lioso. Y ello se pone de manifiesto con las habituales referencias cruzadas a artículos o apartados, excepciones según… lo que sea, cuestiones todas ellas que hacen al lector ir constantemente arriba y abajo para identificar su último significado. Tal es así que la propia Comisión elaboró un documento de preguntas y respuestas con el que tratar de dar respuesta a algunas (no todas) de las más habituales controversias. Lo puedes consultar en este enlace.

De igual modo, la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas(FIAB) ha editado una guía en la que se interpretan varias de las implicaciones últimas de este poco amable Reglamento Europeo 1169/2011. La puedes consultar en este enlace.

Fuente: 20 Minutos

Emiratos Árabes, duplicará el consumo de Alimentos

Según datos del ‘Informe 2013 sobre la Industria Alimentaria del Consejo de Cooperación del Golfo’ del banco de inversiones Alpen Capital, el consumo regional de alimentos repuntará a una tasa de incremento anual compuesto del 3,1% en el período 2012-2017, alcanzando los 49,1 millones de toneladas métricas a finales de 2017.

En la actualidad, el país del Golfo que registra el mayor consumo de alimentos es Emiratos Árabes Unidos, con 1.486 kilos anuales per cápita, seguido por el vecino Omán, con 1.095 kg per cápita al año, Arabia Saudí (872 kg), Catar (852 kg), Kuwait (634 kg) y Bahréin (453 kg).

La economía de los EAU es la segunda en tamaño entre los países del (CCG), por detrás de Arabia Saudí. Su tamaño es aproximadamente el de Andalucía, con una población de unos nueve millones de habitantes.

España mantiene un elevadísimo superávit en su balanza comercial con los EAU; desde 2011, nuestras exportaciones no han hecho más que aumentar, hasta los 2.010 millones de euros el pasado año (con un incremento del 32%).

Hay una oferta muy amplia de productos agroalimentarios y una competencia alta, por lo que el factor precio es importante en este sector. La pirámide de población y el turismo favorecen el dinamismo de este mercado.

Existe saturación de ciertos productos, como el aceite de oliva, mientras que determinados segmentos tradicionales, como la confitería y los dulces, mantienen su crecimiento.

Las tendencias principales que se obervaron en la última feria de alimentación ‘ Gulf Food’ indican una apuesta clara de fabricantes y distribuidores hacia la ‘quinta gama’, es decir, alimentos listos para consumir y asimismo se acentúa la presencia de alimentos saludables, ecológicos y sostenibles.

La cata de alimentos y bebidas sigue siendo la gran estrategia de promoción de los productos. Distribuidoras como Emirates Gourmets, Chef Middle East o Truebell, realizaron degustaciones que atrajeron gran cantidad de público.

Fuente: La Verdad

Biopolis acoge una reunión del comité de seguridad alimentaria de Aecoc

El Comité de Seguridad Alimentaria de Aecoc (asociación de empresas de gran consumo, que agrupa a más de 25.000 compañías), formado por las principales empresas de fabricantes y distribuidores del sector de la alimentación en España, se reunió el pasado 15 de octubre en la sede de Biopolis en el Parc Cientific de la Universitat de Valencia. A la reunión asistieron los responsables de seguridad alimentaria y calidad de compañías de fabricantes y distribuidores del sector alimentario como Ahorramas, Alcampo, Grupo Bimbo, Campofrío, Coca Cola, Consum S.Coop., Danone, Grupo Dia, El Corte Inglés, Compass Group, Grupo Carrefour, Grupo el Árbol, Grupo Eroski, Grupo Leche Pascual, Grupo Pescanova, Mercadona, Miquel Alimentació, Nestlé España, Lactalis- Puleva, Sabeco, Pepsico Iberia, Deoleo, Unilever España, Grupo Ifa y Grupo Zena.

Tras la reunión, los representantes del Comité de Seguridad Alimentaria de Aecoc visitaron las instalaciones de Biopolis, compañía biotecnológica que trabaja para aportar soluciones innovadoras a través del desarrollo y la producción de microorganismos y metabolitos microbianos que contribuyen a lograr alimentos, fármacos, cosméticos o procesos químicos de mejor calidad. Los miembros de Aecoc pudieron ver el trabajo que se desarrolla en los once laboratorios de la compañía Biopolis, así como en las dos plantas de producción con capacidad para fermentación de más de 9.000 litros de cultivo dedicadas a la producción industrial de microorganismos de alto valor.

El Comité de Seguridad Alimentaria de Aecoc tiene como misión analizar los retos a los que se enfrenta el sector para generar confianza en el consumidor, optimizando todas las actividades y las relaciones entre los participantes de la cadena de suministro para maximizar la eficiencia en la gestión de la seguridad alimentaria y la nutrición, especialmente ante crisis alimentarias.

Fuente: Interempresas