Los sulfitos, aditivos alimentarios en el punto de mira

Estos aditivos tienen propiedades conservantes que actúan manteniendo el color del alimento, previniendo su oxidación y evitando que los hongos, las bacterias y las levaduras crezcan en ellos.

Los sulfitos hacen posible que una gran cantidad de alimentos lleguen en buenas condiciones a nuestros hogares, pero eso sí, tomados en pequeñas dosis.

Cantidad diaria recomendada

En efecto, a dosis normales son inocuos; el problema aparece cuando la ingesta diaria se excede.

Su cantidad diaria recomendada por la organización Mundial de la Salud asciende a 0,7 mg. Por kg de peso. Las dosis máximas permitidas en la industria dependen del alimento y comprenden un variado rango de concentración.

Cuanda mýor es la cantidad, mayor duración del producto, pero también existe un mayor riesgo para la salud, ya que su acumulación en el organismo puede causar reacciones alérgicas como dolor de cabeza, dermatitis, urticarias o iritación gastrointestinal y un empeoramiento del asma.

Dos tipos de sulfitos

Los naturales en alimentos fermentados, como vino, cerveza o algunos quesos.
Artificiales, con aplicaciones en farmacia, cosmética, dulces, aperirtivos, cervezas, vegetales, frutos secos, mermeladas, curstáceos, moluscos y carnes.
Los alimentos que contribuyen a un mayor aporte de sulfitos son: vino, jugos de fruta, fruta seca y nueces.

Otros aditivos controvertidos 

Son los nitritos usados en conservas de marisco y quesos, los cuales en dosis abundantes son cancerígenos, el hidroxibenzoato de etilo utilizado en la salsa mayonesa y el ácido propiónico presente en productos de panadería, que puede ser un potenciador de tumores.

Fuente: Blog de Farmacia