El 5,7% de los alimentos de terceros países contiene pesticidas en niveles superiores a los autorizados, frente al 1,4% de los que tienen su origen en Europa. Así lo señala el informe anual publicado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA), que ha analizado cerca de 81.000 muestras de alimentos procedentes de la Unión Europea, además de otros países como Islandia y Noruega. El estudio pasa revista a los alimentos, sobre todo frutas y verduras, aunque también se analizaron cereales, cárnicos y productos para bebés, que se comercializan en el mercado europeo, a partir de unas pruebas llevadas a cabo en 2013 con el fin de determinar la presencia de 685 pesticidas.
Tras la observación de los resultados, el informe concluyó que casi la mitad de los alimentos -el 45,4%- que se consumen en Europa tienen presencia de pesticidas, aunque el 42,8% de las muestras incluía restos de pesticidas por debajo de los límites legales, frente al 54,6% que estaba libre de residuos de este tipo y el 2,6% presentaba niveles superiores a los permitidos, lo que «desencadena sanciones legales o administrativas contra las empresas alimentarias responsables», sentencia el informe.
Haciendo la suma, el 97,4% de los alimentos -entre los que no contienen restos y aquellos que sí los tienen, pero en valores permitidos- está dentro del marco legal. Por el contrario, en el 27,3% de las muestras se encontraron, no sólo restos de un pesticida, sino varios de estos productos químicos.
¿La presencia de pesticidas afecta a la salud?
Aunque hay mayor presencia de estas trazas en los alimentos importados, los porcentajes han caído casi dos puntos desde 2012 -del 7,5% al 5,7%- y también ha disminuido en comparación con el estudio realizado en 2010. Sin embargo, la eterna pregunta es cómo afecta la presencia de pesticidas a la salud de los consumidores. La AESA indica además que la presencia de residuos de pesticidas en los alimentos tiene pocas probabilidades de tener un efecto a largo plazo sobre la salud del consumidor.
A pesar de que esta semana, el glifosato, uno de los herbicidas que más presencia tienen en los alimentos al ser uno de los más usados a nivel mundial, ha sido declarado por laOrganización Mundial de la Salud (OMS) como uno de los cinco pesticidas cancerígenos, no hay que alarmarse, dado que la salud de los consumidores no corre ningún peligro. «El informe confirma que los alimentos en Europa son seguros. Estos resultados deberían impulsar de nuevo la confianza de los consumidores en los alimentos que compran y en toda la cadena alimentaria europea», explica el director general de la Asociación Europea de Protección de las Cosechas, Jean-Charles Bocquet.
Los insecticidad que pueden provocar cáncer están prohibidos en la UE
Junto con el glifosato, otros cuatro pesticidas han sido calificados por la citada institución como «posibles o problales» cancerígenos. Sin embargo, sólo uno de ellos, el glifosato, puede ser utilizado por los productores europeos. Desde mediados de los 80 años, en los actuales países que conforman la Unión Europea está prohibido la distribución y el uso de insecticidas como el diazinón, el malatión, el tetraclorvinfos y el paratión, que son empleados por los productores agrícolas estadounidenses y canadienses.
Pese a la calificación por parte de la OMS, varios expertos, citados por el Science Media Center, se mantienen cautos. «Las pruebas exhibidas son frágiles», opina el Dr Oliver Jones de la Universidad de Melbourne, mientras el profesor Alan Boobis del Colegio Imperial de farmacología bioquímica de Londres destaca la dificultad de establecer una «relación de causa a efecto».
Fuente: Vozpópuli