Analizan la Seguridad Alimentaria en la producción de alimentos y procesamiento de todo el mundo

El estudio fue publicado por Campden BRI y Alquimia en colaboración con BRC, SGS, SQF y TSI, los fabricantes de alimentos y bebidas cuestionados y procesadores de todo el mundo para identificar las necesidades, la eficacia y retos de la formación en seguridad alimentaria en la industria.

La encuesta mostró que ha habido una mejora en la calidad y cantidad de entrenamiento en comparación con el año 2014. El 42% de los encuestados dijo que había habido un aumento en la cantidad de entrenamiento y 45% sintió que la calidad de la formación había mejorado. Con 55% de los empleados y el 45% de los directivos que indican que se comprometen menos de ocho horas de entrenamiento del año pasado, es probable que los encuestados hayan subestimado la cantidad de entrenamiento que realmente reciben.

El contenido de la capacitación pertinente y actual fue nombrado como el factor de la parte superior que se utiliza para seleccionar un proveedor de formación, superando a los métodos de costo y entrega. El compromiso de los empleados y la comprensión de la formación fue el segundo factor más importante.

Bertrand Emond, Jefe de Afiliación y Capacitación en Campden BRI, dijo: «La encuesta nos proporciona con información muy valiosa que nos permite responder a las necesidades de la industria y desarrollar soluciones a los retos que se enfrentan en este ámbito. Nos hemos asociado recientemente con ETI para desarrollar un programa de Cultura de Excelencia de Seguridad Alimentaria, que permite a una empresa obtener una imagen completa de su cultura de la seguridad alimentaria y medir el impacto de la formación».

La encuesta se envió a más de 25.000 plantas de producción de alimentos y procesamiento de todo el mundo, por lo que los resultados proporcionan una instantánea útil completa de las actividades y prácticas actuales en la formación en seguridad alimentaria. Las empresas encuestadas representan una sección transversal de la industria y variaron en tamaño desde menos de 50 empleados a más de 1.000 y abarcó muchos sectores, entre ellos cereales y panadería, lácteos, carnes, pescado y aves, y el embalaje.

Los resultados de la encuesta son una excelente manera para que los fabricantes de alimentos y procesadores puedan comparar sus resultados frente a sus competidores e identificar las oportunidades de desarrollo. La encuesta se lleva a cabo anualmente por lo que hará un seguimiento de la evolución y las tendencias de la formación en seguridad alimentaria.

Fuente: Foods News Latam

Se regulará la realización de estudios y análisis comparativos en productos alimenticios

Desde hace unos años estamos leyendo sobre la intención del gobierno de regular los análisis comparativos de alimentos que realizan entidades y asociaciones de consumidores como la OCU, y también la respuesta de los consumidores manifestando su rechazo a dicha regulación por considerar que se está vetando la libertad de información. Un ejemplo lo veíamos hace un par de meses en la web de la PDLI (Plataforma en Defensa de la Libertad de Información) o en la misma web de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).

Pues bien, el Real Decreto propuesto por los Ministerios de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, ha sido aprobado hoy por el Consejo de Ministros, con lo que se regulará la realización de estudios y análisis comparativos en productos alimentarios, y lo explican así abiertamente en su nota de prensa: ‘Un tipo de estudios de gran difusión, que son muy demandados por los consumidores, teniendo a veces gran influencia en su decisión de compra’.

La nueva regulación será aplicada a todos los estudios comparativos que se realicen para publicar o compartir con los consumidores, se excluyen de esta los estudios con carácter exclusivamente científico. El argumento para aplicar el Real Decreto es que se pretende garantizar el rigor de dichos estudios y también aportar seguridad jurídica a las empresas estudiadas.

Aseguran que con esta nueva regulación se refuerza la defensa de los intereses de los consumidores, que tendrán más información, o que será mejor, y así tendrán más capacidad de elección. También aseguran la defensa de los intereses de los operadores, e insisten en que la información resultante de estudios e informes comparativos de alimentos será más veraz.

Poco más añaden, bueno que han consultado a todos los sectores afectados por la medida para la elaboración del Real Decreto, incluyendo las asociaciones representativas de los elaboradores de estos estudios, los operadores de la cadena alimentaria y los consumidores, para poder compatibilizar todos los intereses.

Pues no nos lo parece, igual que no nos da ninguna confianza que esta nueva regulación nos vaya a dar resultados de análisis comparativos de interés para los consumidores. Saben que se han realizado muchos análisis a productos alimentarios que han hecho saltar las alarmas y han afectado seriamente a los sectores o a las marcas que han sacado un suspenso (como el sectorlácteo, el del aceite de oliva, el de productos cárnicos…), si estos análisis se ven limitados por cuestiones que no nos han aclarado todavía, será información que no llegue al consumidor.

Según la OCU, esta nueva regulación tiene entre sus objetivos dificultar al máximo la realización de análisis comparativos independientes sobre la calidad de los alimentos de España, y se ha aprobado por la presión que ha sometido la ‘poderosa’ industria alimentaria. Es una norma que pone (otra vez) al consumidor en desventaja, pues a las asociaciones de consumidores que realizan estos análisis les obligan a cumplir una serie de requisitos sobre los laboratorios o la verificación de los resultados, que no se exigen a la industria para poner a la venta el producto.

La Organización de Consumidores y Usuarios también argumenta que con la nueva norma se termina la confidencialidad de los laboratorios que realizan los análisis, quedando indefensos ante las presiones del lobby de la industria alimentaria. Y hay mucho más que decir, pero sólo vamos a destacar que España es el único país europeo que ha impuesto esta norma, dejando una vez más en evidencia la coacción a la libertad de expresión y a la libertad de información. Podéis leer la denuncia de la OCU completaaquí, después comentadnos qué opináis.

Fuente: Gastronomía & CIA

Lo más buscado en Google en 2014 sobre comida

Como es habitual, finalizando el año Google realiza la publicación de ‘El año en búsquedas’ con la que comparte qué ha sido lo más ‘googleado’, cuáles son las consultas más numerosas que se han realizado durante 2014. Evidentemente el buscador más utilizado es sometido a todo tipo de búsquedas relacionadas con la salud, el deporte, la política, la ficción, la ciencia y la tecnología… y también sobre alimentación y gastronomía, por eso vamos a ver qué ha sido lo más buscado en Google en 2014 sobre comida, simplemente como curiosidad, quizá seáis partícipes de las tendencias de 2014.

En primer lugar destacan que entre los alimentos más buscados, si el año pasado fueron la quinua y la col rizada, este año han sido desbancadas por las semillas de chía y las bayas de Goji. Esto va ligado a la creencia que tienen muchas personas sobre lossuper alimentos. De todas formas, aunque hayan aumentado las búsquedas sobre alimentos saludables, los favoritos son los mismos, destaca la pizza y afortunadamente supera a las búsquedas de la Copa Mundial.
No nos extraña que respondiendo a la pregunta ¿Quién come qué y dónde?, Google explique que los japoneses buscaron más sobre comida francesa que los franceses, lo mismo sucede con los australianos y la comida argentina, y los británicos con la comida de la India. Internet es un medio que nos permite conocer la gastronomía de todo el mundo sin salir de casa, la mayoría de los que estamos abiertos a nuevos sabores y culturas culinarias hemos cocinado comida india, china, japonesa, francesa, marroquí… pero ¿cuál es la más buscada? La primera posición es para la cocina china, le sigue la cocina india y después la francesa.

Lo que todos nos podemos preguntar es cuál ha sido la receta más buscada en todo el mundo durante el año 2014, pues la respuesta es sencilla (y para nosotros sorprendente), son los pancakes. Y parece ser que en la posición número 17 de recetas buscadas se encuentra el cronut, fue un boom, ya lo sabéis. De todos modos hay que decir que este año se ha reducido la búsqueda de ‘recetas’ y ha aumentado considerablemente la de ‘restaurantes’. ¿Se cocina menos y se sale más a comer fuera?

Ligadas a la alimentación están las dietas, siendo las principales búsquedas de los internautas ‘cuántas calorías debo tomar al día’ y ‘cómo perder peso’, a lo que hay que sumar las consultas sobre las dietas de moda, encabezando la lista la Dieta paleolítica. Aunque en España, las diez dietas más buscadas son las siguientes: Alcalina, Perricone, 5.2, La báscula, Del ayuno, Osmin, Sin leche, Coherente, Okinawa y De los 13 días. Si la mayoría de ellas ni os suenan, mejor, para perder peso hay que visitar al especialista para buscar asesoramiento, y si son pocos kilos bastará con cambiar algunos hábitos.

Otras curiosidades que hemos podido conocer al descubrir lo que el mundo ha buscado en 2014 es que las cinco forma favoritas de tomar huevos son rellenos, a la escocesa, revueltos, en vinagre y cocidos. Pero no hay duda de que si nos preguntaran personalmente, la respuesta no sería ninguna de estas, los huevos fritos se llevarían la palma, ¿verdad? Lo que sucede es que todavía hay países que no saben cómo son unos huevos fritos a la española.

Si queréis conocer más detalles sobre lo más buscado en internet sobre alimentación y gastronomía, podéis acceder a este enlace de El año en búsquedas en Google en 2014.

Fuente: Gastronomía & CIA

¿En qué quedamos: es bueno o malo?

¿Qué le ocurrió al pescado azul cuando pasó de ser un demonio nutricional a un alimento saludable? ¿Por qué los huevos antes subían el colesterol y ahora no tanto? ¿Qué falla cuando se descubre que un medicamento ampliamente usado es más dañino que beneficioso? ¿Todo está sujeto a revisión? ¿Es que no nos podemos fiar de nada? Empezando por la última pregunta: sí, en general, nos podemos fiar de los consensos científicos que determinan las propiedades de un producto (no tanto de las marcas que los comercializan). Los estudios son cada vez más precisos, las muestras poblacionales mayores, los errores que se han cometido en el pasado tienden a paliarse y cada vez conocemos mejor cómo funciona el cuerpo humano. Siguiendo por la penúltima cuestión, la respuesta también es sí: todo está sujeto a revisión. ¿Es esto una contradicción? El filósofo Mario Bunge explica que, a diferencia de otras disciplinas, las ciencias investigan, y por lo tanto, descubren hechos y producen ideas nuevas que a veces contradicen el saber anterior. “El Papa será infalible, pero los científicos no. Sin embargo, los errores científicos terminan por descubrirse porque, a diferencia de la religión y de la pseudociencia, hay libre discusión y, en cuanto aparecen motivos para dudar de una idea o un procedimiento, se examina o se reexamina”, argumenta.

La confusión entre correlación y causalidad es uno de los principales motivos para el asentamiento de conocimientos erróneos. Un ejemplo clásico para entender ambos conceptos es esta afirmación verdadera que lleva a equívocos: los niños con los pies más grandes razonan mejor que aquellos que los tienen pequeños. ¿Quiere decir que el mayor tamaño de esta extremidad mejore las habilidades cognitivas? No, simplemente los chavales con los pies más grandes tienen más edad. Resulta sencillo entender que esta correlación no guarda causalidad, pero en otras ocasiones la intuición nos lleva a juicios erróneos. Incluso los científicos expertos en salud han caído en la trampa y a lo largo de la historia han sostenido afirmaciones que resultaron ser falsas. El ejemplo del huevo es uno de ellos. Se parte de una hipótesis biológicamente plausible: el huevo contiene colesterol, por lo que resulta verosímil que su ingesta contribuya a aumentar los niveles de esta grasa en la sangre. Cuando en los años setenta se realizaron estudios epidemiológicos (que muestran pautas de salud de grandes grupos de población) buscando la correlación entre consumo de alimentos con colesterol y sus niveles en humanos, se halló que efectivamente existía. Así, la comunidad médica y científica encontró razonable pensar que el huevo elevaba el colesterol y llegó a la conclusión de recomendar no más de tres por semana. Hoy cualquier doctor o dietista bien documentado le dirá, en general, que puede ingerir tranquilamente uno al día.

El gran dilema del vino

El nutricionista Juan Revenga explica que muchas de las recomendaciones que se hacen parten de este tipo de análisis: “Se estudiaban dos variables y un resultado, y se formulaban recomendaciones en función de estos. No se tenía en cuenta que también hay una infinidad de parámetros que no contemplamos; puede que no los hayamos pensado y también influyan o que, según quién haya hecho el estudio, no los haya querido ver”.

Revenga pone un ejemplo que mezcla varios ingredientes que dan como resultado conclusiones erróneas: el caso del alcohol. Está relativamente asentado que una copa de vino al día es saludable. Existen estudios que muestran que quienes la ingieren tienen, de promedio, menos problemas cardíacos que quienes no lo hacen. Y la industria ha procurado, por varias vías, que todo el mundo se entere de estos resultados. “Pero, para empezar, el daño que produce el alcohol es muy superior a los beneficios que puede traer, es un producto tóxico altamente deletéreo. Es cierto que tiene ciertas sustancias que biológicamente pueden ser beneficiosas, pero las cantidades que habría que ingerir hacen que sea contraproducente. Además, son tantos los riesgos de su consumo que no conviene aconsejarlo”, explica Revenga. Esto es así hasta el punto de que la UE ha prohibido que el etiquetado de bebidas con más de 1,2% de alcohol en su composición contengan recomendaciones saludables. “Nuevos estudios parecen mostrar que la correlación entre el consumo moderado de alcohol y la longevidad tienen más que ver con la calidad de vida de quienes lo consumen”, añade. Es decir, no es el vino lo que causa vivir más, sino que se da la circunstancia de que, quienes beben cantidades moderadas de vino, suelen tener buena calidad de vida, gozan de una sanidad avanzada y de trabajos físicamente seguros.

En el caso del alcohol, como en el de muchos otros, interviene lo que en inglés se denomina cherry picking (cuya traducción literal sería algo así como ‘recolección de cerezas’).

(SEGUIR LEYENDO)

Fuente: El País

Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2014

La FAO ha publicado el informe Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo 2014, en él se ofrecen estimaciones sobre la subalimentación y el progreso realizado en la lucha contra el hambre como Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) y la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (CMA). En este informe se realiza un análisis de la situación actual en lo que respecta a los datos sobre malnutrición y reducción del hambre en el mundo. De sus conclusiones se desprende que se ha avanzado, pero queda todavía mucho por hacer y que los países realicen esfuerzos adicionales para acabar con el hambre.

Los mapas que podéis ver a continuación han sido elaborados por la División de Estadística de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), el primero muestra la meta relativa al hambre del Primer Objetivo de Desarrollo del Milenio, en él se muestra cual es la situación actual de la lucha contra el hambre, qué países han logrado progresar, los que no han realizado suficientes esfuerzos para reducir el hambre, o en los que no se ha realizado ningún progreso. Como podemos comprobar, se trata de una evaluación selectiva en la que no aparecen las regiones desarrolladas, como es el caso de Europa, Canadá, Estados Unidos, etc.

En el periodo de 2012 a 2014 una de cada nueve personas en el mundo (unos 805 millos) sufría subalimentación crónica, no tenía suficiente comida para poder tener una vida sana y activa. Esta es una cifra elevada, sin embargo, en la comparativa con la última década se ha reducido en unos 100 millones de personas y comparando los datos con el periodo 1990-1992, la reducción ha sido de 209 millones de personas.

La mayoría de las personas que pasan hambre viven en países en vías de desarrollo, un buen dato es saber que la proporción de personas que viven con comida insuficiente se ha reducido en estos países (en su mayoría) en un 42% desde el año 1990 hasta el presente año. A pesar de estos notables progresos, el 13’6% de la población de estos países, es decir, una de cada ocho personas, sigue padeciendo hambre. Si comparamos esta cifra con la del periodo comprendido entre los años 1990-1992, se ha reducido en un 10’9%.

73 países en vías de desarrollo han logrado alcanzar la meta relativa al hambre del primer Objetivo de Desarrollo del Milenio, 25 países lograrán el año que viene reducir a la mitad el número de personas que pasan hambre, uno de los objetivos más rigurosos de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación realizada en 1996. Según la FAO, es posible reducir a la mitad el número de personas que pasan hambre en términos globales, a mediados del próximo año, pero esto sólo será posible si se realizan suficientes progresos.

Con respecto a las regiones, la FAO apunta que existen grandes diferencias entre ellas, mientras que en América Latina y Asia Sudoriental se ha logrado un mayor éxito en la lucha contra el hambre, en zonas como Asia Occidental se ha experimentado un notable retroceso, en zonas como el África subsahariana vive la cuarta parte de las personas que pasan hambre en el mundo. En el mapa en color verde podéis ver los países que han logrado alcanzar la meta, que la alcanzarán el próximo año o que la prevalencia del hambre no superará el 5%, en amarillo aparecen los países que han realizado progresos insuficientes para alcanzar la principal meta del ODM si las actuales tendencias se mantienen, en rojo se muestran aquellos países que no han realizado ningún progreso, o que en su defecto, viven una situación peor. Los países no coloreados no han sido evaluados o no se dispone de información suficiente.

El segundo mapa corresponde a la prevalencia de la subalimentación en la población expresada en porcentajes, en color blanco aparecen las zonas con una muy baja prevalencia, inferior al 5%, en color rosa claro aparecen los países donde la prevalencia se considera moderadamente baja, entre el 5% y el 14’9%. En color rosa fuerte aparecen los países con una prevalencia considerada moderadamente alta en un rango de entre un 15% y un 24’9%. En color rojizo aparecen los países que se considera que tienen una alta prevalencia de la subalimentación, la población afectada oscila entre un 25% y un 34’9%. En color rojo fuerte aparecen los países que superan el 35%. En color gris aparecen aquellos países de los que no se tienen datos o son insuficientes.

La FAO destaca que a pesar de los progresos realizados, la inseguridad alimentaria sigue siendo un gran desafío, hay que recordar que otros factores pueden dar al traste con los avances realizados, como por ejemplo el cambio climático, la especulación alimentaria o los cambios políticos que se puedan producir en algunos países. A través de este enlace (Pdf) podréis acceder al informe sobre el Estado de la Inseguridad Alimentaria en el Mundo.

Fuente: Gastronomía & CIA

¿Cómo será el consumidor en España en 2033?

En el marco del proyecto España 2033, el estudio Cliente@2.033 -elaborado por PwC con la colaboración del ICEMD, Instituto de Economía Digital de ESIC- analiza cómo deben prepararse las empresas para el cliente del futuro. No se trata de predecir el futuro, sino de dilucidar escenarios posibles.

Así, el informe asegura que los cambios sociodemográficos están dibujando un consumidor muy distinto al de la actualidad. Además, las nuevas tecnologías y las tendencias globales cuestionan la viabilidad de los modelos de negocio tradicionales. En este contexto, el cliente, en las próximos 20 años, exigirá mucha más atención.

En relación con los cambios sociodemográficos, el informe señala que la pérdida de peso por parte de Occidente o el desarrollo de un modelo productivo basado en la innovación, con una estructura social en la que el individuo será cada vez más autónomo que nunca son algunos de los cambios más destacados en este ámbito.

Por lo que se refiere a las tecnologías emergentes y aplicaciones de negocio -weareables technologies, big data, cloud computing, impresión 3D, realidad aumentada y robótica- tienen, por su carácter innovador, la capacidad de modificar los patrones de consumo y el propio escenario social y empresarial actual.

Por último, el informe analiza los cambios cognitivos y conductuales de los jóvenes, que por su estrecho vínculo con la tecnología, sus hábitos de consumo se verán condicionados. Solo las organizaciones que sepan modificar sus procesos de gestión de clientes podrán mantener sus posiciones de liderazgo.

En este nuevo escenario, el cliente será más exigente, con mayor capacidad y necesidad de influir. Si las organizaciones quieren ser competitivas en este nuevo mundo, deberán mover ficha para afrontar algunos nuevos retos y oportunidades.

Algunos de ellos tienen que ver con gestionar la proximidad sin invasión de los espacios vitales; conocer preguntando lo menos posible; el desplazamiento de la oficina a la calle y la calle, a los foros digitales; la necesidad de asumir una mayor inversión tecnológica, etc.

Fuente: Financial Foods

Estudios científicos desvinculan el consumo de bebidas azucaradas y la obesidad

Un nuevo estudio ha analizado la evidencia científica sobre la asociación entre el consumo de bebidas azucaradas y el riesgo de obesidad, teniendo en cuenta por primera vez el balance energético, llegando a la conclusión de que no es posible extraer resultados científicos de los estudios de intervención que anteriormente habían evaluado la relación entre el consumo de bebidas azucaradas y obesidad al ajustarse al consumo de energía y a la actividad física realizada por resultar inconsistentes para cada uno de los tres grupos de edad evaluados (niños, adolescentes y adultos).

El estudio ‘Systematic review of the evidence for an association between sugar-sweetened beverage consumption and risk of obesity’, publicado por la revista científica Nutrition Reviews se ha llevado a cabo a partir de una revisión sistemática de trabajos científicos anteriores, y según sus conclusiones la evidencia de una asociación entre el consumo de bebidas azucaradas y el riesgo de obesidad es inconsistente cuando se realiza el ajuste correspondiente al balance energético entre las calorías ingeridas y las gastadas por el organismo.

Según el Profesor Lluìs Serra-Majem, Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Presidente de la Fundación para la Investigación Nutricional, y Presidente de la Academia Española de Nutrición, ‘la obesidad tiene una casuística compleja y multifactorial, por lo que reducir la ingesta de azúcares, por sí solo no reducirá la incidencia de obesidad, si no se acompaña de programas adecuados para ajustar el consumo y, particularmente, el gasto de energía‘.

Anteriormente otro análisis científico publicado en ‘Obesity Reviews’, revista científica de la Asociación Internacional para el Estudio de la Obesidad, concluyó que la reducción del consumo de bebidas azucaradas no estaba asociada de forma directa con una disminución de la obesidad ni de los niveles del Índice de Masa Corporal (IMC).

En este trabajo de investigación se revisaron diversos estudios sobre los efectos del consumo de bebidas azucaradas en el peso, y el IMC mostró que muchas de las evidencias científicas eran sesgadas y ambiguas, ya que los datos estadísticos analizados no fueron concluyentes.

En concreto, los investigadores observaron que cuando se incorporaban bebidas azucaradas a la dieta y se aumentaba la ingesta excesiva de calorías, el peso corporal se incrementaba. Sin embargo, en los ensayos controlados aleatorios en los que se suprimió de la dieta las bebidas azucaradas, no se encontraron reducciones de peso significativas.

Igualmente, en el estudio científico ‘La paradoja australiana: descenso notable de la ingesta de azúcares en el mismo periodo en que aumentan el sobrepeso y la obesidad’, sus autores concluyeron que los esfuerzos para reducir la ingesta de azúcar pueden disminuir su consumo, pero no necesariamente la prevalencia de obesidad.

Según los resultados de un estudio transversal, ‘Sugar-sweetened beverage intake and overweight in children from a mediterranean country’ realizado por investigadores de Portugaly Reino Unido y publicado en la revista ‘Public Health Nutrition’,  no hay evidencias entre la ingesta de bebidas azucaradas y el sobrepeso en niños del área mediterránea. Según sus autores, sus hallazgos ‘sugieren que reducir o eliminar el consumo de bebidas azucaradas no tendría un gran efecto sobre la distribución del IMC de los niños’.

Fuente: PR Salud

¿Cuál es el coste del etiquetado de los alimentos transgénicos?

La industria alimentaria ha argumentado en muchas ocasiones que etiquetar los alimentos modificados genéticamente supondría un incremento del coste de los alimentos, un argumento utilizado para asustar al bolsillo de los consumidores. En Estados Unidos las campañas en contra de este tipo de etiquetado se han basado sobre todo en la advertencia de la subida de precios de los productos alimentarios, pero también se ha respaldado la idea de que un alimento transgénico no se diferencia en nada de un alimento tradicional, se ha hablado de los diferentes estudios que supuestamente lo prueban y la falta de estudios que puedan demostrar que los alimentos modificados genéticamente puedan o no afectar a la salud de animales o seres humanos.

El año pasado conocíamos un estudio independiente desarrollado por un experto en marketing alimentario en el que se concluía queel etiquetado transgénico no supondría un incremento de precio, el estudio intentaba poner al descubierto que el principal argumento de los opositores no tenía sentido ni razón de ser, asegurando que el cambio de etiquetado de los productos tendría un impacto insignificante en el precio. Pues bien, hoy conocemos un nuevo estudio encargado por la Unión de Consumidores de Estados Unidos (Consumers Union) a Consumer Reports, para conocer cuál es el coste del etiquetado de los alimentos transgénicos.

Según los resultados de este estudio, el coste para el etiquetado transgénico ascendería a unos 2’30 dólares (unos 1’8 euros) por año, lo que supone una inversión de un centavo por día. No tiene sentido argumentar que el cambio de etiquetado supondría un incremento significativo de los precios, y menos sabiendo que las empresas alimentarias continuamente cambian el etiquetado de sus productos. Hablando de la identificación de los productos transgénicos, incluso se dice que es probable que algunos productores ni siquiera se molestarían en aplicar ese incremento tan poco significativo.

Este estudio se presenta como respuesta a las alegaciones que se están realizando en el Estado de Oregón, actualmente inmerso en una campaña de la denominada Medida 92 que se votará el próximo mes de noviembre, si sale adelante se aprobaría el etiquetado transgénico. Recordemos que en Estados Unidos no se exige este tipo de etiquetado y aunque en Estados como Vermont, Maine y Connecticut han aprobado leyes sobre la identificación de este tipo de alimentos, no han entrado en vigor. Los opositores están haciendo campaña y además de los argumentos antes citados, aseguran que este tipo de identificación no hará más que confundir a los consumidores haciéndoles creer que no son alimentos seguros. Como en anteriores campañas, la oposición está financiada por las grandes empresas biotecnológicas y alimentarias que luchan para impedir el etiquetado.

En la Medida 92 se exigirá a las empresas alimentarias que etiqueten los alimentos crudos o envasados que se han producido en su totalidad o parcialmente a partir de la ingeniería genética, para conocer más detalles sobre esta iniciativa os recomendamos acceder a la página oficial.

Según el estudio, es necesaria la identificación de estos alimentos por varias razones, el coste como se indica es insignificante, por lo que no se puede utilizar como excusa. Este tipo de alimentos se produce actualmente con más productos fitosanitarios que antaño a causa de la resistencia generada por los insectos, también se denuncia la incapacidad del gobierno para exigir evaluaciones de seguridad en seres humanos antes de que este tipo de alimentos lleguen al mercado. Por todo ello merece la pena instaurar el etiquetado y permitir que los consumidores decidan si quieren o no consumir alimentos modificados genéticamente, no negándoles su derecho a la información.

Ya son varios los informes que se han publicado sobre el posible sobrecoste por el etiquetado transgénico y en la mayoría de casos se concluye que resulta insignificante, por lo que se pide que los opositores dejen de utilizar un argumento que no tiene sentido y que lo único que pretende es asustar a los consumidores. Por otro lado, otros estudios consideran los posibles impactos en el mercado y el cambio de comportamiento de los consumidores, así como otros temas que no están directamente relacionados con el coste del precio de los alimentos, argumentos que se utilizan cuando pierde fuerza el relacionado con el sobrecoste de estos productos al ser identificados.

Consumers Union explica que nos se trata de que se sustituyan las materias primas transgénicas por materias primas ecológicas como se ha supuesto en otros estudios, únicamente se pretende que los consumidores puedan acceder a la información y realicen la elección de la compra en base a su opinión, tener libertad de elección. Se cita una comparativa interesante, la FDA (Agencia de Medicamentos y Alimentación de Estados Unidos) realizó un estudio para responder a una pregunta relacionada con el coste del etiquetado funcional, en este estudio no se tuvo en cuenta la reformulación de los alimentos u otras cuestiones relacionadas con la normativa alimentaria. Se constató que el coste del cambio en el etiquetado sería insignificante.

Son muchos los consumidores que quieren que los alimentos transgénicos sean identificados, pero la industria alimentaria realiza una fuerte oposición, si tan seguros son, ¿por qué oponerse y no permitir la transparencia? ¿Por qué no dejar que las personas puedan elegir bajo sus principios y convicciones? Ya veremos si la Medida 92 sale adelante en Oregón o termina siendo un fracaso como ha ocurrido en muchos Estados. Como apunte final merece la pena destacar que una derrota puede ser en realidad una victoria, recordemos que según Organic Monitor, una empresa especializada en la investigación del mercado de productos sostenibles, la lucha por el etiquetado transgénico impulsa el mercado de alimentos ecológicos.

Fuente: Gastronomía y Cía

Presentaron un estudio internacional sobre seguridad alimentaria

Se presentó un estudio que pone en evidencia el papel clave que jugarán la labranza cero, la protección de los cultivos y el mejoramiento vegetal, entre otras tecnologías, en la sustentabilidad de la agricultura y la seguridad alimentaria.

Bajo el lema “Más y mejores alimentos: ¿podremos lograrlo sin tecnologías?” y con la presencia del especialista Nicola Cenacchi, ASA, CASAFE y ArgenBio presentaron los resultados del estudio “Seguridad alimentaria en un mundo con una creciente escasez de recursos naturales: el rol de las tecnologías agrícolas”, publicado recientemente por el  Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI). Ante los desafíos que plantean el cambio climático y la creciente escasez de recursos, el principal hallazgo del estudio fue haber identificado qué tecnologías se necesitarán en cada región para mejorar los rendimientos en los cultivos de trigo, maíz y arroz, para 2050, y bajo escenarios de cambio climático. Más allá de la productividad, el estudio consideró también el impacto de las tecnologías en la producción y el precio de los commodities, así como otras variables relacionadas con la seguridad alimentaria.

En la ponencia, Cenacchi sostuvo que el mundo, y en especial la agricultura,  enfrenta serios desafíos para satisfacer las necesidades básicas de una población que crece y demanda más y mejores alimentos. Se calcula, por ejemplo, que para el 2050 será necesario duplicar la producción de cereales, pero sin usar más recursos que los que usamos actualmente. A estas dificultades se sumará el cambio climático, con nuevos escenarios a los que la agricultura deberá adaptarse.

“Las tecnologías son de vital importancia para que podamos responder a estos desafíos. Dependiendo del lugar, del cultivo y del escenario climático, algunas serán más importantes que otras, pero sin duda las necesitaremos. En el escenario de cambio climático de mayores temperaturas y más precipitaciones, serán fundamentales las tecnologías relacionadas con la conservación del suelo (como la siembra directa y la fertilización), el mejoramiento de las semillas (para la tolerancia al calor y para un mejor uso del nitrógeno) y los productos fitosanitarios”, explicó Cenacchi. “A pesar del papel crucial que jugarán las tecnologías, sabemos que también se necesitarán políticas para lograr la seguridad alimentaria, y probablemente deberá haber un cambio cultural en el consumo para evitar alimentos que hagan un uso intensivo de los recursos”, agregó. Destacó también: “Como investigadores creemos que el desafío es satisfacer las demandas, y para eso debemos considerar todas las soluciones posibles”. Con respecto al uso de las tecnologías, señaló también que para eso “hay leyes y normas que deben garantizar su manejo responsable”.

Como mensaje final, Cenacchi concluyó: “encontramos un impacto positivo  muy fuerte para un buen número de las tecnologías analizadas. Pero lograr que todos los agricultores las adopten no es fácil. Sin embargo, debemos actuar y hacerlo ya, porque el costo de no hacerlo podría ser dramático para la seguridad alimentaria y el futuro de nuestro planeta”.

Fuente: On24