El electrodoméstico que imprime comida en 3-D

Cuando parecía que el mercado de los electrodomésticos estaba saturado por elementos cada vez más parecidos entre sí, la tecnología vuelve a sorprender a los amantes de la cocina con un nuevo invento.

Foodini es la primera impresora 3D que imprime todo tipo de alimentos frescos y nutritivos, desde salados a dulces. Utiliza ingredientes frescos, contribuyendo, de este modo, a fomentar un estilo de alimentación saludable.

Este electrodoméstico imprime desde masa para hacer galletas hasta hamburguesas y masa de pizzas.

En qué consiste Foodini
Creado por la empresa española con sede en Barcelona, Natural Machines, Foodini tiene como objetivo ahorrar tiempo en la cocina, ocupándose de la parte más difícil y pesada de las elaboraciones: preparar alimentos a mano.

“Uno de nuestros objetivos es simplificar algunas de las actividades más rutinarias de cocinar” confiesan desde Foodini. Algunas de ellas son, por ejemplo, formar la masa en una docena de palitos de pan, la elaboración y relleno de los raviolis individuales.

De esta forma, sostienen, se anima a más gente a comer alimentos saludables, hechos en casa, en lugar de optar en el supermercado por comidas pre congeladas o ya elaboradas que ahorran tiempo a los consumidores.

Según explican desde la compañía, su funcionamiento es sencillo a pesar de la complejidad de la tecnología que aplica: utiliza un modelo de cápsulas abiertas, lo que significa que el consumidor prepara y coloca los ingredientes frescos en Foodini.

Recalcan un dato importante: “el hecho de que esté impreso no reduce la calidad del plato en absoluto”.

Saldrá al mercado en 2016
Aunque todo apunta a que el primer modelo salga al mercado en 2016, los expertos e ingenieros informáticos de Foodini aún trabajan en el desarrollo de dos prototipos a parte del que ya tienen completo y que probablemente vea la luz en las fechas previstas.

Este electrodoméstico admite cualquier alimento que no sea sólido: masa de pan o de puré de verduras y sus elaboraciones deberán ser cocinadas con posterioridad en horno, microondas o sartén.

Negociaciones con restaurantes y negocios de hostelería
Las posibilidades de esta herramienta en la cocina son infinitas, sobre todo si se trata del mercado profesional. Restaurantes de todo el mundo trabajan a diario en mejorar su eficacia y, para ello, precisan de los últimos avances en la cocina.

Foodini abre un nuevo universo a los profesionales del sector encontrándose con una vía de negocio amplísima.

En esta línea, Natural Machines ya ha entablado relaciones con varias compañías para explotar las posibilidades que ofrece.

Impresión 3D para crear alimentos atractivos y fáciles de comer

En Europa, la población está envejeciendo. En 2010, alrededor del 17% de la población tenía 65 años o más. Este número se prevé que haya aumentado hasta el 30% de la población en 2060. Hay nuevos servicios disponibles para satisfacer sus necesidades: desde tecnologías permiten a las personas mayores vivir de forma independiente de los medicamentos, o incluso dietas adaptadas para este grupo de edad.

Como parte del proyecto Performance, financiado por la UE, que debe estar terminado en 2015, un consorcio de investigación está desarrollando un proceso industrial para la producción de alimentos personalizados para personas delicadas de salud, y mejorar su calidad de vida, informa Tendencias 21.

El problema es que las personas mayores son susceptibles a la desnutrición. Esto es especialmente cierto para los que tienen problemas para masticar o tragar. En los hogares de ancianos, cerca de una quinta parte de los residentes necesitan una dieta especial, señala Matthias Kück, coordinador del proyecto y director ejecutivo de una empresa de alimentos llamada Biozoon, a youris.com.

«Estas personas a menudo reciben comida poco atractiva, tipo gachas, los siete días de la semana», lamenta Kück. Sin embargo, «las comidas son socialmente importantes para las personas de edad avanzada», añade. Por tanto, los socios del proyecto quieren preparar alimentos «de tal modo que puedan comer de forma segura e incluso disfrutar de sus comidas». El consorcio también trabaja en otros aspectos de la cadena de suministro de alimentos como el embalaje y el reparto.

Varias residencias de ancianos de Alemania ya aplican el llamado concepto de comida suave. «Los grandes productores de alimentos industriales utilizan principalmente huevo o almidón para solidificar su comida. Pero toda tiene el mismo sabor», señala Kück.

Solidificación

Para mantener la comida sabrosa y atractiva a la vista, los investigadores aplican un agente de solidificación de origen vegetal estable al calor. El chef puede remodelar este alimento suavizado con la ayuda de moldes de silicona. Sin embargo, «este enfoque no es adecuado para grandes comedores o servicios de catering», apunta Kück. «Por lo tanto, aplicamos la tecnología de impresión 3D para industrializar el proceso de fabricación», explica Sandra Forstner, gerente de proyectos de Biozoon.

La impresión 3D ofrece varias ventajas, según Forstner. La impresión de los alimentos capa a capa permite la creación de diversas formas. Por otra parte, los fabricantes pueden enriquecer las comidas con proteínas, vitaminas o determinados minerales. «Por lo tanto, podemos personalizar la comida, por ejemplo en términos de contenido calórico o tamaño de las porciones para evitar la desnutrición», explica Forstner.

Actualmente, los investigadores del proyecto están tratando de encontrar la manera de hacer imprimibles diferentes tipos de alimentos, como la carne o las verduras. Un prototipo de la impresora de alimentos deberá estar disponible al final del proyecto. También habrá estudios en dos hogares de ancianos para probar si las personas mayores encuentran aceptable la comida.

Dieta especializada

Un experto está de acuerdo en que el creciente número de ancianos vulnerables requiere una dieta especializada. «El tema de la nutrición es crucial y la malnutrición es un gran problema», asegura Giovanni Lamura, investigador senior en el Instituto Nacional de Salud y Ciencia de Envejecimiento de Ancona (Italia).

Lamura considera el enfoque del proyecto útil en lo que se refiere a productos alimenticios especiales para residencias o servicios de atención domiciliaria. También considera la impresión en 3D como un adelanto si «puede ayudar a reducir los costos», explica a youris.com.

Herman Peppelenbos, de la Universidad de Wageningen (Países Bajos), está de acuerdo. El enfoque del proyecto es «muy interesante», comenta. «En particular, si es capaz de hacer que la comida sea sabrosa y nutritiva. En teoría, el uso de la impresión en 3D puede aportar más variación en la textura».

En su opinión, esta es una gran ventaja en comparación tanto con cortar los alimentos en pequeños trozos como con usar una licuadora. Sin embargo, Peppelenbos enfatiza que es importante tener en cuenta las cuestiones de seguridad alimentaria en toda la cadena de suministro.

Que la gente de edad avanzada acepte o no el nuevo alimento es otro tema fundamental. Así, «los estudios de aceptación deben planificarse cuidadosamente,« señala Dorothee Volkert, profesora de nutrición clínica para personas mayores en la Universidad Friedrich-Alexander de Erlangen-Nuremberg (Alemania). En su opinión, el reto no es sólo hacer la comida sabrosa y atractiva.

«El desarrollo de productos también tiene que guiarse por las preferencias de las personas mayores para las comidas más tradicionales», recuerda. Sin embargo, concluye, para la mayoría de la gente, para ser feliz lo más importante es «poder volver a comer».

Fuente: La Razón

Paco Morales: «La impresión 3D puede hacer más atractiva la comida de los hospitales»

Las conferencias sobre tecnologías emergentes del EmTech, que se celebran este miércoles y jueves en Valencia, cuentan con el cocinero Paco Morales, conocido como ‘el chef tecnológico’ por su implicación en la investigación de la impresión 3D aplicada a la alimentación y a la alta cocina. Desde el año pasado, Paco Morales, que tiene una estrella Michelin, dirige su propio restaurante en Córdoba, el Noor.
El ‘chef tecnológico’. ¿No hay más cocineros en España que se animen a explorar la impresión 3D?
No me consta. El ser humano es muy escéptico con lo que no conoce. Seguro que habrá quien esté experimentando, pero hasta que no se desarrollen más sus aplicaciones en gastronomía, la gente no se animará a hacer cosas. A día de hoy no deja de ser un prototipo en alimentación.

Usted ha trabajado en el equipo de Ferran Adrià. ¿Él no está investigando esta tecnología?
Ferran está interesado, pero tiene muchas cosas. Ahora mismo está más centrado en la divulgación de lo que es y ha sido El Bulli, que ha movido los cimientos de la cocina mundial.

¿Cuál es la virtud estrella de la impresión 3D de alimentos?
Que permite crear formas diferentes que de manera manual no se pueden hacer, lo que llamamos artesanía digital. En el espacio creativo de Noor sabemos que la máquina o cualquier tecnología nunca está por encima del gusto. Somos muy reacios a, por ejemplo, triturar pescado o carne. Nos seduce porque podemos hacer un patrón muy perfecto y a partir de ahí seguimos guisando, salteando, horneando, gratinando… Creo que el futuro pasa por la tecnología en la cocina, pero no podemos perder el nivel artístico.

Explíqueme qué usos reales y útiles puede tener una impresora 3D en la alimentación.
Hay sitios donde tendría usos muy interesantes. En un avión, por ejemplo, que es donde peor se come, estaría muy bien tener una máquina así que pueda hacer una buena sopa con noodles hechos al momento. La impresora 3D también puede tener un uso social muy interesante. Por ejemplo, puede hacer más atractiva la comida de los hospitales, en especial para enfermos terminales y pacientes que no pueden variar mucho su dieta, porque daría la posibilidad de presentar la comida de otra forma, de romper la monotonía y hacerla visualmente más atractiva.

Su restaurante ‘Noor’ será uno de los primeros en introducir la impresión 3D.
Sí, pero de una manera natural, sin forzar. Por ejemplo, en un postre que tenemos muy definido y que no podemos adelantar. Ahora trabajamos con atauriques andalusí, con formas muy complejas. La impresora 3D nos ayuda porque tiene mucha precisión para hacer este patrón con el que luego podemos jugar y hacer un plato diferente. La idea es que la impresora sea una parte más, como una thermomix, un microondas, un horno…

¿Con qué tipo de alimentos utiliza más esta tecnología?
Estamos con purés de frutas, verduras (calabacín, judía, brócoli…), lácteos, chocolates… Metemos el puré y la máquina traduce una forma que hemos diseñado previamente y la dibuja.

¿Qué limitaciones tiene todavía?
Muchas. No cocina, así que de momento te limita a productos triturados. No puedo hacer un menú, a día de hoy, todo con la máquina. Es un detalle más dentro de un menú de catorce platos. Pero soy optimista porque lo interesante es ver hacia dónde va.

La impresión 3D en la alimentación, ¿crea escepticismo entre los clientes por la seguridad sanitaria?
Sí, claro. Hay que legislarlo. Por eso nosotros lo introduciremos como un detalle, algo que tengamos controlado. De momento no nos han dicho nada por tenerlo en el restaurante.

En un momento en el que parece que vuelve a atraer lo ecológico, lo tradicional, lo casero… ¿Encaja una máquina así?
Debería encajar. No puede ser que cuando las cosas ya funcionan seamos los más cools, los más modernos y hipsters, pero no queramos apostar por ello al principio. Los negocios orgánicos que abren ahora imagino que también tienen licuadoras cuando podrían usar el mortero, como con el alioli. Por otro lado, hay titulares que han vendido la impresora 3D como «la máquina que cocina», lo que puede generar un cierto rechazo y además no es cierto.

¿Cree que entrará pronto en los hogares?
Dependerá de si las marcas apuestan realmente o no por esta tecnología. Creo que lo harán, porque tiene muchas posibilidades. Imagina unos noodles que se hagan en casa al instante dando a un botón. Cuando llegó el microondas se veía como algo marciano. Ante lo desconocido, al principio siempre optamos por el rechazo. Al final tendrán un espacio como el microondas o el horno, cuando cualquiera pueda hacer platos dignos con una impresora y unos cartuchos de ingredientes. Lo veo en las casas en cinco o diez años y entonces nos parecerá lo más normal del mundo.

Da la sensación de que en la calle todavía no es muy conocida.
¡Mejor, mejor! [ríe] Porque todavía no está bien acabada. En alimentación todavía son prototipos.

¿Por qué es importante la innovación en la gastronomía?
Ferran Adrià dedica un 20% de sus presupuestos a investigar y Andoni Mugaritz un 30%. La clave es aprender del ensayo-error, como ha hecho el ser humano siempre. La cocina de vanguardia ha triunfado tanto en los últimos años fuera de España porque el coste de un ensayo-error es muy bajo en comparación con otros campos, lo que nos da agilidad y nos permite experimentar.

¿Y podremos hacer algún día una tortilla de patatas con una impresora 3D?
Ya veremos. Si se pone una plancha abajo a una temperatura determinada y un sistema que le de la vuelta, será posible. Dependerá del interés que tengamos en que una máquina sepa hacer una tortilla. Va a ser posible todo lo que nosotros queramos hacer, aunque ahora mismo todavía suene a ciencia-ficción.

Fuente: La Vanguardia

Una empresa española permitirá imprimir en 3D tu propia comida

Natural Machines, una empresa española con sede en Barcelona, ha llevado el concepto de la impresión 3D al campo de la alimentación, y se encuentra actualmente lanzando Foodini, una impresora 3D para productos comestibles.
La compañía afirma que su intención es ofrecer ayuda para la preparación de alimentos más saludables y, al mismo tiempo, que resulten más sencillos de elaborar. Declara que esta nueva impresora es capaz de imprimir una amplia variedad de alimentos, y con una gran diversidad de sabores también.

El objetivo de esta empresa es facilitar aquellos factores más complicados en la elaboración de los productos, como es el tiempo necesario para prepararlos, así como todas las tareas manuales requeridas, mediante la racionalización de las mismas.

En la página web de Natural Machines se pueden ver ejemplos de alimentos fabricados con la impresora Foodini, tales como espagueti, ensalada e incluso dulces.

Foodini es un dispositivo conectado a Internet con un sistema de pantalla táctil incorporado en la parte frontal, que proporciona la interfaz de usuario para la impresión de los alimentos. Una vez que el usuario ha eligido la receta que desea imprimir, Foodini proporciona las instrucciones para colocar los alimentos en las diferentes cápsulas, y entonces ya se puede comenzar con la impresión. El tiempo máximo de preparación, dependiendo de los productos, no supera los 20 minutos. El usuario debe preparar y colocar los ingredientes en la máquina.

Los alimentos no se cocinan en el Foodini, pero la empresa declara que se pueden preparar los alimentos en crudo, y cocinarlos después de haber pasado por la impresora.

El precio previsto para esta impresora 3D es de alrededor de 1.000 euros y se podrá adquirir a través de internet y en comercios especializados. La compañía espera comenzar la producción a finales de este año, y a una mayor escala a partir de 2015.

Fuente: Cinco Días

La calidad de la uva se podrá medir mediante la reconstrucción de racimos en 3D

Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) han desarrollado un sistema que reconstruye los granos de un racimo de uva con técnicas de visión artificial tridimensional (3D) para medir su calidad automáticamente y de forma no destructiva.

El software, creado por investigadores del Instituto ai2 de la UPV, ayuda a evaluar varios parámetros que definen la calidad de la uva de vinificación durante la etapa de la vendimia, según han informado a EFE fuentes de la institución académica.

El investigador principal del proyecto, Antonio José Sánchez Salmerón, ha explicado que en la actualidad la clasificación de la uva se realiza a partir de la inspección por parte de un panel de expertos, que la puntúa en función de unos parámetros que determinan su calidad.

También se efectúan diferentes muestras en el laboratorio para estimar la cantidad de azúcar, el pH, la acidez total y la calidad fenólica.

Según Sánchez, entre los factores que definen la calidad del vino, destaca la calidad de la uva como materia prima, pero este concepto es difícil de valorar a causa de problemas como la existencia de parámetros subjetivos.

Otros problemas son el corto periodo de tiempo disponible en el campo para realizar los análisis durante la temporada de vendimia, la falta de instrumentos de medida y su coste elevado, así como la mezcla de uva de buena y mala calidad en los camiones de descarga.

La introducción de este sistema de reconstrucción 3D de los granos de uva permite estimar varios parámetros de calidad de un racimo de uva de vino salvando estos problemas.

Uno de estos parámetros es el tamaño medio de los granos, un factor muy importante, «ya que establece el ratio entre la cantidad de piel y la pulpa», ha explicado el investigador.

Según Sánchez, incrementar la objetividad y automatizar las tareas de supervisión de la calidad de la uva puede suponer un gran avance tecnológico respecto al sistema tradicional de evaluación de la uva, basado ahora en los conocimientos de un experto, y supondría «un gran impacto en la industria vinícola».

Este nuevo programa será uno de los proyectos que se presenten el próximo jueves, 6 de noviembre, en el marco de las jornadas»Aplicaciones industriales de la investigación» del Instituto ai2 de la Universitat Politècnica de València.

Durante este encuentro, investigadores del Instituto ai2 mostrarán, a través de diversos talleres, sus últimos desarrollos de innovación dirigidos a las empresas.

En el ámbito de la alimentación, se mostrarán también unas garras para la manipulación de alimentos como frutas, verduras o pasteles, según las mismas fuentes.

De forma paralela, durante las jornadas se celebrarán otras sesiones dirigidas a responsables de los sectores educativos, con un taller sobre aplicaciones de realidad aumentada con fines educativos y psicológicos; sanitario, mediante el taller «La magia de la tecnología al servicio de la rehabilitación».

También las grandes empresas tendrán la oportunidad de asistir a la presentación del software desarrollado por el Instituto ai2 para planificación de horarios, recursos y personal.

Asimismo, se celebrará un taller sobre los diseños para inspección automática de superficies y productos de recubrimiento; y una sesión sobre técnicas de inteligencia computacional para la optimización económica y energética de los procesos productivos.

La I Jornada de aplicaciones industriales de la investigación del Instituto ai2 tendrá lugar en la Ciudad Politècnica de la Innovación de la Universitat Politècnica de València, y está abierta tanto a empresarios como a personas vinculadas a los distintos sectores vinculados a los talleres.

El encuentro cuenta con la financiación de la Conselleria de Educación, Cultura y Deporte de la Generalitat, dentro de la convocatoria de ayudas para la difusión y promoción en Parques Científicos de la Comunidad Valenciana.

Fuente: ABC