Industria alimentaria: mejor en 2015 que en 2014

“2015 va a ser mejor año que 2014 para la industria alimentaria en cuanto a crecimiento del PIB y del empleo”, ha afirmado esta mañana Mauricio García de Quevedo, director general de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), durante la firma de un acuerdo estratégico con Ernst & Young (EY).

“Este acuerdo nace con la voluntad de promocionar la industria alimentaria y el análisis cuantitativo del sector”, ha señalado el presidente de EY, José Luis Perelli, quien también ha recalcado que “vamos a colaborar con FIAB para potenciar las exportaciones e incrementar la productividad de la industria alimentaria”.

Tras destacar que la industria española de alimentación y bebidas ocupa el sexto puesto de la Unión Europea en cuanto a exportaciones y el décimo del mundo, Perelli ha asegurado que “pondremos lo mejor de nosotros mismos para potenciar la industria alimentaria y consolidar su peso internacional”.

La cooperación entre EY y FIAB se articulará en la elaboración de estudios sectoriales que sirvan de apoyo a las empresas del sector en su toma de decisiones, creándose sinergias entre ambas compañías en materia de política alimentaria, competitividad y sostenibilidad, I+D+i, internacionalización y formación.

Sector estratégico
En la firma del convenio también han estado presentes, además de José Luis Perelli y Mauricio García de Quevedo, el presidente de FIAB, Mané Calvo, y el socio responsable del Sector Consumo de EY, José Luis Ruiz Expósito. Para Calvo, este acuerdo “nos reportará grandes beneficios y nos ayudará a generar más valor y eficiencia”.

“Debemos considerar a la industria alimentaria como un referente de la industria de España”, ha enfatizado el presidente de FIAB, destacando que la facturación de la industria alimentaria y de bebidas ascendió en 2014 a 93.238 millones de euros, de los que 24.018 millones procedieron de la exportación, al tiempo que emplea de manera directa a 479.770 personas.

“Tenemos que potenciar un trinomio que es fundamental para la economía española, el formado por hostelería, gastronomía e industria alimentaria”, según Mané Calvo.

Por su parte, García de Quevedo ha destacado que el valor añadido del sector ha crecido un 60% frente a la facturación, que lo hizo un 36%, en los últimos diez años; además, la industria de alimentación y bebidas representa actualmente el 22,5% de la industria manufacturera de España, cuando hace 10 años se encontraba en el 14,8%. Junto a todo esto, el empleo en la industria de alimentación y bebidas ha crecido el 5,7% en los últimos cuatro trimestres, frente al 2,5% del total de la economía.

“Estamos hablando de un sector estratégico para España, ya que es motor de la economía y vertebrador del territorio nacional. España puede estar orgullosa de este sector”, ha señalado el director general de FIAB.

Crear campeones
Finalmente, José Luis Ruiz Expósito ha destacado que este acuerdo estratégico se ha firmado por un año, pero “tiene voluntad de continuación”, congratulándose también porque “trabajaremos junto con este sector, clave para la economía española, en un momento de grandes cambios en el que es más necesario que nunca operar eficientemente en mercados cada vez más competitivos”.

Asimismo, ha señalado que “tenemos recursos muy focalizados para el desarrollo de la industria alimentaria. Por ello, estamos a disposición de todos los asociados de FIAB para transmitirles nuestra experiencia y conocimiento nacional e internacional”. Además, ha recomendado a la industria alimentaria que gane tamaño porque “necesitamos verdaderos campeones”.

La firma del acuerdo se ha celebrado esta mañana en las oficinas de EY en Madrid, contando también con la presencia de Manuel Fernández, director de Desarrollo de Negocio del Sector Consumo de EY así como del equipo directivo de FIAB.

Fuente: Revista Inforetail

Uneatlántico lidera un clúster en innovación alimentaria que quiere aglutinar a todas las empresas cántabras del sector

Hasta ahora, forman parte del proyecto CEOE-Cepyme, Cámara Comercio, el Centro de Investigación y Tecnología Industrial (CITICAN) y Nestlé y Gullón, pero el objetivo es que se sumen todas las industrias del ramo de la región, productoras de conservas, quesos, repostería, vinos o productos lácteos.

Los responsables del ‘grupo matriz’ o ‘tractor’ de este proyecto pionero en la Comunidad Autónoma han firmado este viernes el convenio de colaboración del arranque del clúster, y que constituye «la primera piedra».

La rúbrica, en el campus universitario, ha corrido a cargo del rector de UNEATLANTICO, Rubén Calderón; el presidente de la Cámara de Comercio, Modesto Piñeiro; el líder de la patronal cántabra, Lorenzo Vidal de la Peña; la directora de proyectos del CITICAN, María Luis Sámano; el director de la fábrica de Nestlé en La Penilla, Alberto López; y el director de Organización y Personas de Gullón, Ricardo A. Sánchez.

La firma del documento constituye una toma de contacto y el punto de partida del clúster, para estrechar relaciones y aunar esfuerzos, con el fin de impulsar el emprendimiento, la internacionalización, la transferencia del conocimiento, la cooperación empresarial y el impulso de la I+D+i en un sector «estratégico», con «alta» empleabilidad y «gran valor añadido» a su producción.

Con este acuerdo, las partes se comprometen, por un periodo inicial de cuatro años, a cooperar en programas de formación, a participar en proyectos conjuntos (tanto a nivel nacional como internacional), a ofrecer asesoramiento mutuo en cuestiones relacionadas con el sector que pudieran afectar a los agentes integrantes, a fomentar el intercambio y la movilidad de investigadores y profesionales, así como a organizar actividades o promover publicaciones que despierten el interés de los firmantes.

PRIMER PASO

El rector de UNEATLANTICO ha subrayado la participación inicial de dos empresas alimentarias cántabras líderes a nivel europeo y mundial, como Gullón y Nestlé, en lo que constituye «el primer paso» del clúster y al que confía se sumen «todas» las empresas del sector.

Así, el objetivo es que todas ellas estén representadas en el marco de esta iniciativa pionera que pretende poner en marcha distintos proyectos, ha apuntado Calderón, quien ha añadido que si bien no se recogen en el convenio rubricado este viernes el CITICAN ya tiene tres proyectos en marcha.

Además, ha subrayado la existencia de una estrategia para desarrollar «múltiples» proyectos hasta 2020, especialmente en el ámbito agroalimentario, extremo que es «más fácil» desde el clúster.

Para el presidente de CEOE, esta iniciativa «marca una diferencia» y da «prestigio» al sector en Cantabria, mientras que su homólogo de la Cámara de Comercio ha se mostrado partidario de la colaboración institucional y empresarial, y ha apuntado que en tiempos «cambiantes» como los actuales hay que prestar atención a las fases de producción.

Mientras, la directora de proyectos del CITICAN ha recordado que este organismo es una herramienta a disposición de las empresas que quieran desarrollar proyectos de I+D+i.

Y, por su parte, el responsable de Nestlé –que cuenta con una plantilla de 900 personas y una producción de 90.000 toneladas al año– ha indicado que la participación en estas iniciativas ayudan tanto a la región como a mejorar la empleabilidad, especialmente entre los más jóvenes.

De su lado, el representante de Gullón ha subrayado que la I+D+i está en el «ADN» de la empresa, que exporta a más de cinco países.

RETOS DEL SECTOR

Según UNEATLANTICO, los constantes cambios y los nuevos desafíos que afronta la industria agroalimentaria hacen imprescindible una colaboración activa y decidida por parte de las instituciones, organismos y empresas del sector, así como por los ingenieros de las industrias agrarias y alimentarias, los graduados en nutrición humana y dietética y los expertos en ciencia y tecnología de los alimentos -todos ellos grados que se incluyen en la oferta académica de la Universidad Europea del Atlántico en Santander.

Entre los grandes retos del sector se encuentran el desarrollo de técnicas de producción y conservación de alimentos que sean respetuosos con el medio ambiente, la implementación de nuevos productos que satisfagan la demanda de los consumidores, el impulso de la seguridad alimentaria, el diseño de alimentos que aporten una funcionalidad añadida a la nutritiva o el diseño y control de equipos e instalaciones que permitan desarrollar sus productos.

CITICAN

El Centro de Investigación y Tecnología Industrial de Cantabria, una organización interdepartamental de la Universidad Europea del Atlántico que canaliza desde su constitución, en septiembre, los proyectos de I+D+i de la institución académica.

Integrado tanto por personal adscrito a la Universidad como por una red de colaboradores externos, alumnos y empresas de diferentes sectores, el nuevo centro fomenta la creación de vínculos de investigación a nivel nacional e internacional, especialmente con Europa e Iberoamérica, y sirve para impulsar las alianzas entre empresas, centros tecnológicos y diferentes universidades.

La inscripción del CITICAN en el Registro de Fundaciones de esta Comunidad Autónoma fue publicada en el Boletín Oficial de Cantabria hace ya casi un año, el 11 de junio de 2014.

Fuente: Te Interesa

Field Food, pulsos eléctricos de alto voltaje y alimentos mejor conservados

La tecnología de pulsos eléctricos de alto voltaje constituye una solución innovadora para el procesado de los alimentos. Fieldfood, el primer proyecto coordinado por la Universidad de Zaragoza dentro del programa Horizonte 2020 de la Unión Europea, se propone validar y demostrar la eficacia de esta tecnología en vino, aceite, tomate, zumos de frutas y sidra.

El procesado con esta nueva tecnología no térmica consiste en la aplicación intermitente de campos eléctricos de alto voltaje (0,5-30 kV/cm) y de una duración de la millonésima parte de un segundo a un alimento colocado entre dos electrodos. Este tratamiento provoca un fenómeno llamado electroporación: se forman poros en las membranas de las células microbianas y de los alimentos.

La electroporación de las membranas de los microorganismos los inactiva a temperaturas inferiores a las utilizadas en el procesado térmico, lo que prolonga el tiempo de conservación del alimento. Además, se obtienen alimentos sanitariamente seguros sin que el calor perjudique sus propiedades sensoriales y nutritivas.

Muchas operaciones de la industria alimentaria están basadas en la extracción de componentes localizados en el interior de las células. Por ejemplo, los compuestos fenólicos responsables del color, propiedades sensoriales y efectos beneficiosos para la salud del vino tinto deben extraerse del interior de las células de la piel de la uva; el aceite, de las de la pulpa de las aceitunas. La formación de poros en las membranas celulares mediante un tratamiento de pulsos eléctricos de alto voltaje facilita la extracción de estos componentes, reduciendo costes energéticos.

La aplicación de esta tecnología en la industria alimentaria es aún limitada. En el marco de Fieldfood se realizarán demostraciones industriales de su viabilidad para mejorar la calidad de los alimentos, optimizar su procesado, reducir costes energéticos e introducir nuevos alimentos en el mercado.

¿Qué tecnologías no térmicas de procesado existen?

Las tecnologías no térmicas están siendo ampliamente investigadas en el área del procesado de los alimentos en las últimas décadas. El concepto ‘no térmico’ hace referencia a un grupo de técnicas cuyos efectos sobre los alimentos son similares a los que provoca el calor, pero cuyo proceso se realiza a temperaturas inferiores a las de los tratamientos térmicos. Son más respetuosas con el medio ambiente que las tecnologías tradicionales y permiten eliminar el efecto negativo que tiene el calor sobre las propiedades sensoriales y nutritivas de los alimentos. Estas tecnologías son muy atractivas para la industria alimentaria, ya que con ellas se puede mejorar la calidad de los alimentos y reducir costes energéticos y el impacto ambiental del proceso.

Las altas presiones hidrostáticas, los pulsos eléctricos de alto voltaje, los ultrasonidos, la luz ultravioleta, los pulsos de luz y el plasma frío se encuentran entre las tecnologías no térmicas más investigadas. Dichas tecnologías se encuentran en distinto grado de desarrollo siendo, por el momento, las altas presiones hidrostáticas y los pulsos eléctricos de alto voltaje las que se están aplicando ya en la industria alimentaria. Mientras que la tecnología de los pulsos eléctricos de alto voltaje permite la pasteurización de alimentos líquidos y mejora la extracción de compuestos intracelulares de interés, las aplicaciones de las altas presiones hidrostáticas se centran en la inactivación de microorganismos patógenos y en prolongar el tiempo de conservación de los alimentos. En el supermercado se venden ya zumos de frutas, jamón cocido y serrano loncheado, salsas o platos precocinados tratados a presiones 5.000 veces más elevadas que la presión atmosférica.

¿En qué otros campos se usa esta técnica?

Los poros provocados por los pulsos eléctricos de alto voltaje en las membranas celulares pueden ser reversibles o irreversibles. La electroporación reversible mantiene la viabilidad de las células. Se consigue aplicando tratamientos de baja intensidad que abren poros en la membrana celular que se vuelven a cerrar una vez que cesa el tratamiento. Cuando los tratamientos son más intensos, la electroporación es irreversible, los poros se mantienen abiertos tras el tratamiento y las células mueren. La electroporación reversible es un procedimiento utilizado en el campo de la biología molecular para poder acceder al citoplasma de la célula con objeto de introducir o extraer ‘in vivo’ oligonucleótidos, plásmidos, anticuerpos, etc. En la actualidad, la electroporación reversible es un método novedoso en el campo de la medicina para introducir medicamentos dentro de células tumorales (electroquimioterapia). La electroporación irreversible también se está investigando como técnica para la destrucción directa de células tumorales (electroablación).

¿Ya hay alimentos procesados de esta forma?

Desde hace alrededor de cinco años han aparecido en el mercado distintos alimentos procesados por pulsos eléctricos de alto voltaje. Las principales aplicaciones de esta tecnología son la pasteurización de zumos de frutas y el tratamiento de patatas para la fabricación de patatas congeladas para freír.

En el área del procesado de zumos de frutas, los equipos industriales tienen una capacidad de hasta 8.000 litros/hora, con unos costes de producción de alrededor de 0,01 euro/litro. El tratamiento prolonga el tiempo de conservación en refrigeración de los zumos hasta tres semanas garantizando un producto sanitariamente seguro y con unas propiedades sensoriales y nutritivas similares a las de un zumo recién obtenido.

En el campo de la elaboración de patatas congeladas para freír, los equipos industriales tienen una capacidad de hasta 50 toneladas/hora. La electroporación de las células de las patatas las ablanda, reduciendo costes energéticos en el proceso de cortado, provoca que se produzcan menos mermas por roturas de las piezas de patatas cortadas durante su manipulación y se reduce el consumo de aceite en el proceso de prefritura previo a la congelación.

Fuente: Heraldo

Kraft y Heinz se fusionan creando el quinto mayor grupo de alimentación del mundo

Las compañías Kraft Foods y Heinz han llegado a un acuerdo de fusión por el que nacerá el grupo The Kraft Heinz Company, que se posiciona como quinto grupo de alimentación del mundo. La nueva compañía tendrá unos ingresos de 28.000 millones de dólares.

Los accionistas del grupo Kraft poseerán una participación del 49% en la compañía fusionada, mientras que los dueños de Heinz (la firma de capital riesgo brasileña 3G y Berkshire Hathaway) tendrán el control con el 51%.

Además, los accionistas de Kraft obtendrán acciones de la nueva compañía y un dividendo especial en efectivo de 16,50 dólares por cada título. Ese dividendo, que ascenderá a cerca de 10.000 millones de dólares, será financiado por Berkshire y 3G Capital.

Alex Behring, presidente de Heinz y socio gerente de 3G Capital, asegura que «al reunir estas dos empresas emblemáticas a través de esta transacción, estamos creando una sólida plataforma para EEUU y el crecimiento internacional. La combinación de nuestras marcas y negocios implican un aumento de relevancia tanto en EEUU como a nivel internacional”.

Por su parte, John Cahill, presidente y consejero delegado de Kraft, asegura que «juntos vamos a lograr algunas de las marcas más respetadas y reconocidas de la industria mundial de alimentos y juntos vamos a crear un futuro aún más brillante». «Esta combinación ofrece un valor significativo a nuestros accionistas y la oportunidad de ser inversores en una empresa muy bien posicionada para el crecimiento, sobre todo fuera de EEUU, a medida que traemos marcas icónicas de Kraft a los mercados internacionales”.

Fuente: Financialfoods

Kraft y Heinz se fusionan creando el quinto mayor grupo de alimentación del mundo

Las compañías Kraft Foods y Heinz han llegado a un acuerdo de fusión por el que nacerá el grupo The Kraft Heinz Company, que se posiciona como quinto grupo de alimentación del mundo. La nueva compañía tendrá unos ingresos de 28.000 millones de dólares.

Los accionistas del grupo Kraft poseerán una participación del 49% en la compañía fusionada, mientras que los dueños de Heinz (la firma de capital riesgo brasileña 3G y Berkshire Hathaway) tendrán el control con el 51%.

Además, los accionistas de Kraft obtendrán acciones de la nueva compañía y un dividendo especial en efectivo de 16,50 dólares por cada título. Ese dividendo, que ascenderá a cerca de 10.000 millones de dólares, será financiado por Berkshire y 3G Capital.

Alex Behring, presidente de Heinz y socio gerente de 3G Capital, asegura que «al reunir estas dos empresas emblemáticas a través de esta transacción, estamos creando una sólida plataforma para EEUU y el crecimiento internacional. La combinación de nuestras marcas y negocios implican un aumento de relevancia tanto en EEUU como a nivel internacional”.

Por su parte, John Cahill, presidente y consejero delegado de Kraft, asegura que «juntos vamos a lograr algunas de las marcas más respetadas y reconocidas de la industria mundial de alimentos y juntos vamos a crear un futuro aún más brillante». «Esta combinación ofrece un valor significativo a nuestros accionistas y la oportunidad de ser inversores en una empresa muy bien posicionada para el crecimiento, sobre todo fuera de EEUU, a medida que traemos marcas icónicas de Kraft a los mercados internacionales”.

Fuente: Financial Foods

La puesta en valor de la industria de la alimentación a través de la innovación

El primer sector industrial en términos de facturación de nuestro país, el cuarto de Europa y el octavo a nivel mundial, es el de la Industria Agroalimentaria. Los datos de 2014 de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) así lo corroboran: supone el 2,7% del Producto Interior Bruto (PIB), incrementó su producción un 2,6% hasta alcanzar los 91.000 millones de euros de facturación, logró un crecimiento del 1,8% en afiliación a la Seguridad Social con 380.077 trabajadores, representa el 16,8% del Valor Bruto Industrial (VAB) e incrementó sus exportaciones un 5,5%.

Los retos que se plantea el sector hasta 2020 pasan por promover el desarrollo de la innovación, ciencia y tecnología en aquellos ámbitos que afecten directamente a la competitividad, concretándose en un crecimiento en ventas netas del 4% anual, generar 60.000 empleos y exportar el 40% de la producción. Las palancas competitivas que empleará para alcanzarlos son la I+D+i, la Financiación y la Cooperación. Si bien durante los últimos años hemos asistido a altos niveles de inversión en I+D+i por parte de las empresas para la mejora de los métodos de conservación de los alimentos, su trazabilidad, seguridad alimentaria y en tecnología de la transformación con el fin de producir más y mejor, es fundamental aumentar la colaboración en materia de I+D+i con Universidades y Centros de Investigación a fin de avanzar en materias como las Ciencias de la Vida, la creación de alimentos del futuro, la nutrición y la Salud.

Para dar impulso a la innovación y crear una base sólida de pymes innovadoras, la FIAB propone la creación de un consorcio mediante un Partenariado Público Privado (PPP) nacional, que incluya tanto a empresas como Centros de Investigación públicos, privados y Universidades, así como entidades financieras. La PPP sería una spin off de la Plataforma Food For Life Spain, que interaccionaría con la Administración Pública para cogestionar los fondos de ayudas a la innovación disponibles en Europa, en el ámbito nacional y regional.

En la actualidad, las empresas del sector pueden contar con ayudas nacionales e internacionales así como incentivos fiscales para fomentar las actividades de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i). Además de las líneas de financiación nacionales a las que las empresas tienen acceso a través de organismos como el CDTI, MINECO, ENISA…, la Unión Europea apoya a la Industria de Alimentación y Bebidas en su programa H2020, a través del denominado Instrumento PYME. Dotado con 2.700 millones de euros, las empresas tienen una nueva vía de financiación directa sobre proyectos estratégicos de alto valor tecnológico en su sector o mercado.

Otra de las fuentes de financiación directa de la innovación provienen del Real Decreto 475/2014 sobre bonificaciones en la cotización a la Seguridad Social del personal investigador, que recupera el incentivo por el cual las entidades cuyos trabajadores con dedicación en exclusiva a actividades de investigación y desarrollo e innovación tecnológica (I+D+i), pueden obtener una bonificación del 40% en las aportaciones empresariales a las cuotas de la Seguridad Social por contingencias comunes. El incentivo mantiene además la compatibilidad con otras ayudas para pymes innovadoras y amplía el ámbito al régimen de deducción fiscal por actividades de investigación y desarrollo e innovación tecnológica.

En cuanto a incentivos fiscales, las empresas innovadoras pueden optar a las deducciones fiscales en el Impuesto de Sociedades. A día de hoy, son el principal recurso externo que utilizan las empresas para financiar la I+D+i. Sin embargo, debido a la actual situación económica desfavorable son muy pocas las empresas que obtienen un retorno fiscal sobre estos incentivos.

Todos estos instrumentos de apoyo a las empresas innovadoras son de vital importancia para fomentar la I+D+i en el sector Agroalimentario. El gran esfuerzo que están llevando a cabo las empresas, pone de manifiesto la importante puesta en valor del sector de Alimentación y Bebidas a través de la innovación.

Fuente: El Mundo

La puesta en valor de la industria de alimentación y bebidas a través de la innovación

La Industria Agroalimentaria es un claro motor económico de nuestro país, siendo a día de hoy un importante generador de empleo que ha logrado convertirse en el primer sector industrial en términos de facturación. Demuestra así, su gran fortaleza ante la crisis económica. Los últimos datos de 2014 de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) así lo demuestran: supone el 2,7% del Producto Interior Bruto (PIB) de España, incrementó su producción un 2,6% hasta alcanzar los 91.000 millones de euros de facturación, logró un crecimiento del 1,8% en afiliación a la Seguridad Social con 380.077 trabajadores, representa el 16,8% del Valor Bruto Industrial (VAB) e incrementó sus exportaciones un 5,5%. En base a los datos de ventas netas, el sector agroalimentario es el cuarto de Europa y el octavo a nivel mundial.

Los retos que afronta la Industria de Alimentación y Bebidas le sitúa como sector estratégico para potenciar y estabilizar la evolución de la economía española, destacando el propósito de alcanzar un buen funcionamiento y desarrollo de toda la cadena de valor del sector. En términos cuantitativos, el objetivo planteado hasta 2020 se traduce en un crecimiento sostenible en ventas netas, 4% anual, una mejora de la productividad estimada en generar 60.000 empleos, así como llegar a un nivel de exportaciones equivalente al 40% de la producción. Como principales pilares para conseguirlo, la industria se apoya en la eficiencia, la creación de valor, la internacionalización y la dinamización del sector.

Dentro de las palancas competitivas que se han definido para alcanzar los retos planteados, la I+D+i, la Financiación y la Cooperación, son piezas claves que ayudarán a un mayor crecimiento del sector. El propósito es acercar la ciencia a la empresa alineando la innovación con las necesidades reales que demandan los consumidores, abrir nuevos canales de venta a través de la internacionalización, así como conseguir fuentes de financiación alternativas y sostenibles que ayuden a las empresas a tomar posiciones en un mercado cada vez más globalizado gracias a su eficiencia y creación de valor, abordando una colaboración conjunta de todos los actores de la cadena alimentaria.

La innovación ha de abarcar no sólo la eficiencia de los procesos, sino la calidad de servicio así como la creación de alimentos que aporten valor, tanto al consumidor final como al cliente, centrados en la salud, la sostenibilidad, el sabor y la conveniencia. Si bien durante los últimos años hemos asistido a altos niveles de inversión en I+D+i por parte de las empresas para la mejora de los métodos de conservación de los alimentos, su trazabilidad, seguridad alimentaria y en tecnología de la transformación con el fin de producir más y mejor, es fundamental aumentar la colaboración en materia de I+D+i con Universidades y Centros de Investigación a fin de avanzar en materias como las Ciencias de la Vida, la creación de alimentos del futuro, la nutrición y la Salud. En definitiva, promover el desarrollo de la innovación, ciencia y tecnología en aquellos ámbitos que afecten directamente a la competitividad, tales como la innovación en procesos productivos, innovación en productos, creación de valor añadido y fomentar la comunicación entre canales y clientes.

Para dar impulso a la innovación en el sector, la FIAB propone la creación de un consorcio mediante la creación de un Partenariado Público Privado (PPP) nacional, que incluya tanto a empresas como Centros de Investigación públicos, privados y Universidades, así como entidades financieras. La PPP sería una spin off de la Plataforma Food For Life Spain, que interaccionaría con la Administración Pública para cogestionar los fondos de ayudas a la innovación disponibles en Europa, en el ámbito nacional y regional. De esta forma, se facilitaría la financiación de proyectos innovadores a las pymes agroalimentarias, y en palabras de Federico Morais, director del Departamento de Innovación y Tecnología de FIAB, se crearía a largo plazo una clase media de pymes innovadoras.

A día de hoy, las empresas que comprenden el sector Alimentación y Bebidas, en su mayoría pymes, pueden contar con ayudas nacionales e internacionales así como incentivos fiscales para fomentar las actividades de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i). Además de contar con las líneas de financiación nacionales a las que las empresas han tenido y continúan teniendo acceso a través de diferentes organismos como el CDTI, MINECO, ENISA…, la Unión Europea sigue apoyando al sector agroalimentario en su programa H2020. Dentro de este Programa, el área de “Retos Sociales” aglutina la mayor cantidad de fondos con 29.679 millones de euros, de los cuales, 3.851 millones de euros se repartirán en Seguridad alimentaria, agricultura sostenibles, investigación marina, marítima y fluvial y Bioeconomía.

Además, a través del denominado Instrumento PYME de Horizonte 2020, dotado con 2.700 millones de euros, las empresas tienen una nueva vía de financiación directa sobre proyectos estratégicos de alto valor tecnológico en su sector o mercado. El Instrumento consta de tres fases: una primera de Estudio de viabilidad y Plan de Negocio, una segunda de Desarrollo y Demostración y una tercera de Apoyo a la Comercialización. En las Fases 1 y 2 la Comisión Europea ha elegido ya a pymes españolas como beneficiarias del ámbito de las nuevas tecnologías en alimentación, destacando la alta participación española que se convierte en el país que más propuestas ha presentado.

Otra de las fuentes de financiación directa de la innovación provienen del Real Decreto 475/2014 sobre bonificaciones en la cotización a la Seguridad Social del personal investigador, que recupera el incentivo por el cual las entidades cuyos trabajadores con dedicación en exclusiva a actividades de investigación y desarrollo e innovación tecnológica (I+D+i), pueden obtener una bonificación del 40% en las aportaciones empresariales a las cuotas de la Seguridad Social por contingencias comunes. El incentivo mantiene además la compatibilidad con otras ayudas para pymes innovadoras y amplía el ámbito al régimen de deducción fiscal por actividades de investigación y desarrollo e innovación tecnológica.

En cuanto a incentivos fiscales, las empresas innovadoras pueden optar a las deducciones fiscales en el Impuesto de Sociedades. A día de hoy, son el principal recurso externo que utilizan las empresas para financiar la I+D+i. Sin embargo, debido a la actual situación económica desfavorable son muy pocas las empresas que obtienen un retorno fiscal sobre estos incentivos. Hasta el año 2013, la normativa fiscal delimitaba su aplicabilidad a tener beneficios a pesar de que permitía generar un crédito fiscal de varios años para aquellas empresas innovadoras que no disponían de cuota suficiente para aplicarse estas deducciones.

Tras la aprobación de la Ley de apoyo a los emprendedores y su internacionalización en 2013 se brindó la posibilidad de beneficiarse de forma más directa de estos incentivos fiscales, acelerando el periodo de retorno de la inversión en I+D+i. Uno de los puntos clave de esta nueva reforma fue la eliminación de las restricciones anteriores a la aplicación de las deducciones fiscales por I+D+i, posibilitando a las empresas poder aplicarse la totalidad de la deducción generada con un descuento del 20% de su importe hasta dejar a cero la cuota íntegra, quedando excluido el límite de deducciones sobre dicha cuota íntegra.

Todos estos instrumentos de apoyo a las empresas innovadoras son de vital importancia para fomentar la I+D+i en el sector Agroalimentario que se encuentra en constante transformación, a fin de cubrir las necesidades de una sociedad que presenta continuos cambios sociales y económicos. El gran esfuerzo que están llevando a cabo las empresas agroalimentarias pone de manifiesto la importante puesta en valor del sector de Alimentación y Bebidas a través de la innovación.

Fuente: Alimarket

Limpieza de la planta y técnicas de Seguridad Alimentaria

¿Qué técnicas de limpieza de la planta y de las mejores prácticas de los fabricantes de alimentos podemos emplear para mejorar la seguridad alimentaria en sus instalaciones?
El saneamiento de la planta es uno de los elementos fundamentales de un buen programa de seguridad alimentaria para los fabricantes. Aunque las mejores prácticas son más una acumulación de pequeños detalles en lugar de un amplio gesto, cada uno de ellos es crítico.

Por ejemplo,  hay un tiempo para todo; y la limpieza de la planta no es una excepción. Una y otra vez los fabricantes de alimentos que hemos visto tratan la desinfección como algo que se hace desde medianoche hasta las 3 de la mañana, y es una actividad temida, y apara la que se utiliza el turno de noche.

En los últimos tiempos, ha habido mucha más atención a los alergenos alimentarios, así como al alojamiento orgánico y no modificado genéticamente en los procesos de fabricación, ya que requieren un nivel de limpieza previo. Esto pone una presión considerable en las instalaciones antiguas. Por lo tanto, se ha convertido en una práctica cada vez más aconsejable utilizar un enfoque Six-Sigma para garantizar tanto el cumplimiento de las normas para productos orgánicos y no-orgánicos, y así los microbios no están proliferando.

Para ello, es posible diseñar procesos que hacen que el producto final esté mucho menos sujeto a los residuos, como hemos visto, en un ejemplo de una compañía que hace croquetas de patata en forma de cuña para una gran cadena de comida rápida.

Del mismo modo, la humedad controlando el uso de un enfoque de Six-Sigma disminuye las oportunidades para el crecimiento de bacterias. En algunas operaciones, la reducción de la variación en la humedad también puede abrir la posibilidad de aumentar los rendimientos, dando al fabricante, un producto más seguro a un costo menor. Incluso hemos visto insectos atrapados en el papel estucado en algunos materiales de embalaje. Y así, el envasado se puede hacer mucho más seguro mediante la eliminación de agua suficiente en el punto de congelación, y asegurar la integridad del sello del paquete.

En nuestra opinión, la limpieza de la planta puede ser un factor en una mayor rentabilidad a través de una reducción en el riesgo de la marca en los rendimientos de materiales en general – especialmente cuando se combina con un mejor control del proceso. Como se ha señalado, la seguridad alimentaria, la calidad y consistencia, así como envases de aguas abajo, se puede recorrer un largo camino hacia la mejora de los rendimientos, también. Las buenas prácticas de saneamiento están en la raíz de la inocuidad de los alimentos, un buen negocio, y los clientes felices y saludables.

Fuente: Foods News Latam

Alimentos para la nueva clase media

Tres años después del estallido de una crisis que el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero comenzó por negar, su Ministerio de Industria elaboró un informe que señalaba al sector alimentario como una de las siete áreas estratégicas de la economía sobre las que iba a pivotar la recuperación hasta 2020. Eso fue hace cinco años.

La industria de alimentación y bebidas española, la principal del país junto al turismo, ha comenzado a levantar cabeza (este año acumula un crecimiento del 5%) sin haber sufrido tantos desperfectos como otros sectores. Factura más de 90.000 millones de euros, aporta el 16,8% del valor añadido bruto de la industria y es el eslabón clave en la cadena que alimenta a 47 millones de personas en el país (y a varios millones más fuera de Europa). Con cerca de 440.000 empleos y una balanza comercial positiva, está considerado como un sector eficiente en costes que no sucumbió a la inflación en los años de la bonanza económica. “Somos el sexto exportador de Europa y el octavo mundial. Mi balance es que tenemos unas bases extremadamente sólidas”, resume el presidente de la Federación de Industrias de Alimentación (FIAB), Pedro Astals. Los productos que colocan en el mercado las empresas de alimentación españolas son singulares, variados y de calidad, y están apoyados por una importante cultura alrededor de la gastronomía y la dieta mediterránea. Según las previsiones de la patronal, las exportaciones crecerán un 35% de aquí al 2020, lo que vendría a confirmar que el gobierno socialista, al menos, no se había equivocado del todo.

Esas son las buenas noticias. Pero dentro de este sector aparentemente firme se esconden debilidades y desequilibrios que se han agrandado en los últimos años y que se aderezan con crisis concretas que,como la de Pescanova o el veto ruso, atacan su solidez. “En otras épocas, la industria de alimentación navegaba en un océano azul. Ahora estamos en un mar rojo, con tiburones que se comen los unos a los otros”, ironiza Miguel Lladó, profesor del IESE. Los tiburones están por todas partes: presión de las grandes cadenas de distribución, bajos precios, trabajo muy precario, atomización de las empresas, poca capacidad de invertir en I+D y escaso desarrollo de marcas. “Al fin y al cabo España es un actor activo en el comercio internacional desde hace sólo medio siglo. Hemos llegado cien años más tarde que otras economías europeas”, resume un directivo de una patronal.

El también profesor del IESE, José Luis Nueno, habla de la tan repetida atomización como una auténtica desgracia. “Piense que en este sector, [excluida la agricultura], hay unas 30.000 empresas y solo 59 superan los 500 millones de euros en ventas. Otras 5.800 están entre 10 y 499 millones, y después, el resto. Muchos de los problemas tienen que ver con esa fragmentación: en la industria de panadería y pastas el número medio de empleados por empresa ¡es solo de ocho personas! Habría que impulsar la concentración para afrontar los retos de exportar, de mejorar en investigación”, razona. Dicho esto, añade que el de la alimentación “es un sector fantástico, uno de los más estables. Ha aguantado los envites de la crisis mejor que otros. ¿Por qué? Porque depende del número de bocas a alimentar, y entre el año 97 y el 2007 España ganó seis millones de habitantes. En ese tiempo las empresas aguantaron y no generaron inflación, mantuvieron una oferta contenida, e incrementaron las exportaciones”.

Sólo mil de las 29.196 empresas del sector tiene más de 50 empleados

Echando una ojeada al resto de Europa se aprecian situaciones muy diferentes. En Alemania unas 6.000 empresas se reparten un mercado que factura 163.000 millones, según datos recopilados por FIAB y el Ministerio de Agricultura. En Francia son 10.000 empresas, un tercio de las españolas, con unas ventas de 157.000 millones, 67.000 millones más que las situadas al sur de los Pirineos. En Italia el tamaño de la industria es similar al alemán, con una facturación que supera en 37.000 millones a la nacional.

Buenaventura Guamis, catedrático de Tecnología de los Alimentos de la Universidad Autónoma de Barcelona, lo achaca a que España, a pesar de tener grandes empresas, está en manos de multinacionales de distribución que “han fomentado marca blanca en detrimento de marca de prestigio”. Cree que la concentración es excesiva en un sector tan estratégico.

La gran distribución copa el 72% de la cuota de mercado y sólo cinco grupos (Mercadona, Carrefour, Eroski, Día y Alcampo) concentran el 57% de las ventas. Hablamos de toda la facturación de esa industria formada por 30.000 empresas. Con ese dominio, sus propios productos triunfan: la penetración de la marca de distribución es ya del 40%. Mientras, las tiendas tradicionales se tienen que conformar con el 1,5% de la tarta.

José María Bonmartí, director de AECOC, la asociación de fabricantes y distribuidores que agrupa a 25.000 sociedades y sienta en su consejo directivo a los grandes hipermercados del país, desde El Corte Inglés a Mercadona, niega que esa concentración sea asfixiante. “En los países nórdicos es incluso mayor, aunque los líderes sean cooperativas. En España tenemos que buscar que la cadena sea sostenible, más allá de que esté más o menos concentrada. El consumidor ha primado más el precio, ha buscado productos más baratos, ha beneficiado el desarrollo de las marcas de la distribución. Y precisamente por ser básico, este sector ha mantenido puestos de trabajo. Uno de los elementos importantes es que las empresas son muy eficientes para no perder dinero”.

El precio ha pasado a ser el primer factor de decisión de los consumidores españoles desde la crisis. Los productos de marca de distribuidor o discounts han desplazado a los de mayor valor, como la carne o el pescado, en una sociedad cada vez menos poblada. La industria se encuentra con menos bocas que alimentar, ahora y en el futuro. Se calcula que las clases medias europeas consumen el 38% de los productos mundiales, pero en 2020 se estima que ese porcentaje descenderá al 29%. Mientras, la clase media de la región Asia Pacífico disparará su consumo hasta el 42% en cinco años y copará los mercados en 2030.

Exportar es la única salida para mantener el vigor del sector, aunque las recetas para impulsar el comercio exterior siguen siendo las clásicas: apoyo institucional en misiones comerciales, estímulo para difundir imagen de marca, líneas de crédito o visitas a ferias. Nada nuevo a lo ya visto en los últimos años.

“España vende fuera una cuarta parte de su producción de alimentos. En los últimos diez años las exportaciones han crecido siete puntos. En 2020 estaremos en el 35%, y lo que estoy diciendo no es un objetivo estratégico, simplemente se trata de una proyección basada en lo que ha sucedido hasta ahora. Es verdad que las circunstancias políticas pueden variar, eso no lo sabemos. Si llega otro veto ruso nos dejará descolocados, pero tenemos una base estupenda para aguantar”, reflexiona Jaime Palafox, director del departamento de Asuntos Económicos e Internacionalización de FIAB. Hoy unas 5.000 empresas colocan productos de manera frecuente fuera de España por valor de 22.000 millones al año, excluidos productos no elaborados. “Nuestro mercado natural es Europa, lo lógico es que sea el primero. Ahí concentramos el 70% de las ventas”.

En los últimos cinco años el peso del mercado europeo ha bajado seis puntos porque el incremento se está produciendo en mercados emergentes. China ya es el segundo mercado extracomunitario, con crecimientos anuales del 20%, por detrás de Estados Unidos. Recibe productos por valor de 557 millones. “El crecimiento de las clases medias está concentrado en los países emergentes. Ahí está el futuro de la exportación alimentaria”, insisten varios expertos consultados.

Las arterias de la exportación están en lugares como Mercabarna, la sociedad que gestiona los mercados mayoristas de Barcelona. Las 770 empresas que operan en sus 90 hectáreas facturan 4.700 millones de euros, el 25% a terceros países. Josep Tejero, su director, explica que este año se ha dado la tormenta perfecta. “El precio de ciertos productos agrícolas ha estado muy afectado por un exceso de producción y por el veto ruso. Las miles de toneladas que no se han podido colocar en Rusia se han ido a otros países, como Polonia, y el mercado se ha colapsado. Nos hemos comido los crecimientos que esperábamos. Ahora toca abrir nuevos mercados, quizá más lejos, quizá con más esfuerzos, en países de Oriente Medio… Vamos a tener que pelear mucho el año que viene”.

La imagen de solidez que quiere dar la patronal sobre la internacionalización española choca con un día a día extremadamente duro. “Hay que hacer un traje a la medida para cada mercado, lo que vale para India no vale para Suráfrica”, explica Felipe Silvela, cofundador de Arteoliva, que exporta a 50 países. “En un país árabe nos dijeron que rechazarían nuestra mercancía si el contenedor que les enviábamos pisaba puertos judíos. En otro nos insistían en que les presentásemos un certificado sobre contaminación nuclear… hasta que caímos en que lo que querían era un soborno”. Su empresa ha sido pionera en envasar aceite de oliva en tetra brik. Comenzaron a montar el departamento de comercio exterior en el año 2000 “yendo con una carterita, de feria en feria”. Sufrieron golpes duros desde 2007, que obligaron a reducir el sueldo a toda la plantilla para evitar despidos. Los jefes se recortaron la nómina a la mitad: “Yo ganaba 3.000 euros y ahora son 1.500 euros. Es temporal, pero no podíamos pedirles a los que menos cobran que hiciesen el mismo esfuerzo”, reconoce Silvela. “Hemos conseguido renegociar deuda y estamos al día de pagos, generando unos beneficios modestos. Rellenar el agujero nos va a costar cinco o seis años, con un plan de negocio serio, pero lo haremos. Nos encanta resolver problemas de alimentación”.

El cerdo (3.057 millones), el vino (2.580 millones) y el aceite (2.085 millones) son los tres principales alimentos españoles fuera de las fronteras. La cooperativa Covap, por ejemplo, tuvo que trabajar contra el proteccionismo estadounidense para conseguir colocar productos curados en países poco acostumbrados a ellos. Después de 15 años visitando medio mundo han conseguido unas ventas de 11 millones de euros. “Para nosotros lo principal es vacuno y cerdo ibérico, tanto fresco como curado, que exportamos a Italia, Portugal, Holanda, Hong Kong… en el norte de África vendemos sobre todo ovino, pero con formatos distintos a los que exigen los consumidores españoles. A Estados Unidos llegamos con mucha ilusión pero para los productos curados fue muy difícil por el tema de homologaciones, con certificaciones bastante exigentes”, analiza Rafael Guerrero, director comercial.

¿Cuál es la mejor estrategia? Las empresas insisten en que no hay fórmulas mágicas más allá de conocer a fondo el país, tener paciencia, buenos contactos y un punto de buena suerte. “Los mercados se ganan por precio siempre. Salvo que tengas un producto exclusivo, la única manera de entrar es desde una posición humilde, acreditando tu marca, nunca lo he visto hacer de otra forma”, razona el presidente de FIAB. Pedro Astals fía el liderazgo europeo a la conquista de mercados con una población joven que aspire a conseguir un estándar de vida occidental. “Europa se recompondrá, seguro”.

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El presente y el futuro de la alimentación

Etiquetas ‘clear’, alimentación de conveniencia, snacks saludables, grasas buenas, nuevas fuentes de proteínas, aperitivos e ingredientes de frutas, nuevas texturas… Estas son algunas de las tendencias en alimentación que expertos internacionales identifican que marcarán el panorama de la innovación alimentaria este 2015. Las principales líneas que han marcando el lanzamiento de productos alimentarios en 2014 siguen ese mismo estilo: productos más sanos, de fácil consumo y de origen natural marcan un mercado con consumidores cada vez más exigentes y conscientes de lo que desean.
Las 7 líneas que han tenido éxito en 2014
Los hábitos de consumo en Europa han cambiado. Las necesidades actuales de los consumidores son distintas a las de hace unos años. Rapidez, variedad, diversidad y comodidad son algunas de las características que busca el comprador en el momento de hacerse con un producto. Por este motivo, los alimentos que han triunfado este 2014 se pueden clasificar en 7 líneas:

La snackficación de todo: Una importante tendencia a nivel mundial dentro de la formación del paisaje alimentario para 2014. Se trata de coger un ingrediente, preferiblemente saludable, y ponerlo de una sola forma para que las personas puedan consumirlo fácilmente, sin sentirse culpables por ello. Cada vez más los consumidores buscan aunar la calidad nutricional y la practicidad en el consumo, por ello, los snacks saludables están siendo tendencias.

Los productos ‘sin’: Otra de las líneas que ha marcado el lanzamiento de productos de alimentación son los productos ‘sin’. ‘Sin aditivos ni conservantes’, ‘sin grasa’, ‘sin alérgenos’, ‘sin azúcar’, ‘sin grasas trans’, ‘sin calorías’, ‘sin colesterol’, ‘sin sodio’, ‘sin lactosa’ y ‘sin grasas saturadas’ son los diez reclamos que han marcando tendencia.

Pero, sin lugar a dudas, el reclamo ‘sin gluten’ se ha puesto en los últimos meses a la cabeza en el ránking mundial de lanzamientos.

Productos ‘on the go’: Aunque es una tendencia que viene de otros años, parece ser que este 2014 se han afianzado con tres tipos de productos principalmente: snacks saludables ‘on the go’, frutas, hortalizas y ensaladas IV Gama y bebidas ‘on the go’ (como leche, batidos y café).

Los nuevos ‘superfoods’: Otra de las tendencias han sido el redescubrimiento de alimentos ancestrales. Marcas a nivel mundial han lanzado en los últimos años productos que incorporan semillas de chia, granos de quinoa o frutos del cactus de nopal. Estos ingredientes incorporan a los productos componentes saludables como los antioxidantes o la taurina, y otras propiedades beneficiosas para el organismo.

Proteínas de origen vegetal: El aumento del interés de las proteínas en el mercado de la alimentación y las bebidas se ha convertido en una de las líneas del 2014. Sobre todo, las nuevas fuentes de proteínas como las procedentes de microalgas o de vegetales y lácteos como la soja.

Bebidas aromatizadas de baja graduación, bebidas funcionales y bebidas híbridas: La demanda mundial de bebidas de baja graduación es cada vez mayor. De hecho, en el último año se han lanzado un total de 287 bebidas de baja graduación, según Mintel.

También el sector de los refrescos funcionales se vaticina como un sector al alza. Dentro de las bebidas con propiedades funcionales, según el informe de Canadean, hay tres tipos de bebidas con una mayor demanda por parte de los consumidores: bebidas que prevengan problemas cardíacos, que mejoren la salud digestiva y que mejoren la salud cognitiva.

Por último, las bebidas híbridas con beneficios saludables como zumos de fruta con té, con verduras, bebidas energéticas, con chía o de coco son una tendencia que se debe, principalmente, a un cambio de hábitos de consumo de bebidas en Europa.

Productos sostenibles: El consumidor es cada vez más consciente con la situación del medio ambiente y, por ello, toma una actitud más responsable. El cálculo de la huella de carbono es un primer paso en el camino para dar respuesta a esta demanda. Al ser una certificación de producto puede ser utilizada en la propia etiqueta y sirve, por lo tanto, de comunicación directa entre el productor y el consumidor.

10 tendencias en alimentación para 2015
Consultoras internacionales de prestigio en el sector como Innova Markets Insight ya han hecho sus pronósticos para 2015. El informe realizado por esta consultora muestra las 10 tendencias más destacadas que marcarán el mercado de la alimentación en 2015.

Etiquetas ‘clear’: De las etiquetas limpias a las etiquetas cada vez más claras y transparentes. Se prevé un aumento de la demanda por parte del consumidor de etiquetas cada vez más sencillas en el envase del producto. La manera de mostrar la información en los envases del producto será un punto clave en el próximo año.

Alimentación de conveniencia: Continúa el interés por la cocina casera impulsado por programas de cocina en la televisión y por los gourmets que escriben en blogs. Se buscan productos que permiten múltiples combinaciones y versatilidad en la cocina como por ejemplo kits de ingredientes, en definitiva, productos que ayudan a aquellos que les gusta experimentar con la cocina.
En busca de los Millennials: Este segmento de población representa alrededor de un tercio de la población mundial, es el grupo de personas comprendido entre los 20 y los 35 años y, en el que la industria de la alimentación ha puesto un foco especial por el volumen que suponen. Quieren estar bien informados, probar cosas diferentes, conocer la historia que hay detrás de los alimentos pero tienen menos probabilidades de ser leales a marcas específicas.
Snacks saludables: Estamos asistiendo a la ‘snackficación’ de todo tipo de alimentos, fáciles de tomar en cualquier momento y lugar, desde productos que se toman ‘entre horas’ hasta productos que algunas veces incluso reemplazan comidas como desayunos o cenas. El carácter nutritivo y saludable en este tipo de productos es cada vez más valorado e importante para los consumidores.
Grasas buenas, buenos carbohidratos: Las alegaciones relacionadas con las ‘grasas buenas’, como las grasas insaturadas, en las etiquetas de los productos de alimentación son cada vez más populares. También se buscan en las etiquetas los azúcares naturales por encima de los azúcares añadido o los edulcorantes artificiales.
Nuevas fuentes de proteínas: Aunque el moviendo hacia alimentos ricos en proteínas no es nuevo, las empresas sí que están destacando ahora la fuente de las proteínas que se incorporan en los productos de alimentación. La búsqueda de nuevas fuentes de proteínas va en aumento, como por ejemplo, las algas, aceptadas por los consumidores, o incluso los insectos, aunque esto todavía tiene mucho camino por recorrer para llegar a los consumidores.
Aperitivos e ingredientes de frutas: Cada vez más los nuevos productos están incluyendo en sus formulaciones el uso de las frutas, desde las más comunes hasta las más exóticas. Los snacks de frutas son una de las últimas tendencias.
El potencial de los alimentos congelados: Los avances en el procesado de los alimentos congelados permiten mantener mejor las propiedades nutricionales de los alimentos y conseguir productos fáciles, equilibrados y ricos, en definitiva, productos de conveniencia. Son productos con mucho potencial que podría ser explotados próximamente.
Aumenta la calidad en la marca de distribución: La marca blanca o de distribución está siendo cada vez más valorada. Son productos de mayor calidad y de menor precio que los hace muy atractivos a los consumidores.
La textura: Esta característica está recibiendo cada vez más atención frente a otras como el olor o sabor. Se buscan productos que mezclen texturas diferentes, entre las que destaca la textura crujiente y crocante, de los productos con base de cereal.